"Como Explicar algo Inexplicable"

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Las noches cada vez eran más frías, se notaba en el aire que era invierno. El silencio solo era interrumpido por el ruido que provocaban las ramas de los árboles al chocar unas con otras a causa del viento y por el sonido de la tetera anunciando que el agua para el te estaba lista.

Hermione, con los ojos rojos, cogió la pequeña tetera con cuidado para no quemarse y sirvió el agua caliente en dos tazas a partes iguales. Se acerco a una de las estanterías de la cocina y saco una caja que contenía bolsitas de te. Saco la ultima que quedaba e intento dar sabor al agua que acababa de calentar. Le dio un sorbo a su bebida e hizo una mueca. No estaba demasiado buena con tan poco sabor a te… Cogió la otra taza y salio al exterior.

Sentado en el suelo, apoyado en la entrada de la tienda de campaña, Harry resoplaba de frío y se frotaba las manos.

- He preparado te.- Dijo Hermione ofreciéndole la otra taza.- No esta muy bueno, porque solo quedaba una bolsita, pero al menos te quitara un poco el frío.

- Gracias.

La chica le dedico una pequeña sonrisa, pero no fue correspondida. Desde que Ron se había marchado no habían hablado mucho. Hermione lloraba casi todo el tiempo, aunque intentaba que Harry no la viera y el ambiente se había vuelto un tanto… tenso. Faltaba Ron…

- Si quieres puedo hacer guardia yo esta noche, no estoy cansada.

- No, ve a dormir, tranquila. De todos modos no creo que pudiese conciliar el sueño.

Hermione suspiro mientras observaba como Harry bebía mirando al horizonte sin decir una sola palabra.

- Esta bien, como quieras. Si pasa algo o lo que sea… avísame ¿de acuerdo?

Harry asintió con la cabeza sin decir nada y Hermione volvió a entrar dentro de la tienda.

Esa noche hacia frío, demasiado frío para el gusto de Harry. Lo cierto es que nunca había pasado demasiado frío. En casa de sus tíos siempre hacia una buena temperatura y en Hogwarts siempre se encargaban de tener las chimeneas encendidas y el castillo caliente, sobretodo en invierno. Le encantaría estar en ese momento tomando algo caliente echado en su cómoda cama de Hogwarts, pero no, estaba en medio de un bosque huyendo para que Voldemort no le atrapara.

Hoqwarts… desde que Ron se fue había estado buscándole en el mapa del merodeador por el castillo para saber si había vuelto al colegio, pero no le había encontrado.

Metió su mano en el bolsillo de su chaqueta y sacó el mapa del merodeador. Lo abrió temblorosamente y empezó a buscar un nombre en particular. Pero no era el de su amigo. Lo encontró. Allí, en la sala común de Gryffindor, Ginny Weasley, se encontraba sentada en uno de los cómodos sillones en los que tantas veces ellos dos se habían besado meses atrás.

Sabía que era tonto lo que estaba haciendo, después de todo, solo se limitaba a observar un pequeño punto en el mapa con el nombre de Ginny Weasley, pero eso le hacia sentirse más cerca de ella. Como si mirando fijamente su nombre con mucha intensidad Ginny pudiese sentir que estaba pensando en ella.

- Te estas volviendo loco Harry…- Murmuró.

El punto que simbolizaba a Ginny se movió para acercarse un poco más a la gran chimenea de la sala común. Ella estaba bien. Al menos no estaba muerta y eso le bastaba para convencerse de que la decisión que tomó en el entierro de Dumbledore era acertada. Pero no podía evitar desear estar allí con ella, sentados en un sillón abrazados, besándose, oliendo ese perfume suyo que lo volvía loco... Quería sentirla otra vez cerca suyo, poder tocarla, hablar con ella... Con verla le bastaba para sentirse mejor.

Juntó las manos y se las acerco a la boca para darse calor con su aliento. Miró al cielo y suspiró. Harry cerró los ojos, y pensando aun en Ginny, dijo para sí: "Como desearía estar contigo... sin preocupaciones, solos tú y yo." Lo dijo mentalmente, pero retumbó en sus oídos como si lo hubiese dicho gritando.

𝑨 𝒕𝒓𝒂𝒗𝒆́𝒔 𝒅𝒆 𝒍𝒂𝒔 𝒆𝒔𝒕𝒓𝒆𝒍𝒍𝒂𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora