Día libre

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Había pasado un año en dónde Kunikida comenzó a salir con Katai, con eso habían hecho tantos cambios, desde tener una mascota, vivir juntos en su nuevo hogar, un apartamento con una habitación dedicada a las computadoras de Katai y otra como oficina de Kunikida, al mismo tiempo se habían enfrentado a muchas dificultades desde el punto de convivencia hasta las reglas para cada uno, pero estaban dispuestos a hacer cambios en varias cosas desde limpiar para Katai y destinar menos tiempo a la agencia, es decir tenía que ir a dormir a casa y no quedarse resolviendo las cosas que Dazai hacía, aun así otras no cambiaron, su propia esencia que hacía amar al otro se mantenía.

Hoy como cada mañana el despertador sonó, Kunikida estiró la mano antes de poder apagarlo para luego ponerse los lentes permitiendo ver a su pareja durmiendo al lado suyo, — Katai... — lo llamó mientras lo movía un poco, este hizo un par de quejidos, ahora dormían juntos en un futón del suficiente tamaño para eso y luego estaba Yoshiko que estaba solo para cuando Katai hacia su trabajo y se encontraba en su oficina, — No quiero... — renegó ante los movimientos de su pareja, — Vamos, al menos debemos desayunar juntos — pidió a su pareja, sabía que la mayoría de las veces Tamaya se iba a dormir luego de despedirse de Doppo, — Estoy cansado... —.
— ¿De qué? —.
— La verdadera pregunta es ¿Por qué tú no estás cansado? — después de eso ya no intento levantar a su pareja, a menos que quisiera morir de vergüenza por recordar todo lo que pasó la noche anterior, — Te llamaré cuando esté listo el desayuno... — dijo en un intento de regresar a su compostura para luego preparase para ir al trabajo como siempre lo hacía.

***

El desayuno era una comida muy balanceada, perfecta para Katai que desde que comenzó a vivir con Kunikida empezó a mejorar sus hábitos de salud.
Aún con una mirada de sueño y envuelto en Yoshiko llegó Katai antes de tomar el alimento de MAC, — Ven — llamo a su mascota que llegó enseguida, terminado eso fue con su pareja que ya estaba sirviendo el desayuno, — ¿Cómo despertaste? — preguntó antes de sentir como Katai lo abrazaba, — No quiero que vayas... — se quejó, — Ya sé que hoy es 14 de febrero... — no había forma de que a alguien como Kunikida Doppo se le pusiera pasar una fecha tan importante y tampoco sabiendo lo mucho que su pareja quería tenerlo ese día, había pasado demasiados días como ese solo que tener a su pareja todo el día sería un sueño hecho realidad, — Tengo que ir al trabajo — le explicó a lo que Katai soltó un bufido, pero lo acepto aun así no quería dejar de abrazar a Kunikida, el aroma a la loción que se había puesto esa mañana era embriagante, amaba ese aroma y eso lo sabía Doppo, — Intentaré salir pronto para estar todo el día juntos... — le prometió a su pareja que simplemente lo beso, — Te amo... — soltó con tranquilidad a lo que Kunikida sonrió, — Tienes cinco minutos — desde que comenzaron a salir Kunikida había cronometrado cuando tiempo podía dejar de sobra para poder estar cariñoso con su novio sin llegar tarde a la agencia, — ¿Qué no tenía 10? — preguntó Katai, — Son veinte, pero alguien no quiso levantarse de la cama — lo sabía, pero a veces era demasiado perezoso para levantarse aun así disfruto de sus cinco minutos, de todas forma siempre se excedían de tiempo.

***

Kunikida llegó al trabajo como cada mañana listo para hacer sus deberes y al mismo tiempo tener que soportar el bombardeo de bromas pesadas de Dazai, pero como era costumbre llegaría tarde y podría descansar de sus molestias, lo que si dejaba en claro es que nadie debía molestarlo cuando ya había planeado la cita ideal con Katai, no sería bueno ser la persona encargada de hacer que se retrasará con eso.
Al llegar a su escritorio vio una fotografía que se había tomado con su pareja, estaban en casa uno porque Katai sentía mejor en casa y al mismo tiempo Kunikida a veces solo quería estar en su casa, pasaba demasiado tiempo en la agencia yendo de un lado al otro, así que quedarse en casa sería una buena forma de celebrar lo mucho que se amaban, era su primer aniversario, la foto había sido tomada hacía solo unos días y amaba esa fotografía. En ella Katai estaba recargado en él, con el gato en sus piernas y Kunikida rodeándolo con su brazo mientras con la otra mano sostenía la cámara, se podía enfocar un pastel, algunas cajas que eran de los regalos que se dieron, “Fue un día maravilloso” pensó al recordar que era una libreta con el autógrafo del maestro artesano que había creado la libreta de Kunikida, “Ya lo extraño... ” en serio quería estar a su lado en estos momentos, pero sabía que su trabajo era realmente importante, también por eso amaba a Katai, la manera en que entendía sus deberes y su amor por su trabajo era magnífica, al mismo tiempo que sabía ponerle límites cuando sentía que si seguía haciendo ciertas cosas podría salir lastimado, al mismo tiempo cuidarlo en los momentos de más confusión.

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