Soy feliz

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¿Cómo se encuentran mis ávidos lectores? 😚😚Aquí les traigo el epílogo de esta historia, y que espero que disfruten.😘😘

Muchas gracias por seguirla hasta el final y disfrutarla tanto como yo, y estén deseosos por nuevos proyectos.😇😊😇😊

También les quiero avanzar que estoy comenzando un nuevo proyecto😎😎😎. Únicamente les puedo anunciar que se trata de una historia con un género que hace mucho no trato y también otro que hasta el momento no he tratado😜😜. Les dejo a su imaginación.🤭😆🤭😆

Habían pasado apenas ocho meses desde que todo el sufrimiento y silencio padecido acabó

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Habían pasado apenas ocho meses desde que todo el sufrimiento y silencio padecido acabó. Eren y Levi finalmente cumplían sus anhelos, o al menos gran parte de ellos. Después de todo, siempre queda espacio para nuevas ilusiones junto a la persona que más se ama.

Pero no todo fue felicidad pura, incluso en las relaciones más unidas habían problemas, una situación en la que Eren no pudo sentirse más culpable, pese que indirectamente no lo fuera. Es cierto que él sabía de la medicación que el azabache tomaba regularmente y los motivos tras ello, pero no fue pocos meses después que descubrió que era en excesivo perjudicial para quien las ingiriera convirtiendo al usuario en un adicto al contener un porcentaje de opiáceos en su producción.

Fueron tiempos duros para todos, pero con la ayuda de sus cercanos y la presencia de Eren, Levi se volvió fuerte y capaz de superarlo, incluyendo sus peores pesadillas. Había recuperado su ser, y el castaño no podía estar más feliz, y tal como prometieron, se convirtieron en una verdadera familia.

A causa del tratamiento, o más como una medida para hacerlo, el azabache se mudó a aquella gran casa en la que ahora vivía Eren, y aunque ya hubieran pasado los meses tras la terapia, continuó en su hogar, aún si hubiese sido por la petición de su pareja, aunque a cambio de una pequeña contribución pues se sentía como un aprovechado a pesar de que Eren no lo sintiera de esa manera.

Y qué decir de Gabi, desde el momento en el que Levi se mudó al hogar disfrutaba como nunca de su presencia, y más por el carácter y cariño que le profesaba a la pequeña, quién a sus ojos era como una madre. Una madre que la regañaba y al mismo tiempo la consentía, y tal como su padre, se oponía a que se marchara. Ahora ambos, o mejor dicho los tres, vivían juntos y felices como una familia, y aquella mañana no era menos.

Ahora que todo había pasado, era Levi quien tenía el sueño profundo, y era Eren quien cada mañana se deleitaba del rostro durmiente de este. Lo veía tan delicado y bello que nunca se cansaba de observarlo, tal como en aquel momento.

Pero aquella mañana surgió un pequeño inconveniente, y era el mismo problema que solía atacar a ciertos hombres cuando despertaban. Si, no era otra cosa más que una er*cción mañanera. Pensó en salir y aliviarse en el baño, pero con tan solo observar a su acompañante y las pocas prendas que llevaba, y como el pecho de este se observaba entre los pliegues de su camiseta, que no se resistió y comenzó a atacarlo mientras aún resoplaba entre sueños.

Aquel niño de escuelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora