Chapter One.

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Viktor no recordaba cómo había terminado así; en la cama del alfa más codiciado de Piltover, retorciéndose de placer mientras dicho alfa golpeaba contra él una y otra vez.

  —Viktor —el alfa exhaló en su cuello—. Estás muy apretado.

El omega gimió, revolviendo su cabello en la almohada de raso, incapaz de responder.

Viktor no sabía que un placer así fuera posible, todo su cuerpo se sentía en llamas y su lado omega lo estaba haciendo volver a sus instintos más básicos; quería ser poseído, marcado y reclamado por el alfa que estaba encima de él.

  —Te sientes tan, tan bien —continuó Jayce, gruñendo las palabras contra su piel—. Había querido esto durante tanto tiempo. Eres tan perfecto.

  —Alfa —se quejó tontamente, queriendo sonar aún más atractivo para Jayce.

Jayce soltó una risita que rápidamente se transformó en un gemido cuando Viktor apretó su cuerpo.

   —¿Ahora soy alfa? —bromeó, entrecortadamente, inclinando sus embestidas para que su pene presionara contra el manojo de nervios que embestía—. ¿Qué pasó con el idiota?

Viktor agarró las sábanas debajo de él con los nudillos blancos.

  —Sigues siendo... bastante tonto —se atragantó.

El alfa gruñó juguetonamente, besando y mordiendo en todos los lugares a los que tenía acceso, el chasquido de sus caderas se volvió implacable y brutal a medida que ambos se acercaban a su clímax.

  —Córrete para mí, pequeño omega —dijo Jayce.

El omega realmente no necesitó más incitación que esa, encontrando su liberación cuando las palabras salieron de la boca del alfa.

Viktor abrazó a Jayce con fuerza por primera vez, acercándolo increíblemente a él. Sus manos recorrieron la extensión de la ancha espalda del alfa, arañando y presionando la piel.

   —Jayce —repitió en su oído, desesperado por llenarse—. Córrete en mí.

Jayce dejó escapar un gruñido animal que casi lo hizo correrse de nuevo antes de sentir que sus entrañas se inundaban con la semilla del alfa.

  —Dioses —jadeó el alfa, todo su cuerpo temblaba por el esfuerzo.

Viktor tarareó satisfecho, salpicando la cara del alfa con besos mientras su pene latía dentro de él con las últimas ráfagas de semen.

  —Jayce —susurró, acariciando el cuello del otro hombre cariñosamente—. Eso fue...

No terminó su declaración cuando sintió y vio a Jayce apartar la cabeza de él, sus ojos ahora estaban limpios del placer y se habían vuelto duros e irreborrables, una mueca apareció en su rostro mientras lo miraba y lo que acababa de pasar.

Permanecieron unidos durante unos minutos, mientras el nudo del alfa bajaba, los dos ahora recuperaban por completo la compostura y la enemistad habitual.

El alfa estaba manteniendo su peso sobre el pequeño omega a propósito, manteniéndose alejado de la piel de Viktor, hasta que pudo dejarse caer en la cama junto a él.

Viktor se estremeció cuando Jayce salió de él, sintiendo el esperma pegajoso goteando por en medio de sus piernas.

  —Ugh —escuchó quejarse al alfa y Viktor de repente se sintió cohibido—. Que desastre.

El omega no contestó, y un incómodo silencio cayó sobre ellos, producto de la famosa claridad después del sexo.

Les había golpeado aún más fuerte ya que los dos eran autoproclamados rivales que se odiaban a muerte.

Another love slowed [JayVik]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora