"La de aquí Y la del Mas Allá"

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- No entiendo nada.

Lo dijo como una niña pequeña que no comprende la lección nueva que le explica el profesor. Pero lo cierto era que no entendía nada. De un momento a otro Harry la había besado, la había llevado a la sala más rara que podía haber en todo Hogwarts y le había dicho que venía del futuro. No sólo eso, sino que además en ese futuro ellos dos iban a estar juntos. ¿No se había dado cuenta y seguía en su cama con dosel soñando plácidamente?

No, no podía estar soñando. Porque delante de ella, los ojos de Harry, más verdes de lo que nunca los había visto, la miraban expectantes, ansiosos y, a la vez, con una dulzura y timidez que nunca pensó que vería en ellos. No al menos dirigidos a ella. Y definitivamente no podía estar soñando porque, aunque parecía mentira, todavía sentía los labios de Harry sobre los suyos. Había sido un corto roce de labios que la había dejado callada de un plumazo y había hecho que su corazón diera una voltereta doble hacia detrás. Apenas había durado unos segundos, pero podo sentir las ansias de Harry y sus labios firmes y seguros. Había sido su primer beso y había sido con Harry. Con eso le bastaba.

Y ahora estaba allí, sentada en aquel sofá y con Harry mirándola con una sonrisa nerviosa en su cara.

- Lo cierto es que yo tampoco…- Le dijo.- Pero… ¿Me crees?

Dudó durante unos segundos qué contestar. Su corazón le decía que sí, que Harry le estaba diciendo la verdad. Aunque no sabía si lo que sentía de verdad era eso o lo confundía con las ganas que tenía de que fuera verdad ya que por otro lado su cabeza le decía que era imposible, que no se viaja en el tiempo así como así.

- ¿Me estás diciendo la verdad… no?

- Sí, en serio.- Se apresuró a decir él.- Sé que es descabellado y demasiado extraño como para ser cierto, pero es verdad. No sé cómo pero hace tres días estaba en 1997 y de pronto aparecí aquí… atrapado en mi Yo de catorce años…

Ginny no pudo evitar soltar una risita ante esa situación. Se le hacía gracioso pensar en un Harry de diecisiete años, no podía imaginarse cómo sería.

- ¿Te estás riendo…?

- Sí, quiero decir, no.- Harry la miraba sin entender.- Es que se me hace raro pensar en ti teniendo diecisiete años…- Harry se relajó y sonrió.

- Pues los tengo… Aunque tampoco he cambiado tanto.- Dijo algo colorado dándose cuenta de que estaba hablando con Ginny de su cambio físico con los años.

- Seguro que sí.

Harry desvió su mirada a sus manos, relajadas encima de sus rodillas. Todo aquello era demasiado extraño, pero por alguna razón se sentía cómodo. Ginny siempre había logrado que se sintiera a gusto en casi cualquier situación y que dejara de lado la vergüenza, siendo él mismo sin importar lo que pasara. Ella lograba hacer las cosas mucho más fáciles. Levantó una mano y cogió una de las de ella, suavemente, acariciándola con su pulgar y sintiendo la suave piel de Ginny otra vez entre sus manos. No la miró a la cara, así quizá acercarse a ella era mas fácil.

- Hace mucho que no hacía esto…- Dijo con un suspiro.

- ¿Sí?

Harry asintió lentamente sin todavía mirarla. Sólo tenía ojos para esa mano pequeña y suave que acariciaba lentamente.

- Demasiado.- Dijo con sinceridad recordando lo mucho que había echado de menos las caricias de la chica.

- Cuéntame qué ha ocurrido, Harry. Cuéntamelo todo.

Se atrevió a levantar la cabeza y mirarla. Ahora que estaban allí y no había marcha atrás se daba cuenta de que no sabía qué iba a contarle. No quería abrumarla con cantidad de información sobre Voldemort, la profecía, las muertes… Sólo quería decirle lo que sentía por ella, todas las cosas que habían pasado juntos.

𝑨 𝒕𝒓𝒂𝒗𝒆́𝒔 𝒅𝒆 𝒍𝒂𝒔 𝒆𝒔𝒕𝒓𝒆𝒍𝒍𝒂𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora