Capítulo 1

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Scott

- ¿Qué se supone que es esa marca de la puerta? - Stiles pasa sus dedos por los grandes arañazos que se encuentran en la puerta de la casa de los Hale. 

Derek frunce el ceño. Parece no querer respondernos. Siento que aún no confía en mí del todo. Me acerco a él y poso mi mano en su hombro:

- Derek, ahora nos tienes a nosotros, Isaac ha mejorado mucho... - Derek no quiere que continúe. 

- Scott, estamos hablando de una manada de seis personas - Su voz se rompe en cuanto dice el seis. 

- Nosotros tenemos a un loco que resucitó, a una banshee, a Cora..., tenemos a mucha gente. - Stiles, con su conocida expresividad, intenta tranquilizar a Derek. 

- Stiles, estamos hablando de una manada de seis alphas. - Las palabras de Derek hielan mi sangre. 

- Pues necesitamos ayuda urgentemente - afirma Stiles encendiendo el Jeep. 

- ¿Tienes idea de alguien? - le pregunto a Derek quien observa el bosque con la mirada perdida. 

- Sí, ahora iros a casa y ya os contaré...

Asiento. Sé que estaría mal si le preguntase. Derek es un hombre de pocas palabras y muy misterioso, y preguntarle muchas más cosas no sería de su agrado. Me subo al Jeep de Stiles y sigo la mirada de Derek, que sigue fija en lo más oscuro del bosque. 

●●●

Quiero correr y gritar. Los pasos se acercan más y más a mí. Puedo oler a seis "cosas" correr tras de mí. Escucho sus gruñidos cansados, si consigo das unos pasos más, llegaré a la carretera principal de Beacon Hills y alguien me verá. Estoy a centímetros, cuando de entre las sombras un gran puma negro salta hacia mí.  Éste gruñe y me enseña sus colmillos, mientras sus garras se clavan en mi pecho. Sus ojos son de un azul marino demasiado fuerte, no puede ser un simple animal. De un instante a otro deja de gruñir y habla:

- Scott, Lydia te está esperando... - Espera, ¿qué?

Las palmadas en la cara de Stiles me terminan por despertar. Froto mis ojos. Todo ha sido una pesadilla. Me giro hacia Stiles y le dedico una mirada de pocos amigos:

- Scott, llegamos tarde, no es momento de comerse a nadie... Venga, que Lydia y Allison nos están esperando. - Stiles aparta las sábanas, con las cuales estaba dispuesto a volver a taparme en cuanto escuché el nombre de Allison.

- No quiero ir, he tenido una pesadilla.

- Scott, ya no somos niños pequeños... Pero, ¿de qué iba? - Stiles se sienta en mi cama y espera expectante a que se lo cuente.

Se lo cuento todo, sin incluir, claro está, que un puma negro me habló con su voz. Él se pasa la mano por la barbilla:

- Puede ser un sueño premonitorio, pero no hay pumas por Beacon Hills...

- Tampoco había lobos - afirmo tras ver una gran bandada de pájaros volar por el cielo. 

●●●

Jade

- No puedo atenderte ahora mismo  - le digo a la mujer que está entrando por la puerta. 

No le he dirigido ni la mirada.  He  encontrado por fin la evidencia de la gran manada de Alphas de la que  tanto he escuchado hablar:

- Por favor mi señora, mi hijo se está muriendo de dolor. - Dejo mis gafas en una esquina de la mesa y por fin puedo verla. 

Es una mujer muy joven, debe tener mi edad. Su hijo no tiene ni apenas un año. El bebé está sudando demasiado y  sus ojos se entrecierran cada vez más:

- Por favor, señorita Hale 

Me entrega a su bebé y lo pongo sobre la camilla. Le tomo la temperatura y comienzo a inspeccionarle; por el tamaño descomunal de hinchado de la barriga puedo suponer que tiene una infección gastrointestinal. La bebida en Puebla es escasa y la que tenemos tiene una gran cantidad de bacterias. Agarro la mano del bebé fuera de la vista de su madre y comienzo a absorber su dolor:

- Tiene...infección...el dolor le pasará hoy, yo me tengo que ir fuera del país durante unos meses, pero tiene usted permiso... - el dolor del bebé era demasiado para un cuerpo tan pequeño. Jadeo un poco  y continúo hablando. - Tiene usted permiso para beber todo lo que tengo en el almacén: agua, zumos... Tiene comida, mantas y de todo. Allí también encontrará un papel con mi nueva dirección. Estoy disponible para usted para lo que quiera. Cuide a su bebé y cuídese a sí misma, cuando vuelva la quiero viva para venirse a Estados Unidos conmigo. 

- Yo..., no sé qué decirle señorita Hale. - Sus brazos me envuelven y solloza en mi hombro. 

- Llámame Jaden, Jaden Hale. 


PUMA - scott mccallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora