"O El,O Yo"

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Aún no sabía cómo había logrado escapar y no tener que responderle a Ginny. Bueno, sí lo sabía. Por una vez la interrupción de Ron no le había molestado en absoluto. Él y Hermione habían aparecido de la nada y Ron, que lo último que se imaginaba era que en el futuro su mejor amigo y su hermana saldrían juntos, no tuvo ningún reparo en quedarse con ellos. Pudo notar la mirada furiosa que Ginny le lanzaba a Hermione que claramente decía: "¿Por qué habéis tenido que aparecer ahora?" Y le causó gracia… pero lo agradecía. ¡Él nunca se había encargado de dar los primeros pasos! Nunca había sido románico, ni le había dicho palabras bonitas al oído o tenido un detalle con ella. Cuando estaban juntos simplemente eran… ellos mismos. Era estúpido, pero en cierto modo no sabía qué hacer. ¿Cómo darle su primer beso perfecto?

Pasaron el resto de la mañana los cuatro juntos hablando de todo y de nada. De quidittch, de los profesores, del torneo… En ciertas ocasiones le costaba situarse y saber de qué hablaban sus amigos. Después de todo, para él eso había pasado ya hacía un tiempo, y recordar lo que le habían dicho unos días atrás era algo confuso.

Pero aquellas charlas juntos, hablando de trivialidades sin importancia, le recordaban a su tiempo, a sus recuerdos de sexto curso donde los cuatro se pasaban horas hablando de los partidos, del equipo, del colegio… molestando a Ron dándose besos delante de él… Y ahora había sido igual, menos la parte de los besos, claro. Pero no era por falta de ganas.

Podía notar nerviosismo también en Ginny. La conocía muy y sabía que para ella, desde siempre, había sido un sueño formar parte de las conversaciones y aventuras de "el trío de oro". Y en ese momento, de repente, estaba pasando el rato con ellos. Entendía que para ella fuese algo raro… En la comida había puesto la misma cara de incredulidad al ver cómo le invitaba a comer con ellos. Pero en ningún momento se quejó, sabía que lo deseaba.

Pero esos momentos sin importancia, de tranquilidad, de paz, habían acabado. Y allí estaban otra vez sus dos amigos y él, delante del escritorio del profesor Dumbledor, esperando seguramente a escuchar más cosas del futuro. Odiaba aquello… revivirlo. Porque lo que venía ahora iba a ser uno de los peores recuerdos de su corta vida. La peor pérdida que había vivido.

La puerta detrás de ellos se abrió y se levantaron de un salto de sus asientos. Dumbledore, entrando majestuosa y sencillamente al mismo tiempo por la puerta, como sólo él sabía hacer, les sonrió ampliamente y se dirigió a su silla detrás de la mesa.

- Siéntense muchachos.- Dijo haciendo él lo mismo.

Nadie habló. Sabía que iba a tener que volver a comenzar a hablar, pero no sabía cómo empezar. Todo era silencio.

- Bueno… ¿Vas a seguir contándonos qué ocurre en el futuro?- Preguntó Ron impaciente.

- ¡Ron…!

- ¿Qué? Es lo que estamos deseando todos…- Se excusó.

Dumbledore les sonrió. Él, seguramente, era la persona que más deseos tenía de saber sobre la historia de Harry, su futuro y con él, el de Voldemort.

- ¿Todo en orden desde la última vez que hablamos?

- Se hace un poco difícil ver a… Cedric, pero…

Hermione no pudo continuar. La muerte de Cedric le había descolocado e impresionado mucho. Ron, que notó que no podía continuar la frase habló por ella.

- Usted sabe, verle comer en la mesa de enfrente y saber que dentro de poco morirá… no es fácil.

- ¿Y quien ha dicho que eso ocurrirá?

Ron miró incrédulo a su director y después a Harry. Ni más ni menos que su amigo, pocas horas atrás lo había dicho.

- No me mires así…

𝑨 𝒕𝒓𝒂𝒗𝒆́𝒔 𝒅𝒆 𝒍𝒂𝒔 𝒆𝒔𝒕𝒓𝒆𝒍𝒍𝒂𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora