-I·ᴍ ᴀ Vɪʟʟᴀɪɴ﹖- 𝐿𝑎 𝐸𝑚𝑝𝑒𝑟𝑎𝑡𝑟𝑖𝑧 𝐷𝑖𝑣𝑜𝑟𝑐𝑖𝑎𝑑𝑎

𝕮𝖆𝖕𝖎́𝖙𝖚𝖑𝖔 1 - 𝕷𝖆 𝖎𝖓𝖛𝖎𝖙𝖆𝖉𝖆

Habían pasado unos días desde que a Laura se le impuso un castigo por llamar sucia a la mujer que actualmente estaba en los ojos del emperador, a oídos de todos, la emperatriz estaba siendo demasiado indulgente, pero sabían que no podía hacer mucho contra las decisiones del emperador.

Pero también estaban los rumores de porque no envió un regalo a la concubina del emperador, simple, no le apetecía ni un poco hacerlo, no estaba obligada a hacerlo por ningún medio. Normalmente había un rango de posibilidades donde debería darse, sin embargo, Navier no considero a Rashta en ninguno de ellos.

Mientras Navier trabajaba y escuchaba algunos comentarios de sus damas de compañía, escucho una que pregunto sobre un invitado, el príncipe del reino Occidental. Navier quedo congelada un momento recordando la lista de invitados, asistió suavemente y el grito de las emocionadas damas casi la hace reír.

Sin embargo, eso no la alivio ni un poco, sentía que todo se iría por la borda en poco tiempo. Y así fue, la fiesta de Año Nuevo parecía estar mas lejos que cerca. Lo único que mantenía a navier con una sonrisa era poder distraerse enviándose cartas con aquel misterioso invitado.

Los días pasaban y al palacio llego un invitado, el príncipe Henley, el príncipe de occidente.La presentación entre Henley y Navier tenia un aire ligeramente competitivo, natural al ser de reinos contrarios. Navier sentía algo de calma cuando esa bella ave rubia llegaba a su ventana con un mensaje.

Un día antes de empezar la celebración de Año Nuevo, mientras la emperatriz revisaba su atuendo, un escándalo casi se arma fuera del palacio, Sovieshu estaba ocupado en los últimos preparativos cuando el Barón Lant entro corriendo a tropezones, recobro la compostura y el emperador se volvió con confusión.

-Ma-majestad es una invitado pero... pero viene con...

La mirada de Sovieshu se ablando tanto como si le hubiesen dicho que Rashta estaba haciendo cosas como una niña pequeña. Un pequeño sentimiento de nostalgia llego a el, sin mucho que pensar salió a toda prisa y durante el camino miro que Navier estaba afuera, con un ligero aire de sorpresa.

Un hombre venia bajando del carruaje y extendió su mano amigablemente hacia una joven, se suponía ya había debutado en sociedad, su cabello color vino cayo elegantemente mientras bajaba del carruaje, al levantar la mirada Sovieshu sonrió con calma y se acerco lentamente.

A los ojos de todos, esa mujer podría ser su primer amor pero no, era su media hermana, pero sentía que había algo raro en ella, no la recordaba así. Pero luego cayo en cuenta porque ese cambio. Cuando eran pequeños, muchas veces su madre la maltrataba, no en el mal sentido, si no que los separaba y dejaba a la menor llorando. Pero conforme fue pasando un poco el tiempo, noto que era calmada, no peleaba y respetaba a Sovieshu, su madre también fue demasiado tranquila, una concubina que pasaba desapercibida para muchos. Cuando creció y comenzó a alejarse de la vida en el palacio y su madre desapareció, la emperatriz, madre de sovieshu la hizo llamarla "madre emperatriz"y fue cuando empezaron a llevarse bien.

Muchas veces sovieshu miraba que su madre se molestaba en solo pensar que esa niña fue abandonada cuando tenia todo para ser una noble de poder, se encariño con ella pues la misma joven llego a ser consiente de todo el daño que el emperador provoco por tener más de una mujer.

-Hermana...

-Sovieshu, Navier, mucho sin vernos. Me alegra verlos aunque no tanto en esta situación, mi tío se encuentra algo débil y me pidió que tomara su lugar para no ser tomado como ofensa.

-Vaya, ¿así que el rey de Divalía es tu tío?- Sovieshu sonrió con cierta sorpresa.

-Era un secreto a voces aquí, mi madre era la princesa menor del reino, pero se mantuvo en secreto mucho tiempo, me entere cuando me fui del imperio oriental.