Persona ideal

Una cama

Después de caminar varias cuadras con la lluvia fue algo sorprendente y al mismo tiempo decepcionante ver el lugar cerrado, solo se alcanzaba a leer en una hoja pegada dentro del edificio.

« Mi esposa se cayó, tuve que llevarla al hospital, mañana estaremos dando la ropa, lamentamos las molestias se hará un descuento».

— Pero si acabas de llamar — susurró con gran molestia Katai, lo mismo pasaba con Kunikida que escucho su teléfono sonar,— Bueno ... Sí... Entiendo... Que se mejore ... No tiend que preocuparse... — era obvio que por la cara de preocupación, enojo y decepción en el rostro de Kunikida que el dueño de la tintorería no estaba, — ¿Por qué tenemos mala suerte cada que estamos juntos? — preguntó con confusión y hasta cierto tonó de broma Katai al ver la llamada terminada en busca de aligerar el ámbito,— No lo sé.... Siempre que esto contigo algo no sale como lo planeo, aún cuando no hagas nada — dijo con gran cansancio Kunikida, no sabía lo mucho que sus palabras habían lastimado a Katai, “Otra razón por la que está tontería del hilo rojo no sirve” pensó antes de intentar rápidamente eliminar esos pensamientos tan pesimistas, — Lo peor es que solo tengo un futón — dijo molestó porque sus planes acababan de arruinarse por completo,— ¿Qué? ¿Pero eres Kunikida Doppo? ¡Debes tener más de uno! — exclamó Tamaya,— El otro estaba aquí, el plan era dejarlos lavando y luego ir por ellos, no tenía contemplado esto... — se quejó molestó consigo mismo antes de frotar su cien con la mano que tenía libre,— Será como cuándo éramos niños... — fue la conclusión a lo que el usuario de Futón lo miro con incredulidad, “ ¡Ya no somos niños!” pensó pero se guardo sus quejas, sabía que no había solución alguna a esa situación, más porque tal vez si no hubiera salido corriendo se habrían ido en el auto de Kunikida y hubieran llegado más rápido.

***

Al llegar a la casa de Kunikida se decidió que el más mojado era Katai por lo que debía darse un profundo baño para evitar enfermarse,— Preparé algo de comer, puedes tomar ropa mía, la tuya estaba infestada — explicó antes de ir a la cocina y dejar a Katai en el baño.

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El agua caliente empezó a salir al mismo tiempo que se escuchaban voces afuera, reconoció una, era la de la doctora Yosano, una de las razones por la que dejó la agencia, era demasiado aterradora para alguien como él que era incapaz de hablar con las mujeres, la segunda porque si seguía en la agencia, ella y Ranpo se encargarían de decirle sobre sus sentimientos a Kunikida, “ No saldré hasta que se vaya” pensó antes de entrar a la tina, el agua cálida se sintió tan bien ante su helado cuerpo, “ No se de quién es la otra voz... ” pensó antes de escuchar el grito molestó de Kunikida,— ¡DAZAI LARGÓ DE MI CASA! —.
“ Así que es la voz de Dazai...” pensó Tamaya, nunca la había escuchado tan cerca, no sabía mucho de el más haya de que era un vago y un mujeriego o eso fue lo que dijo Kunikida al referirse a él,— Es peligroso... — agregó pensando en que también Doppo se refirió a él como una mente que hacía mil y un maquinaciones,— Es mejor estar aquí... — se convenció a si mismo que tal vez sería algo rápido.

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— ¿¡Está borracho!? — gritó al ver a su amigo de toda la vida en el suelo hablando sobre porque el piso se movía,— No más poquito — dijo Dazai,— Así que tú eres el famoso Katai Yamada — cambió la conversación rápidamente Osamu,— ¿Así que su cercanía va hasta que te pongas su ropa? Es tan adorable — comentó haciendo sonrojar al de lentes,— Yo... — tenía una razón para todo lo que estaba pasando pero eso quedó en segundo plano cuando vio a Yosano tomar la olla de la comida que había preparado Kunikida,— Yo... Yosano-sensei... — intentó levantar la voz pero siguió mirando el suelo, no tenía el valor de hablarle o reclamarle algo a alguien como Akiko, era uno mujer y dos era aterradora enojada,— Este... Bueno... Lamentamos interrumpir su cita pero olvide hacer las compras, Atsushi tiene goteras en su casa por todas partes así que está era la única opción, pero no nos daría de comer estando sobrio — se disculpó realmente avergonzada por seguirle la corriente a Dazai pero Tamaya buscaba una respuesta o más bien el valor de decir que no estaba en ninguna cita con Kunikida,— Me... Quedaré... Vivir... Aquí...— no pudo completar una oración que tuviera sentido, solo levantaba la voz un poco en ciertas partes que hicieron a los dos detectives verlos con sorpresa,— ¡Así que vas a vivir con Kunikida! — soltó Dazai que había robado el ideal de Kunikida tantas veces que sabía que su compañero no quería vivir con su pareja hasta casarse, “ La gente hace cosas locas por amor...” pensó para si mismo esperando que si era así con eso, Kunikida tal vez sería menos duro con sus llegadas tarde al trabajo, mientras Yosano los felicitaba por tomar tal iniciativa,— Este es el primer paso para una relación bastante sería — dijo antes de llevarse la comida con Dazai, lo mejor era dejarlos disfrutar su vida de pareja sin molestia alguna.
— Creo que entendieron algo terriblemente mal — se quejó pero debía ocuparse de todo ahora que el idealista estaba borracho en el suelo,— Nunca eres bueno con el alcohol — susurró con algo de cansancio por la situación,— Primero a bañarte, no puedo dejarte solo con eso, podrías ahogarte... —.