𝓑𝓪𝓽𝓪𝓵𝓵𝓪

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Cuando el ejército del enemigo estaba cerca, Froilán y yo nos acercamos.

- Vas a caer - me dijo con una sonrisa en la cara

Sonreí - Si tú lo crees -


Me pegó un golpe y con eso empezó la batalla, mi ejercito fue corriendo hacia el suyo, yo le pegué con el mango del arma, antes de que siguiéramos los dos, se acercaron unos guardias de los dos bandos para protegernos, a si que tuve que irme a pelear contra el ejército de Froilán. Estaba sintiendo la angustia y el miedo de algunos caballeros y la ira de otros, algunos de ellos pensaban en sus familias y otros solo en ganar, sinceramente no entiendo como me vinieron los pensamientos y los sentimientos de los caballeros sin yo hacer un hechizo. Me llevé unos cuantos espadazos y tenía algunas heridas en la cara, Lyonel en cambio estaba genial, como mucho tenía unas pequeñas heridas, el collar estaba funcionando; sentí una sensación rara: era como malestar y a la vez un sentimiento bueno, me arrodillé y ordené a un caballero que me quitase la parte trasera de la armadura del torso, me imaginaba lo que me estaba pasando, salieron mis alas de golpe y me tapé con ellas mientras que esperaba que mi transformación estuviera completa.



***



Vi a Eira tirada en el suelo con sus alas fuera y protegiéndola, intente ir corriendo hacia ella pero me venían más enemigos, cuando despejé la zona vi que ya no estaba, la estaba buscando como loco, no sabía lo que le podría haber ocurrido, seguí peleando cuando escuché a los caballeros gritar.

- ¡Hay algo en el cielo! -

- Pensé que era una leyenda - dijo uno de los enemigos mientras se arrodillaba y rezaba

- ¡Es real, por favor, ayúdanos en esta batalla! - dijo uno de nuestros caballeros

Froilán se veía aterrorizado, pero se arrodilló - Por favor ser poderoso, ten misericordia por nosotros -

El ser bajó - ¿Misericordia? Si fuiste tú el que quería guerra, Froilán - tenía una sonrisa perversa

Froilán la miró con horror - No puede ser, ¡no puedes ser tú el ser poderoso! -

- Pues como ves, si soy yo - se acercó a él - Y aquí termina la batalla - le pegó una patada para tirarlo y hacerle que se tienda, puso su arma en el cuello de Froilán - Tus últimas palabras - su sonrisa era aun más maquiavélica

- No, por favor, ¡no! -

Los caballeros de Froilán se arrodillaron ante Eira, y Henry salió del castillo - ¡Papá! - se fijó en Eira y se bajó del caballo - Eira tú... -

Eira lo miró y se quedó callada.

- Por favor no le hagas nada, puede que este tiempo haya sido mal padre, y sobre todo, mal rey, pero no lo mates por favor -

Eira alejó su arma y la guardó, miró a Froilán - Por haber perdido esta batalla, te ordeno que firmemos el tratado de paz, si alguno de los dos rompe la regla del tratado, será ejecutado el que lo haya incumplido - le ofreció la mano

Froilán sacó un arma de fuego y le disparó en el pecho, quería ir corriendo pero vi que Eira no se inmutó, cogió a Froilán del cuello y lo levantó.

- Eira - dijo Henry más suave

La mirada de Eira era fría - Es el último error que le permito a tu padre, vuelve a cometer otro y lo mato - lo soltó y calló al suelo

- ¡Papá para ya! - Henry tenía lágrimas en sus ojos - Has sido un mal padre y un mal rey pero en esta ocasión te has pasado, llevadle a las mazmorras -



***



Cuando se llevaron a Froilán vi a mi alrededor muchos cadáveres, cuando mi pueblo salió del castillo vi a muchos que se arrodillaban al lado de algunos cadáveres, al ver tanta tristeza me salió una lágrima, busqué como loca en el libro la página para revivir personas.
Ordené que las manos de los cadáveres se tocasen, cogí la mano de dos cadáveres que estaban a mis dos lados, empecé a pronunciar las palabras que aparecían en el libro, vi como una estela de luz morada seguía el camino de cadáveres que había, sentía la mirada confusa y de tristeza de todos; vi como todos lo cadáveres, tanto de mi ejército como los del enemigo, se despertaban, nada salió mal y todos estaban felices. Yo en cambio me sentía cansada.

La madre de Henry se acercó a mi - Gracias por todo esto, mucho de estos hombres tenían familia - me abrazó


Lyonel me dejó en mi cuarto, me ayudó a quitarme la armadura, mi forma se había ido, Lyonel antes de volver a mi cuarto se quitó su armadura, trajo un paño y un líquido que curaba heridas, me pasó el paño por las heridas de la cara, al darle a una herida que tenía al lado del labio sentía sus ganas de besarme, luego recordó que tenía heridas por el torso.

- ¿Puedo curarte las heridas del... torso? - estaba nervioso

Sentía mis mejillas ardiendo - Si... - yo también estaba nerviosa

Cuando pasó el paño por la herida que tenía en mi costilla derecha me quejé - Lo siento, iré alrededor de la herida -


Cuando terminó a dar alrededor dio en la herida y me seguía doliendo, pero esta vez me aguantaba los quejidos, luego de esa herida le daba a unos arañazos que tenía y me lo iba vendando, vio la herida de bala que me dejó Froilán, aunque la bala rebotó, me dejó una pequeña herida en el hombro derecho.

- Necesito que te gires - le dije

Me miró extrañado pero me hizo caso.

Me quité la blusa y tapé mis pechos - Ya puedes volver a girarte -

Cuando me vio se sonrojó y lo sentía más nervioso - ¿Estás segura que así estás cómoda? -

Asentí con la cabeza.


Procedió a limpiar el paño y volverlo a mojar con el líquido curativo, primero lo puso alrededor de la herida y luego en la herida, él veía el dolor en mi cara y en los gestos que hacía con la boca. Cuando volvió ha mojar el paño en el líquido y lo puso en la herida unas gotas bajaban hacia mi pecho derecho, Lyonel al ver eso giró la cabeza pero seguía dándole a la herida, cogió la venda y empezó a cubrir la herida, cuando terminó nos miramos a los ojos y nos besamos. Dejé de taparme y rodeé mis brazos en el cuellos de él, nos tendimos en mi cama, se quitó la blusa y nos pusimos debajo de la sábana.

Seguíamos besándonos mientras que nuestros cuerpos desnudos estaban juntos, empezó ha besarme el cuello y luego siguió en la clavícula, seguía bajando hasta mi pecho, pero lo paré y le besé, paró por un momento.

- ¿Segura qué quieres? - en su mirada se veía las ganas que tenía y preocupación por mi

- Si - sonreí y le volví ha besar


Mientras nos besábamos le acariciaba los hombros y la espalda, me encantaba la forma en la que jugábamos con nuestras lenguas, empezó ha meter su miembro, al principio costaba pero se consiguió, después de unos segundos se sentía bien, enredé mis piernas en su cadera, sentía sus suspiros en mi cuello mientras me besaba e iba más rápido. Cada vez que gemía con más pasión me besaba Lyonel, me cogió de las muñecas y subió mis brazos, dejaba besos cuando bajó hasta mi pecho, besaba alrededor pero rápidamente se fue a uno de mis pezones, incurvé mi torso al hacer eso, noté como su lengua lo rodeaba, acariciaba mi torso y mi piel se erizaba, a la vez yo le acariciaba la espalda e iba a la cabeza, puso su boca en mi oreja y mientras que se movía más rápido me gemía.

Estaba tendida en su hombro mientras le acariciaba los pectorales, él acariciaba mi espalda, después me abrazó y me besaba la espalda. Esa noche dormimos juntos.

De la realezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora