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La limerencia es el estado mental involuntario que resulta de una atracción romántica hacia alguien en el que se siente una necesidad obsesiva de ser correspondido.
Me estanqué un buen rato en esa fase de estar enamorado, soltando leves suspiros y sonrojos en tu presencia. Fue lo más maravilloso que me pudo pasar, me ilusioné demasiado rápido porque no podía parar de pensar en ti con cada cosa que hacía. Me gustabas mucho, siempre fue así y eso explicaba mi comportamiento contigo desde que estábamos en plena pubertad. No había ser más perfecto que Takashi Mitsuya ante mis ojos, tan correcto, dedicado, paciente, amable, responsable, un sin fin de cualidades podría enumerar para describirte en ese entonces, pero bien se dice que nunca terminas de conocer a una persona.
Teniendo una idea clara de que estaba profundizando mis sentimientos hacia ti, no sabía cómo manejarlos, porque tener un amor platónico bajo las sombras no era tan divertido a la hora de escuchar a los demás celebrar el amor correspondido que tenían con alguien. Comencé a imaginar cómo sería experimentar algo así. ¿Cómo sería tener una relación? ¿Sería como lo contaban en las novelas y películas? ¿O sería como las canciones cursis? Te debía hacer realmente feliz por lo que veía en mis amigos y personas ajenas de alrededor, ya que intercambiaban miradas largas, palabras dulces, caricias y besos, perdidos en su propio mundo.
Yo no tenía ningún acercamiento a ese ámbito en mi vida, fui muy tímido desde niño con otras niñas, añadiéndole que me temían por ser agresivo y ahora con chicas se me dificultaba lo doble, me sentía muy acomplejado, apesar de no que tenía mal aspecto físico pero no me sentía del todo cómodo mostrando mi cuerpo y mi cicatriz en la cara me desagradaba, daba una imagen de alguien muy intimidante provocando miedo todo el tiempo, no me importaba mucho pero nadie se me acercaba por eso mismo. Era todo lo contrario de lo que transmitía, no era para nada abusivo, eso pasó a estar en el olvido hace años, era más gentil y tranquilo.
Algo que también me llegó a inquietar era ver a los demás declararse, eso era tema común dentro del instituto, cada día sin falta había lugar para ese evento, en los descansos, en la salida, en el patio, los pasillos o las aulas. Era algo curioso porque cuando lo hacían jugaban con las estadísticas, era una apuesta o salto de fé, porque podías salir victorioso siendo correspondido o bien te rechazarían de la manera más sutil. A veces no se lo tomaban tan personal, porque sus sentimientos no eran tan intensos el simple hecho de que se declaraban sin importar la respuesta porque después lo dejarían pasar me carcomía por dentro. Yo no podía hacer eso, tú eras muy importante para mí y perderte era algo inaceptable.
— ¿Qué tan loco suena que me confiese a Taka-chan? — Estaba ese día con Takemichi únicamente, nada especial por hacer.
— Mitsuya es algo reservado en ese tema de las relaciones, nadie sabe sobre eso, a excepción de Draken por lo que tengo entendido — Eso era cierto, tú eras muy cuidadoso, no te gustaba que se involucraran.
