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Rodee los ojos observando a Francis correr alrededor de la sala, ondeando las manos sobre su cabeza mientras soltaba un alarido de guerra. Era increíble que actuara toda la escena de la película 300 -la parte en que van a la guerra, más concretamente- para matar una maldita mosca. Dios, había gente que se toma realmente a pecho la frase de "vive el momento como si fuera el ultimo". Y si Francis seguía actuando de ese modo, su último aliento llegaría muy pronto y seguramente por cortesía de mis manos en su cuello.

— ¿Puedes dejar de hacer estupideces y vestirte? —pedí observando con una mueca sus calzoncillos de hamburguesas. Parecía como si le hubiese robado la ropa interior a su pequeño sobrino. ¿Qué hombre de veintinueve años usaba boxers con dibujos de comida?

— ¿Porque tan acelerado? —Se quejó, dándole un vistazo al reloj en su muñeca—. Aún tenemos cerca de veinte minutos.

—No, no los tenemos —negué mientras encendía el televisor y apuntaba a la hora en la parte de abajo de la pantalla—. Estas llegando dieciséis minutos tarde.

Francis estrecho los ojos para poder ver los números antes de que diera un salto sobre sí mismo y corriera a su habitación gritando algo sobre que yo tenía la culpa de su llegada tardía. Me importaba muy poco si me culpaba de ello mientras moviera el culo. Mi celular comenzó a sonar dentro de mis jeans y lo saque rápidamente mirando con el ceño fruncido hacia la fotografía de mi madre.

—Hola, Ohm.

—Hola, mamá —salude—. ¿Cómo estás?

—Estoy bien, cariño. —contesto alegremente—. Extrañando a mi bebé, ¿Cuándo piensas venir a visitarnos?

—No soy un bebé. —me queje—. E iré pronto, lo prometo.

—Has estado diciendo eso por más de dos meses —me recordó—. Es mejor que muevas tu perezoso trasero hasta aquí o me veré obligado a enviar a tus primos por ti.

—Oh dios no, tener a Frank y Neo pegados a mi es lo último que necesito.

—Entonces a tu padre. —amenazo. Lo peor es que estaba muy consciente de que mi papá era capaz de tomar su auto y manejar hasta allí para llevarme a casa.

Solté un sonido exasperado—. Bien, iré. ¿Qué te parece este fin de semana?

—Perfecto, cariño, te estaré esperando. —Francis salió por el pasillo colocándose su chaqueta en ese momento—. Y trae a Earth contigo.

— ¿A Earth? —La última vez que había llevado al chico no había ido muy bien—. ¿Por qué quieres a Earth? ¿No te basto que hubiera hecho estallar la parrilla de papá?

—Lo hizo sin querer. —lo defendió.

—Earth hace todo sin querer.

—Por favor, Ohm, el chico ha estado muy deprimido últimamente con todo lo de Mix, necesita una distracción.

Tomando las llaves de mi auto, le hice un gesto a Francis para que saliera frente a mí, deteniéndome en el umbral cuando las palabras de mamá fueron procesadas por mi cerebro.

— ¿Cómo demonios sabes que Earth está deprimido? ¿Y sobre Mix?

—No jures, jovencito.

—Lo siento. —dije rápidamente.

—Earth me ha estado llamando y me contó sobre Mix —explico—. El pobre está pasando por su primer enamoramiento serio, compórtate como el amigo que eres y tráelo a casa.

Pasándome una mano por el rostro, cerré la puerta a mis espaldas y seguí la cabeza rubia de Francis por las escaleras del edificio. El hecho de que Earth hubiese llamado a mi madre para contarle sus penas no me extrañaba, lo había hecho durante tres años luego de la primera vez que lo lleve a mi casa. Ambos se habían vuelto muy amigos desde ese momento, lo que me exasperaba era el hecho de que estuvieran metiéndome en el medio.

Brave. (Adaptación OhmNanon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora