Aprender

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Debes aprender a caminar sin mirar atrás, dejando a la espalda lo que quieres tener de frente, como si no pasara nada. Debes aprender a ignorar, y vivir con indiferencia ante cada emoción que nace en ese corazón con problemas para contenerse. Debes aprender nuevas palabras, y sobre todo aprender a usarlas, a vestirlas como disfraz, aunque eso no es nuevo; te has escondido toda tu vida tras ellas, quizá no las mismas, pero llevas el diccionario como coraza hace mucho.
Entonces, haz gala de ecuanimidad ante todo, aunque el equilibrio nunca haya sido lo tuyo, aún queriéndolo. Cierra los ojos y pon una sonrisa a todos los complejos. Sube el volumen del ruido exterior para que todos estén demasiado ocupados como para escucharte. Así, quizá sea más fácil esconderte.
Debes aprender a amar; a los que siempre has amado: sin egoísmo; o a los que aparecen ahora: sin complejos.
Siempre oí que amar a dos le rompe a tres el corazón, pero aquí estoy, y no se si finalmente sea cierto. Así que estás aprendiendo a amar doble, bueno, triple, a ver si de paso llegas a amarte a ti también.
Pero ¿como lo asimilas? ¿también debes aprender eso? ¿en algún lugar te enseñan como sobrellevar la vida que te toca por tu jodida manera de ser? Respondo con una filosofía que escuché alguna vez: "nadie sabe exactamente lo que está haciendo, sólo tratamos de hacer lo mejor que podemos para seguir adelante"
Aprender...
Aprender a sacar la mente del dogma que ha sido tu vida desde que abriste los ojos ¿es eso lo que quieres? Con la lógica no, con el corazón quizás. Pero todo eso involucra aprender a vivir con el riesgo de ser descubierta, aprender a vivir con el miedo de que alguien te mire fijamente a los ojos y recite lo que callas.
Aprender a llevar sobre tus hombros el peso de la culpa si algo sale mal; porque saldrá mal, por algún lado. Si por fin entiendes que serás feliz en el camino en el que estás, saldrá mal para lo que dejaste en tu anterior senda; y si finalmente decides volver sobre tus huellas y regresar a los pasos marcados, saldrá mal para el mundo que te abrió sus puertas. Y, en cualquiera de los casos, la edificación de tu nueva vida se cimentará sobre corazones rotos por tu decisión. En fin, será tu culpa. Eres consciente...
¿Y ahora qué?
¿Leer?
¿Escribir?
¿Cantar?
¿Dónde esconderte?
Nada basta para librarte de un recuerdo y menos de la duda de cómo será todo después del próximo paso.
Debes aprender a ser paciente y pensar con cabeza fría, o a sentir lo que pasa y luego tomar una decisión.
Pero no es fácil, y quizá sólo te estás excusando para no tomar de una vez por todas esa decisión, pero bueno, nunca has mentido en algo: eres una cobarde.
¿Por qué lo alargas? Si al final siempre lo has sabido, en el fondo...
No todas las historias tienen un final feliz, se lo dijiste la primera vez que la tuviste contra tu pecho, entonces, ¿qué te hace pensar que el tuyo lo tendría cuando no eres la princesa?
No sueñes, regresa a la realidad y saca valor de tus insomnios...
Es tiempo de dejarlo ir...

poesía infielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora