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  Una vez que la chica y su acompañante se alejaron, Najimi saltó la baranda que separaba la cancha de las mesas y corrió hasta Tadano. Quien solo miraba confundido hacia la dirección en la que se fué.

  Ella era muy similar a Shōko, el chico que la acompañaba era el mismo del minimercado, quizá era su novia y solo se parecía mucho. Hitohito sintió como que alguien lo tomó bruscamente del hombro y lo sacudió frenéticamente mientras le gritaba.

– ¡Tadano despierta!– Una cachetada del lila y volvió por completo a la realidad.
– ¡¿Qué pasó?! ¿Fué un sueño?– Mirando a su alrededor se dió cuenta de que afortunadamente seguían en el boliche. Pero él estaba en el suelo de nuevo.
– ¿Comiste algo antes de venir? ¿Te sientes bien?– Preguntó Makoto ayudándolo a levantarse.

  Hitohito trataba de asimilar la situación, lo único en su cabeza ahora era la confusa imagen de un rostro muy conocido. No todos los días ves algo así, la ciudad en la que viven no es precisamente pequeña. Quiso ver hacia el fondo del lugar buscando su mirada, pero Najimi lo agarró por los hombros y lo sentó en la mesa junto a los demás.

– Si no te sientes bien yo te puedo llevar a tu casa.– Dijo Yamai preocupada por la repentina actitud del chico.
– No es eso... Últimamente me han dado pastillas un poco fuertes, son los efectos secundarios.– Agarró su botella para tomar un poco de agua.
– Debiste almenos decir algo sobre eso...– Najimi estaba serio y algo enojado probablemente.
– Lo olvidé.– Seguía buscando, pero las luces del lugar hacían que sus ojos y su cabeza se cansen.– Voy a ir a tomar algo de aire afuera.– Se levantó y caminó hasta la entrada, mirando a toda la gente que estaba a su alrededor, buscado esos ojos tan lindos que tanto extrañaba.

  Al estar fuera se alejó un poco y fué hacia una pequeña plaza que estaba cruzando la calle, para alejarse del olor a cigarro y la gente.

  Se sentó en el columpio, siempre le gustó ese juego, le hace acordar a una de esas veces en la que él y Shōko disfrutaban juntos sus tardes-noches. Se balanceaba usando sus pies, con la mirada perdida en el cielo negro y oscuro, la luz de las farolas no le dejaba ver las estrellas. Cerró sus ojos suavemente para sumergirse en sus recuerdos. Para extrañarla un poco.
 
  Sintió como que algo se fregaba entre sus piernas, algo pequeño y peludo. Un gato negro que buscaba su afecto y probablemente algo de comida, era muy similar al suyo, casi que tenía los mismos ojos. Acercó su mano con cuidado, el felino fregaba en ella su pequeño rostro mientras maullaba. Tadano no logró contener sus lágrimas.

  Después de un rato cruzó la calle y entró al boliche nuevamente, pudo ver que los chicos estaban jugando en la cancha de bolos, pero Yamai no estaba con ellos. Najimi lo vió desde arriba y lo saludó sonriendo. Tadano se acercó a él.

– ¿Y Yamai?– Preguntó el azabache después de chocar puños con Najimi.
– Está por allá hablando con la chica y el hermano de Shōko.– Señaló hacía el área donde se encontraban las mesas de billar.– Dejamos algo de pizza en la mesa.
– Gracias.– El lila sonrió y volvió al juego con los demás.

  Tadano caminó hasta dónde se encontraban los dos azabaches y la pelirroja.

– Hola, Yamai.– Al ver detenidamente a la chica junto a Sōsuke se dió cuenta de que no era quien creía y los saludó mientras volvía a disculparse.
– Está bien, en parte fué mi culpa. Las luces me marean un poco.– Dijo de manera distante pero tratando de sonar algo amable. Era unos años menor que él.
– ¿Eres Tadano, verdad?– Se apresuró a preguntar el Komi.
– Si, Tadano Hitohito. ¡Un gusto!– Extendió su mano.
– Ajá... Un gusto. Soy Sōsuke.– Los dos estrecharon sus manos mientras el chico lo analizaba fríamente de pies a cabeza.
– Yo me llamo Rei Natsukido.– Hizo una reverencia.– Mucho gusto.– Komi le había contado a Tadano sobre ella, era casi como su hermana menor.

  A Hitohito lo estaba matando la curiosidad. Se moría de ganas por preguntar algo sobre la chica que tanto extrañaba, pero su hermano era genuinamente aterrador. Era la primera vez que hablaban y se vería súper irrespetuoso.

   Solo conversaron de temas casuales al principio, Tadano hacía preguntas y Sōsuke las respondía de manera desinteresada. El mayor trató de llevar sus conversaciones hacia sus familiares para que salga el tema de Shōko y ahí poder preguntar. Pero Sōsuke era mucho más inteligente y aprovechaba cualquier distracción de Tadano para dar vuelta la charla y confundirlo más.

  Yamai ya se estaba aburriendo y decidió preguntar por su propia cuenta antes de que los dos chicos sigan así.

– ¿Y cómo está tu hermana mayor, Sōsuke?– Sonrió amablemente.
– Bueno... Hace año y medio que no la veo.– Sonrió de manera nostálgica, como si se hubiera perdido en su propio mundo.– Terminó sus estudios hace rato, y va a venir en unas semanas porque consiguió trabajo acá.
– Wow, que bueno, me alegra que esté bien.– Comentó alegre Yamai.

  Rei recibió un mensaje y anunció que ya era hora de que ella y Sōsuke se fuesen. Se despidieron amablemente de Tadano y Yamai para después salir del lugar. Los dos solitarios volvieron con los demás chicos, como ya estaban en los últimos turnos solo les quedó hacer de hinchada.

  Según la apuesta que habían echo, el perdedor debía de comprar helados para los demás. Ese pobre desafortunado terminó siendo Tadano, pues a diferencia de Yamai, que había pasado raspando, él no había tirado ni una sola vez. No le quedó de otra.

– ¡Yami, Yami!– Najimi se abalanzó sobre la pelirroja.– Pasa tu cámara, hay que sacar fotos.– La sacudía bruscamente de los hombros.
– Si, si. Espérame que estoy comiendo.– No parecía importarle.

  El grupo estaba sentado en una de las bancas del parque disfrutando de sus helados. El lila seguía molestando a la pelirroja para que saque su cámara, así que no tuvo más remedio que hacerle caso.

– Escuchen bien, si me la llegan a robar o me la manchan con helado, les rompo la jeta.– La sacó con cuidado de su bolso y la alejó un poco tratando de que todos entren en la imagen.

  1, 2 y 3 fotos, ninguna le convencía a Najimi, su problema principal era que Tadano parecía perdido y ni intentaba sonreír según él.

  Yamai extendió la cámara una vez más, Najimi aprovechó que era el único atrás del banco y comenzó a hacerle cosquillas a Tadano para que sonriera un poco al menos.

  No era el mejor banco del mundo realmente, habían cuatro personas arriba y una de ellas era Makoto. El azabache suele moverse mucho cuando se ríe por cosquillas y pues... Hubieron unos cuantos culos sobre el piso.

  "Al menos las fotos se veían graciosas."

...

'°YPF°' •√Komi×Tadano√•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora