CAPÍTULO 3

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-¿A dónde irás, hija?-preguntó mi tía. Nos encontrábamos desayunando en familia; papá fascinado con la comida, Sofía mi hermanita jugando con su comida, mi tío con rostro de querer ir salir de aquí, y mi tía que me cuestionaba a cada segundo.


-Iré de compras con Lucy. Después iremos a comer, Laura nos llevará.

-Laura ya está ocupada, sus vacaciones solo le acumularon trabajo. Que las lleve Pablo. -¿Qué?, el plan era que Laura nos llevará y así aprovechar el tiempo a solas. Lucy nos haría de carnada. Increíble, ni bien había llegado mi novia y ya la cargaban de trabajo-. Pero...

-¿Pasa algo?, también puede dejar todo para mañana si es tan urgente que ella las lleve de compras-dijo Lucrecia. Me miró a los ojos y no sé pero sentí que sabía algo y solo esperaba alguna reacción mía-¿Si?

-Lucrecia, no le des tanto trabajo en un día a la pobre de Laura-intervino papá. Él seguía siendo el jefe de la casa aunque mi tía se llevara las riendas de todo.

-No, está bien tía. Es mejor que nos lleve Pablo-. No podía arriesgarme a levantar sospechas, si es que aún no las tenían.

Mas tarde me alisté y pase por Lucy a su casa, vivía en la misma residencia que yo a unas cuantas calles de diferencia. Tardamos por el exceso de tráfico en la CDMX, pero llegamos a La Gran Plaza, un centro comercial exclusivo para personas de importantes y con mucho dinero. Nos fuimos directo al área de zapatos, a mí mejor amiga le encantaban. Yo preferiría estar en el área de ropa.

-¿Qué tal estos?-preguntó sonriendo.


-Encantadores, te quedan muy bien. -Alzó sus cejas delineadas, un gesto muy particular y sarcástico de ella pero a la vez tierno-Igual que a ti, amiga. ¿No llevas ni un par?, ¿cómo piensas enamorar a Laura?

-Ella ya está súper enamorada de mi-contesté con suficiencia.

-Que humilde. Mejor vamos a comer, muero de hambre. -Entregó el par de zapatos junto con otros dos que ya había seleccionado al joven que nos estaba atendiendo y se fue con él a liquidar su cuenta. Mientras, salí de la zapatería para esperar cerca de una gran fuente en medio de todo el centro comercial. La observé embobada, era muy bonita, que satisfactorio escuchar el agua limpia que corría por todos lados. Quise acercarme para tocar el agua pero algo pesado me irrumpió el paso, o más bien con alguien más, todo pasó tan rápido que cuando me di cuenta ya estaba sobre el suelo, encima de ella.

-¡Auch!-se quejó. No quería moverme, tenía mucha vergüenza, las personas al rededor observaban con burla y otros con pena, lo cual provocó que me pusiese tan roja como tómate en su mero punto. Lentamente levanté la cabeza para encontrarme con una mirada color verde esmeralda totalmente diferente a a la mía color chocolate. -¿Estás bien?

-Ah... discúlpame, de verdad perdoname, no puede ser, no, no me fijé al caminar. ¿Tú estás bien?, ¿te lastimé?, ah-observé sus pantalones de mezclilla color azul y la blusa bordada artesanalmente que andaba, todo muy bien planchado. También ví su mochila tirada a un lado, para después toparme con su sonrisa de oreja a oreja y unas cejas muy alzadas y pobladas. -¿Por qué sonríes después de que por poco y te tiro a la fuente?

-Porque aún sigues arriba de mi y no me puedo parar. Además, estás muy roja del rostro. ¿Eres alérgica?

-Santo cielo que vergüenza. -Me levanté super rápido y la ayude a ponerse de pie. Más vergüenza me dio después darme cuenta que yo andaba una falta corta y seguramente se me vió todo. -Lo siento mucho, de verdad. No me di cuen-

-No te preocupes, no pasa nada. -Sacudió su ropa y después la piel super blanca de sus palmas y brazos-Yo sí te ví a ti, me fue imposible ignorarte. -¿Eso había sido un piropo?, lo siento pero yo tengo novia. Rápidamente me puse a la defensiva-Nunca creí que no te dieras cuenta que estaba casi frente a ti. -Rió. En ese momento llegó otra chica un poco más delgada y morena para reírse en su cara.

En El Nombre Del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora