Quinto capítulo

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Sana's pov:

Mis dientes se enterraban en mi labio inferior mientras mis lágrimas corrían por mis mejillas. En aquél momento, Tzuyu subía las escaleras arrastrandome del cabello, maldecía en mandarín y yo estaba asustada sintiendo que ese sería mi fin. ¿Qué tan mal estaba una simple llamada? No fueron ni cinco minutos...Mina parecía muy feliz de escucharme pero sé que también estaba preocupada, contuve mis lágrimas de felicidad diciendole que todo estaba bien por aquí y que esperaba que todo fuera bien con Dahyun, su novia. No le dije nada más. Pero Tzuyu me descubrió, colgó la llamada con rapidez y entonces me comenzó a arrastra hasta el pasillo de la segunda planta donde me lanzó contra una pared. Mi frágil cuerpo chocó con fuerza contra la pared para después caer, ya no estaba reprimiendo mis lágrimas...Yo realmente sentía el dolor calar muy dentro de mi. ¿Yo...estaba enamorada de alguien así?

Mi mirada fue hasta Tzuyu quien caminó hacia mi, intenté caminar hacia la habitación de invitados pero ella fue más rápida. Me tumbó boca arriba en el suelo y se sentó encima de mi, supliqué que no me lastimara pero ella no parecía querer escuchar.

—¡Te dije que no quería que hablaras con Mina!—La primera cachetada llegó—. ¿CUÁNTAS VECES DEBO REPETIRTELO?—Otra cachetada—. ¡Eres una tonta, Sana!—Esta vez fue un puño tras otro. Ya no parecía doler mucho, ni siquiera cuando la sangre comenzó a salir por mi nariz—. No dejaré que te vayas, Sana.

Al final se detuvo. Se sentó a un lado de mi cuerpo mientras yo me quedaba ahí sintiendo mi sangre bombear con fuerza, quería llorar con todas las ganas pero no quería molestarla más. El llanto de sus labios me hizo volver a abrir los ojos, los sentía pesados y ardiendo mientras iban hacia ella quien tapaba su rostro con sus manos cubiertas con mi sangre.

¿Por qué lloraba? Nunca la había escuchado hacerlo después de golpearme. Tampoco había llegado a sacarme sangre, tal vez fue demasiada impresión para ella. Me senté con dificultad y después por impulso la abracé, pensé que me apartaría pero para mi sorpresa se aferró a su torso mientras sollozaba con más fuerza como si su corazón se hubiera roto.

Suspiré acariciando su cabello castaño y también me permití llorar

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