The Jeon's Case

O1: La absurda misión del excluido y sus compañeros

     La oficina olía a café, a papeles recién impresos y a mucho estrés, por eso Kim Seokjin odiaba tanto trabajar en una oficina y tener que estar metido ahí hasta 17 horas sin parar, archivando papeles de casos recientes que ni siquiera eran tan importantes (la semana pasada tuvo que arrestar a un cultivador y vendedor de marihuana, y luego hacer el maldito papeleo del pequeño idiota). Pero la situación en ese momento era distinta, puesto que luego de meses sin una tarea realmente movida, su capitán a cargo le había hecho el llamado para formar parte de una investigación sobre malversación de fondos y lavado de activos que traía tras sí un gran empresario de la élite coreana, y aunque a Seokjin lo traía sin cuidado eso de la burguesía corrupta, sí le interesaba investigar algo más complejo que vendedores de marihuana.

     Se sentó a gusto sobre la bonita silla con rueditas que daba a su nuevo escritorio mientras veía entrar a su capitán y sus otros compañeros en esa investigación. Min Yoongi que era el tipo más inteligente que conocía y también el más silencioso, y no porque no le gustara hablar o fuera un antisocial grosero, sino más bien porque le gustaba pensar en silencio y Seokjin admiraba tanto aquello, también era un experto en todo tipo de armas; blancas, de fuego, de asalto, de cualquier cosa. Después estaba Jung Hoseok, que era un gran bloque de puro músculo escondido detrás de esa sonrisa tan enorme, además de ser un experto perfilador de los más destacados en la fuerza policial con un récord envidiable de arrestos sin bajas graves, casi un dios en perfilar y crear un análisis detallado del sudes. Por último estaba Kim Namjoon, a quien no conocía por más que el sobrenombre de "chico superdotado" ya que con solo 23 años había logrado entrar como Analista Técnico y experto en sistemas a la policía, un pequeño niño que subió de puesto en un periodo impresionantemente corto de tiempo.

     Y luego estaba él, Kim Seokjin, un detective al que habían tirado al rincón, su última misión fue sobre un suicidio que desmanteló toda una red de pornografía ilegal y aunque todo había salido bien, un idiota llamado Jeonsan se robó todo el crédito de la investigación de Seokjin, le tomó meses recolectar huellas, piezas, notas, testigos, pruebas y demás sólo para que el pedazo de tipo las robara de su escritorio y las presentara primero. Una mierda su ascenso y mejora de sueldo, creyeron que era incompetente, poco útil, atrasado y mil mierda más mientras que Jeonsan había conseguido un puesto mejor, aún cuando no había movido ni un dedo -o bueno, sí se movió, a robar su puto trabajo- eso lo hizo ser un chico al que mandaban por los cafés y a poner orden en peleas de bar absurdas.

     Sólo pudo ver la luz la semana pasada que la capitán Yoo llamó diciendo que estaría de vuelta en investigación porque al parecer, él era perfecto para ese asunto. Aunque por dentro sentía que solo lo querían por sus buenos dotes de comunicación y no porque de verdad era un investigador de los mejores (se había graduado con honores a pesar de haber elegido carrera por jugar Criminal Minds); también sentiría que esa misión era obsoleta si no hubiese visto que los renombrados Yoongi, Hoseok y Namjoon estaban ahí, si ellos eran parte de la misión era porque esta sería importante. Tal vez por fin podría unirse a la gran organización de renombre donde solo estaban los mejores de la fuerza policial, o sea, el cuerpo de antinarcoticos o crímenes violentos.

     —Oh por dios, miren a quien tenemos aquí, Kim Seokjin.

     Sintió como las manos grandes de Yoongi palmeaban sus hombros, haciéndole soltar un quejido

     —Woah, pensé que te habías muerto, no nos has vuelto a hablar desde que trabajamos en la Misión Darla.

     Ah esa misión, sí sí, donde se supone iba a investigar la desaparición de una chica pero Yoongi y Hoseok, sin dejarle siquiera intentar trabajar en lo que le gustaba por primera vez, resolvieron el caso en solo 3 días y 12 horas encontrando a la chica completamente ilesa, y además sin bajas ni civiles ni policiales. Joder, claro que la recuerda, fue la primera vez que le arrebataron su oportunidad de resaltar.