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— ¿Eres alérgico a algo, Nanon? —mamá le sonrió suavemente a Nanon quien permanecía enrollado en mi regazo.

—No, señora.

—Te dije que me podías llamar mamá, cariño. —palmeo su pierna de manera cariñosa—. La cena estará lista pronto, entren cuando lo deseen.

Asentí hacia mi madre mientras ella se volteaba y se perdía detrás de la malla mosquitera. Nanon se acurrucó más cerca cuando empuje el pie contra el suelo logrando que el sofá hamaca se moviera suavemente. Nanon no había querido volver a la sala con el resto de mi familia, sabía que había sido demasiado calor familiar, así que decidí que sentarnos en el patio trasero sería bueno para él. El aire fresco y el aroma a césped recién cortado debían lograr tranquilizarlo, conmigo funcionaba.

—Pimo Nanon. —mi pequeña prima Bella jaló los jeans de Nanon, intentando llamar su atención. El moreno la miró con una suave sonrisa cuando le obsequió una flor violeta un poco maltrecha por sus manitos—. No llores.

—No lloro, pequeña. —aseguró el moreno, acariciando un mechón de rubio cabello.

¿Porque no todos mis primos podían ser como ella, con actitud de angelito? No, tenían que darme cinco primos que más que adolescentes parecían una mafia a punto de formarse y por desgracia los jefes eran los gemelos Tontín y Taradin. Sabía que en un par de años -al igual que todos los demás- ellos dejarían esa actitud para comenzar a actuar como jóvenes maduros. Pero la espera era una tortura.

Bella le dio una brillante sonrisa de hoyuelos antes de voltearse y alejarse corriendo hacia donde los más pequeños jugaban.

—Ella es linda. —susurró Nanon.

—Disfrútala ahora, osito. —Advertí antes de señalar hacia los cinco adolescentes jugando al futbol—. Después quedan así y lo único que quieres es encerrarlos dentro de una jaula en el sótano hasta que cumplan cuarenta.

—No son tan malos. —rió.

—Son muy malos. —Aseguré intentando hacer una voz terrorífica—. Recuérdame bloquear nuestra puerta esta noche.

—Exagerado. —rodó los ojos.

Dándole impulso nuevamente a la hamaca, sonreí cuando Louis y Harry salieron por la puerta de malla.

Ambos se sentaron frente a nosotros con expresiones estúpidas en sus rostros mientras nos observaban. No me gustaban sus estúpidas sonrisas, para nada.

— ¿Por qué nos miran así, par de micos?

— ¡Ohm! —Nanon palmeo mi pecho, poniendo mala cara.

— ¿Que?

—No les hables así. —me reprendió.

—Aww —Frank junto sus manos frente a su pecho mientras nos miraba con cara de tonto—. Son demasiado tiernos, si hasta parecen un matrimonio.

Nanon parpadeo hacia él varias veces antes de un profundo tono rojizo dominara su rostro, rápidamente se escondió en mi cuello un segundo antes de que un segundo "aww", esta vez a duo, se escuchara.

—Ya dejen eso, idiotas. —Lancé una patada hacia ellos mientras rodeaba a Nanon con mis brazos—. Lo avergüenzan.

—Aww, lo avergonzamos, Frank. —Drake codeo a su novio antes de sonreír como tonto. Lo miré elevando una ceja, sorprendido de que le siguiera la corriente pero el chico no borro la sonrisa y con la misma voz estúpida contestó: — Me conviene seguirle la corriente, me gusta el sexo.

—Está bien. —Dije estirando las vocales—. ¿Porque mejor no me dicen cómo van sus estudios? Sería mejor que escucharlos decir estupideces.

—No ha cambiado mucho. —Drake se encogió—. Estudiar medicina es una mierda a veces.

— ¿Estudias medicina? —preguntó Nanon, con una verdadera expresión de sorpresa.

—Sí, lo hago —rió el oji-azul—. Más concretamente quiero ser médico de urgencias, es genial.

—Wow. —Parpadeo hacia Frank—. ¿Y tú que haces?

—Estudio música en la universidad de Bangkok. —sonrió el rizado.

— ¿La universidad de Bangkok? —Frunció el ceño—. ¿Estudiamos en el mismo lugar?

—Puede ser —se encogió de hombros—. Mis clases son en la noche ya que trabajo de profesor particular durante el día.

—Eso es realmente genial.

— ¿Y tú qué haces, Nanon? —preguntó Frank.

—Básicamente me grita, me arroja cosas y duerme la mayor parte del día. —contesté por él, ganándome un brusco golpe en el estómago.

—Idiota.

—Mañoso.

Nanon me miró de mala manera antes de volver su mirada a Drake y Frank—. Estudio arte.

— ¿Pintas? —Frank lo miró con una sonrisa.

Nanon se encogió de hombros, haciendo un gesto para abarcar todo—. Pintura, escultura y fotografía. He intentado aprender todo.

—Es genial en eso. —Aseguré, besando el cabello del moreno—. Y también canta.

Frank saltó emocionado por ese dato y la charla comenzó a desviarse a distintos temas. Al paso de los minutos noté que Nanon casi no estaba hablando. Su rostro estaba enterrado en mi pecho mientras jugaba con los botones de mi camiseta.

— ¿Estas bien, bebé? —Susurré, pasando mí mano por su mejilla para darme cuenta de que estaba hirviendo—. Joder, Nanon, estas volando en fiebre, ¿te sientes mal?

Negó con la cabeza un segundo antes de apartarse para mirarme—. Me duele el estómago pero no te preocupes, ha sucedido antes.

— ¿Qué quieres decir?

—Ha pasado mucho tiempo desde mi última dosis. —susurró.

— ¿Ha sucedido antes? —asintió—. ¿Qué haces cuando pasa?

—Voy por otra dosis, nunca deje que pasara tanto tiempo.

—Mierda, bebé, debiste decírmelo.

— ¿Que sucede? —Drake miró a Nanon con preocupación.

—Tengo síndrome de abstinencia. —respondió el moreno antes de que pudiera decir algo.

— ¿Eres adicto? —pregunto Frank sorprendido.

—Era —corrigió antes de mirarme—. Ohm me está ayudando con eso. Quiero dejarlo pero voy a tener que pagar un precio por ello.

Drake se acercó a nosotros antes de ponerse de rodillas frente a mí—. ¿Puedo? —su mano vacilo frente al rostro de Nanon, una mirada medica en su rostro. Nanon asintió y Drake apoyo su mano—. Me gustaría tomarte la temperatura e intentar bajar la fiebre, Nanon, podría ser peligrosa si sube demasiado.

—Está bien. —susurró en acuerdo.

—Iré a mi auto por mi maletín. —se pusó de pie dirigiéndose a la puerta pero se detuvo, mirándome sobre su hombro—. Será mejor que lo lleves a tu habitación, Ohm, he visto este tipo de situaciones antes y se va a poner feo.



Brave. (Adaptación OhmNanon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora