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Durante una calurosa tarde de verano un joven de cabellos oscuros acomodaba sillas y mesas mientras que con un trapo limpiaba el piso de baldosas blancas. De a ratos bostezaba pues no había dormido casi en toda la noche, su frente estaba brillosa por el sudor y el echo de tener tanto pelo no le ayudaba. Sip, el es Hitohito Tadano.

El aire acondicionado se había roto, así que no podía prenderlo, llamar a un técnico era lo más difícil pues la YPF en la que trabajaba estaba puesta en medio de la ruta, una bonita ruta a la siesta con casi 40° grados, si la playa de estacionamiento no tuviera techo él y sus compañeros estarían carbonizados, bueno, él no porque trabajaba en el mini mercado.

Tadano se reía de a ratos por lo que pasaban en la tele, otras veces miraba por los vidrios y analizaba a la gente que pasaba. Solo cargaban combustible y seguían con su viaje, muy pocos entraban a su lugar, así que estaba bastante tranquilo dentro de todo. Tranquilidad que le duraría bastante poco.

- ¡HITOHITO!- Se escuchó desde la puerta principal.- ¿Me ayudas a limpiar los baños al rato?- Dijo sonriente su compañera Najimi, o bueno, realmente ninguno de ellos sabe que es lo que sea, simplemente es Najimi.
- ¿L-Los baños?- Dijo confundido el contrario.- ¿No era que hoy le tocaba a Yamai?
- Perdí una apuesta, y como el día que te tocaba faltaste decidí que tú me ayudarías.- El joven se sorprendió, ese día fue el cumpleaños de su madre, tenía permiso de faltar. Igualmente al día siguiente sus compañeros lo quisieron matar ¿¡No bastaba con eso!?
- ¡Uy! ahora que te veo de cerca pareces un zombi con esas ojeras.- Se reía Osana, si, ríete hasta que te toque trabajar casi 18 horas solo porque tus compañeros se fueron y dejaron tremendo echastre en el mini mercado que aceptaste limpiar solo porque de otra forma te castigarían con reto estúpido como si fueran niños.

Sin que Hitohito pueda decir algo más fue arrastrado por Najimi hacia los baños, dónde estuvieron hasta casi las cinco de la tarde porque la gente que viene de la playa y tiene barro en las zapatillas entra como si nada al baño sin usar el trapo de la puerta, total no lo limpian ustedes manga de pelotudos. Tadano ya estaba cansado, solo quería tirarse en su pieza o en el asiento de atrás del auto de su mamá, dónde sea solo quería volver a su casa. Más rabia le daba escuchar la horrible risa de Yamai la cual se escuchaba hasta el baño, ya que, cómo siempre ella se encontraba en la playa de estacionamiento, ¿haciendo su trabajo? No, echando chisme como las viejas chotas que viven en la esquina de mi barrio.

Aún así Hitohito se esforzaba por no sacar todo lo que pensaba, pues si se llegaba a pelear con las personas que tenía que ver por casi 48 horas sería el doble de pesado el echo de estar ahí.
El joven era consiente de que algunos de los clientes no tenían la culpa de ser, como diría su yo interior, un poco boludos.

Al terminar por fin de limpiar los baños salieron y cada uno fue para su lado, Tadano sintió por un corto segundo que podría estar en paz hasta que su ayudante soltó:
- ¡Muy buena limpieza Hitohito! ¿El lunes me ayudas denuevo?- Esa última frase hizo que el mencionado se sobresalte levemente.
- ¿E-El lunes?
- Si, si porque la apuesta era que tú y yo limpiemos los baños ¡por todo el mes!- Al de cabello oscuro casi le da un paro cardíaco, juntado con las ganas de patearle la cara a esa bruja de Yamai y algo de enojo con Najimi ¿porqué no?

En eso entran algunas personas y como siempre, es trabajo de Tadano atenderlas, así que solo suspiró, puso su mejor cara, no sin antes mirar lo más feo que pudo a su compañera, quién al recibir el mensaje rápidamente huyó de ahí con la cola entre las patas.

Cuando Tadano terminó de atender a la gente miró el reloj que se encontraba en una de las paredes. Se sorprendió al ver que eran ya las 6 de la tarde, no faltaría mucho para terminar su turno así que tomó "su teléfono" aprovechando que nadie más parecía entrar por la puerta.

En el momento en que lo enciende se da cuenta de que no es su teléfono, pues el fondo de bloqueo no era el mismo y al mirarlo bien nisiquiera era el mismo modelo, le extrañó que estuviera cargando con su propio cargador así que cuando iba a desconectarlo escuchó de repente:

-¡¿T-Ta-Tadano que ha-haces con mi teléfono!?- Himiko, la chica a la cual le da miedo hablar con los clientes y está prácticamente de adorno en el mini mercado. Habla poco con el oscuro así que a él no le importa lo que hace.
– ¿Es tuyo?– Dijo haciéndose el boludo – Porque está cargando con mi cargador.
– E-Es que lo dejaste ahí arriba, pensé que lo podía.– Agari fue interrumpida por esa voz que el azabache odiaba escuchar.
– Hay Tadano tienes que aprender a compartir, no seas un egoísta.– Yamai había aparecido prácticamente de la nada, bueno, probablemente entró por la puerta, ¿Pero que necesidad de meterse en la conversación así? Tendría que estar haciendo su trabajo.– Que mal compañero que sos.– Volteó hacia Agari.– Vamos, yo te presto mi cargador.
– G-Gracias Yamai.

¿Yo Mal compañero? ¿Enserio estaba mal reclamarle a alguien el echo de haber agarrado tus cosas sin permiso?
En otra situación, si yo hubiera agarrado el cargador de Agari ¿Seguiría siendo el malo?
Todos esos pensamientos le llenaron la cabeza, posibles opciones y posibles respuestas, a ninguno de sus compañeros le caía bien, bueno, eso era lo que ella le hacía créer.

– ¡Brujas!– Llegó una voz desde la playa de estacionamiento.– ¡Dejá de hacerte la víctima y vos dejá de mentir!– Era Najimi, les estaba gritando a Agari y a Yamai.
–¿¡Vi-Vi-Victima?!– Dijo asustada Agari.
– ¿Brujas..?– Dijo esta vez Yamai casi que prendida en llamas.
– Ay, además de Brujas sordas.– Tadano soltó una pequeña risita. Desgraciadamente Yamai la había escuchado.
– ¡CÁLLATE PEDAZO DE VÍRGEN!

Los siguientes 30 minutos fueron puro griterío y llanto dentro del mini mercado, parecía que se les había olvidado que estaban en una estación de servicio, la gente de afuera los miraba extrañados y los demás playeros no sabían que hacer.

Pronto se hicieron las 7 y luego las 8:30, luego las 9. No fue hasta 9:40 de la noche que uno de los playeros los había parado, aún así había mucha tensión en el aire. Yamai llegó a golpear al azabache dejándole un ojo morado, mientras que Najimi calmó un poco los llantos de Agari. Había tensión en el aire, la gente entraba como si nada y algunos se asustaban al ver el ojo de Tadano, el cual había logrado que Agari le diga dónde tenía escondido su celular para poder llamar a su madre y que esta lo saque lo más rápido que pueda de ese manicomio.

El de cabello oscuro le había agradecido a Najimi la ayuda, compensaba un poco el echo de que lo haya comprometido a limpiar baños todo un mes sin preguntarle. Aún así, se sentía un poco mal por haberle gritado a sus compañeras, cada vez que volteaba a mirarlas podía sentir miles de cuchillos clavados en su piel debido a la culpa.

Osana le dijo que no debía sentirse mal ya que ellas lo habían insultado primero, solo le miraban así para él que sintiera pena por ellas y que no necesitaba disculparse. Tadano se quedó medio tranquilo al escuchar eso, si, era verdad, pero su empatía le decía que estaba siendo igual o incluso peor que ellas.
 
Tadano y Yamai habían tenido una mala relación desde la secundaria, muchos dicen que fué una relación amorosa o una amistad que simplemente terminó mal.
La verdad, ni Hitohito sabe la metida de pata que se mandó en esa época. Mientras que Yamai recuerda hasta la hora y el minuto exacto en el que todo se fué a la mierda.

En eso, la puerta de entrada se abre para dejar ver una figura desconocida. La persona detrás de esa puerta era quién entraría a la vida de Tadano y la cambiaría para siempre.

...

'°YPF°' •√Komi×Tadano√•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora