𝕮𝖆𝖕𝖎́𝖙𝖚𝖑𝖔 10 - 𝕷𝖆 𝖎𝖓𝖛𝖎𝖙𝖆𝖈𝖎𝖔́𝖓

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Fue una cena muy alegre, Amelie pudo compartir sus inquietudes con Mckenna y asi, poder por lo menos tener una idea de que hacer al final del día sobre a quién apoyar. Pensaba en hacer el intento de que Sovieshu y Navier siguieran juntos, pero, dadas las circunstancias y la forma tan despreciable en la que Sovieshu trataba a Navier, solo pensó en apoyarla.

"Si Sovieshu sigue asi, no me sorprendería que le pidiera el divorcio, lo menos que me queda es apoyarla."

El camino de regreso a Oriente fue demasiado calmado, ambas parecían estar lo suficientemente cansadas además de que no tenían demasiado de que hablar, al menos no en ese trayecto. Llegaron por la noche al palacio, las damas de compañía de Navier no dudaron en prepárale un baño caliente, Navier por su parte aun quería conversar con Amelie, quien acepto unirse a una plática antes de que la emperatriz tomase su baño.

― ¿Cómo estuvo su viaje a Winwol?

― Fue agradable, descubrí algunas cosas interesantes de la princesa, parecía tener un futuro prometedor en la magia.

― ¿No estas dispuesta a tomar de nuevo ese camino? ― Laura sonó interesada y la mirada brillante le saco una sonrisa a Amelie.

―Ah, como futura monarca me es difícil retomarlo y no alejarme de los deberes que me corresponden, en otra situación no lo pensaría dos veces.

Poco después el baño de Navier estaba listo, pero querían que Amelie se quedara, asi que podrían platicar de lejos. Amelie aprovecho para despistarse un poco con un libro. Navier habia preguntado sobre lo que habia ocurrido en Oriente en su ausencia, sintió un poco de curiosidad, ya que menciono que habia sido un caos.

Presto atención mientras miraba un punto fijo en la pared, poco a poco empezó a sentirse incomoda, más cuando menciono a Ergy. Acaricio su mejilla mientras oía a la entusiasmada Laura dar una explicación emocionante y lejos de la formalidad.

― ¡La duquesa de Tuania abofeteo al duque Ergy y su cabeza giró así... y luego de la nada una mujer corrió hacia la duquesa ¡Y le jalo el cabello por la espalda! Esa mujer fue una de las amantes del duque Ergy y, al parecer, ha estado persiguiéndolo incluso después de haberse separado.

Amelie quedo helada, en automático dejo de escuchar la conversación en la que estaba, supuestamente, siendo participe. Subió su mano de forma inconsciente y se mordió el dedo pulgar mientras asimilaba las palabras dichas por Laura. ¿Amante? ¿de Ergy? Mientras más pensaba en eso, el solo recordar las palabras de Henley en el pasado la hicieron temblar.

― ¿Amelie?

La voz de Navier la trajo de vuelta, solo pudo tragar y alejar su dedo de su boca, hasta que noto que habia un poco de sangre en la punta de este. Solo suspiro y subió su mano tímidamente.

― ¿Sucede algo?

―Lo siento, estaba tan concentrada pensando en que habría orillado a la duquesa a abofetear al duque que me despiste por completo.

―Parece que te preocupa demasiado...

― Tengo un par de inquietudes respecto a ese hombre, la duquesa de Tuania ha sido muy cortes conmigo además de ser amiga tuya, lo menos que puedo hacer es preocuparme... más cuando se trata de ese hombre.

― ¿Conoce al duque Ergy?

― ... Si, es algo complicado, pero no tenemos muy buena relación.

"¿Henley los habrá presentado y tenido un problema? Deberé preguntarle en privado"

Al día siguiente Amelie estaba caminando por el jardín, sentía que algo faltaba, comenzaba a extrañar el castillo de Divalía, a su tío y... aunque sonara extraño, la presión de los nobles. A diferencia de lo que pensaban los nobles, ella deseaba llenar esas expectativas, pero su tío se reusaba, decía que era innecesario tratar de complacerlos, nadie seria lo suficientemente bueno, según él. Pero se dio cuenta que, al tratar de llenar esas expectativas, se habia llenado de conocimientos varios que ni todos los nobles del reino junto sabrían.

―Te he notado algo distante ¿sucede algo?

―Estaba pensando si era buena idea invitarla al baile público.

― ¿De quién hablamos exactamente?

―De Shiro.

― A Lirius le dará algo, y probablemente a Sovieshu también, pero no creo que sea mala idea. ― Dijo Edén con una suave sonrisa mientras Amelie correspondía el gesto.

― Bueno, más tarde redactare la invitación. ¿Ha pasado algo por hoy?

―La verdad es que no, está todo muy tranquilo.

―Ojalá asi se quedasen las cosas.

Con una idea de quien sería su invitada para el baile público que se estaba planeando en Oriente, Amelie solo decidió esperar a que la noche cayera para asi poder escribir la carta que enviaría como invitación. Esperaba que fuese suficiente tiempo como para que llegara.

Durante los días de preparación para el baile público, Amelie le habia pedido a uno de sus subordinados que estuviera cerca de Navier, y si era posible, que alejara a Rashta de la zona donde estuviera la emperatriz, sabía que esa mujer gozaba de dejar mal parada a la rubia, asi que no le daría oportunidades para que la molestase.

Al anochecer, la joven estaba alistándose para dormir cuando recordó la carta que debía enviar, una sonrisa suave salio de ella y se acero a la mesa; se sentó y tomo una hoja de papel mientras pensaba en como dirigirse a su buena amiga ¿Debía ser formal? Lo mejor es que si, Navier le habia entregado la invitación del imperio para la fiesta, asi que solo debía mantener juntas ambas cartas.


Una vez elaborada la carta, analizo que estuviera escrita de forma decente y limpia. Satisfecha, la metió dentro de un sobre junto a la invitación que Navier le habia dado. Sonrió y se puso de pie para poder dársela a Zuri y se encargara de enviarla. La mujer de cabello azul estaba fuera de la habitación, haciendo de guardia momentáneamente en lo que Edén o Lirius regresaban para poder retirarse.

-I·ᴍ ᴀ Vɪʟʟᴀɪɴ﹖-     𝐿𝑎 𝐸𝑚𝑝𝑒𝑟𝑎𝑡𝑟𝑖𝑧 𝐷𝑖𝑣𝑜𝑟𝑐𝑖𝑎𝑑𝑎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora