O11: La verdad del calor en el pecho de Kim Seokjin cuando ve a Jeon Jungkook

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       Seokjin se sentó frente a uno de los tantos monitores que cubrían los laterales de la van en la que estaban metidos para vigilar el bar «Pleasure!» mientras engullía un gran sándwich de pavo a su boca, degustándolo sin pena porque había olvidado desayunar en su casa. No. De hecho no lo había olvidado, no desayunó porque un gritón Hoseok lo despertó con una llamada a las siete de la mañana para que se preparara o lo iban a dejar fuera de la investigación.

        Así que ahí estaba, comiendo su sándwich y esperando que el sacrificio de sus horas de sueño haya servido para algo. Por su parte, Hoseok y Yoongi no dejaban de hablar sobre el último partido de la NBA, aparentemente habían ganado los Warriors y a Hoseok eso le jodía, no era ni por cerca su equipo favorito, pero Yoongi estaba muy entregado a defender los noventa y ocho puntos que lograron. Seokjin solo se permitió escuchar, masticar, y asentir hacia quien creía tenía la razón en esa extraña discusión de pareja.

     A veces, como sabían que Seokjin les estaba escuchando atentamente con los mofletes repletos de comida, se detenían a preguntar: "¿Tú qué opinas, Seokjin?"

     —Opino que me tienen harto —expresó por última vez, haciendo bolita el empaque de su sándwich—. Olvidando el estúpido partido, no entiendo por qué vinimos tan temprano. Las cosas suceden por la noche ¿Qué no?

     —Ah se nota que no has trabajado en este tipo de casos —Yoongi hizo una sonrisa presuntuosa—. Debes saber que estos actos delictivos suceden las veinticuatro horas, realmente no se detienen. Así que debemos vigilar desde temprano, los días que creemos hay más movimiento.

     —No te preocupes, Seokjin, probablemente encontremos algo. Con solo ver la fachada de ese bar se nota que hacen cosas ilegales.

     Sin agregar nada más, y apreciando la información, Seokjin no quiso otra cosa. Se mantuvo así un buen rato, ya que en el bar no estaba pasando nada muy llamativo; pero luego su celular vibró en el bolsillo del pantalón, y pensó que quizás era su padre, a quien no le quiso contestar por la mañana porque estaba demasiado apurado. Pero no era nadie de su familia, lo cual agradeció, por el contrario el nombre en la pantalla era Jungkook.

Jeon Jungkook (Misión):
     Buenos días, Jin~
     ¿Te encuentras bien? :)
     Los chicos y yo queremos invitarte a una salida amistosa, iremos a comer mucha carne de res a un bar ¿Qué dices?
     Será divertido, podemos tomar makgeolli, he notado que te gusta.

     Releyó el mensaje un par de veces, en especial en la parte donde mencionaba el makgeolli, porque le había comentado muchas veces a Jungkook haberlo bebido, que era su bebida predilecta en las noches que llegaba cansado a casa. Y Jungkook lo había recordado. Eso hizo que su rostro adquiriera un tono carmesí intenso, desde su nariz hasta su frente y mejillas, y algo en su pecho parecido a una compresa caliente le hizo toser con fuerza, contrariado por la sensación.

Yo:
     Claro, Jungkook, gracias por invitarme.
Mándame la ubicación luego, llegaré en cuanto termine algunas cosas.

     Le dio a enviar, y soltó una sonrisa lenta, muy pequeña, pero lo suficientemente notoria como para que, al alzar la cabeza del celular, dos pares de ojos le estuvieran viendo fijamente, con curiosidad, analizándolo. Seokjin frunció el ceño, y les susurró un "¿Qué?" Molesto.

      —Oye ese Jungkook tiene algo, qué sé yo, pero tiene algo que hace que tu rostro deje de parecer el de un profesor amargado, y pase a ser el de un jovencito enamorado.

      —Ay Yoongi, ya va a empezar con tus divagaciones —simplemente contestó, no queriendo darle mucha importancia a lo que la parejita decía, porque sabía que era para molestarlo. Siguió viendo el celular, fingiendo desplazarlo, pero en realidad estaba recargando el chat de Jungkook para ver si ya había respondido—. Ya estás bastante viejo, creo que es eso.

The Jeon's CaseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora