-I·ᴍ ᴀ Vɪʟʟᴀɪɴ﹖- 𝐿𝑎 𝐸𝑚𝑝𝑒𝑟𝑎𝑡𝑟𝑖𝑧 𝐷𝑖𝑣𝑜𝑟𝑐𝑖𝑎𝑑𝑎

𝕮𝖆𝖕𝖎́𝖙𝖚𝖑𝖔 8 - 𝕻𝖆𝖘𝖆𝖉𝖔

La menor se puso de pie, dejando que su cuerpo se relajara luego de medio dormirse contra la mesa, miro los garabatos de intento de letra con una sonrisa nerviosa. Edén la miro con dulzura mientras se acercaba y recordaba el porque de su visita.

- Majestad, la duquesa de Tuania la ha invitado a su fiesta de té dentro de dos días, dice que desea conocer a la princesa heredera de Divalía.

- ¿Dos días? Me haría bien salir de aquí, después del baile público del imperio deberé volver a prepararme para la fiesta de cumpleaños que planeo mi tío.

- Más que prepararse para la fiesta...

- Es por el tema de la posible coronación... Me presentara en sociedad como su sobrina y si no cumplo los estándares promedio de la nobleza me meteré en un grave problema.

- Es apta majestad, no les tome mucha importancia a esos nobles, la mayoría defiende los estándares de la corona, pero ninguno es capaz de llegar a ellos, usted en cambio, ha probado mil y una cosas, el tener magia ya la hace mas apta.

Una sonrisa leve salio de ella, eso era una realidad, registros antiguos de la fundación del reino, decían que habia cuatro grandes magos, que curiosamente fueron los fundadores del reino. Amelie decidió dejar un momento las cosas de la fiesta y la posible presentación como la futura reina para descansar.

Pensaba en ver a Sovieshu, pero verlo la haría alterarse por recordar sus problemitas sobre ocultar a la amante. Miro a otro punto en la habitación y sonrió, deseaba avanzar un poco en otras cosas.

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Era él día de la fiesta de té de la Duquesa de Tuania, era aun algo temprano apenas empezaban a llegar los nobles. Navier ya estaba en la casa de Cristal, el ambiente era agradable en todo sentido de la palabra.

Solo un poco después llego Amelie, las miradas rápidamente cayeron en ella, mas que nada por su acompañante, no era común ver a una princesa trayendo a sus damas a una fiesta de té, lo que hizo que la curiosidad le ganara a la mayoría.

- Buenas tardes, perdonen si traigo a una invitada de más, mas que una dama es una de las magas de la corte del rey, Zuri Olorean.

- Un gusto, majestad.

Navier miro con sorpresa a la mujer, era alta, su piel era blanquecina y tenia un porte ciertamente maduro y a la vez una sonrisa juguetona en labios. Comparada con Amelie, parecían polos muy opuestos.

- No sabia que Divalía tuviera magas.

- Estudie un tiempo en Winwol, duquesa, pero al no tener mucho éxito aquí, regrese a mi país natal... cambiando de tema, me gustaría saber mas de usted. Oí que es la más popular en la alta sociedad de Oriente.

La duquesa y Zuri empezaron una platica que fue ciertamente sorprende y exquisita para ambas, Navier parecía feliz del ambiente, cosa que también alegro a Amelie. El tiempo paso y los nobles se sentaron a comer unos cuantos postres y tomar el té, la duquesa seguía su charla con Zuri mientras Amelie pensaba en hablar con Navier, una voz a su espalda le helo la sangre.

- Oh, parece que llegue tarde.

Amelie y Navier voltearon al mismo tiempo hacia donde venia la voz. Zuri por su parte solo miro de reojo analizando al hombre que entraba. Ergy se acercaba mientras una mujer albina miraba por arriba de su hombro en dirección de la princesa de Divalía.

Ergy miro con interés a la pelirroja, quien estaba sentada en la esquina de la mesa, evitando el paso con Navier. La mirada de Amelie era suave pero cuando este se acerco y realizo una reverencia, pudo sentir otra mirada que parecía desear matarlo.