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—Ven aquí, cariño —susurré, enredando un brazo alrededor de Nanon y arrastrándolo fuera de la cocina.

El moreno me siguió en silencio mientras lo guiaba por las escaleras pero no llego a subir dos escalones antes de dejarse caer sentado en uno de ellos. Su ceño estaba fruncido y parecía perdido en sus pensamientos. Sentándome a su lado, lo pegué a mi costado y esperé a que reaccionara. Sabía que había hecho lo correcto al decírselo, era un peso que no queria llevar, ahora solo faltaba que mi niño lo asimilara.

— ¿Pensabas decírmelo? —susurró al fin.

—No lo sé. —contesté sinceramente—. Supongo que con el tiempo te lo hubiese dicho pero ahora no tiene importancia, bebé, no voy a aceptarlo.

— ¿Porque?

—Por qué no hay manera de que me separé de ti. —aseguré como si fuera obvio, para mí lo era.

—No, no, no —sacudió la cabeza—. Tú no puedes hacer eso solo por mí, no.

— ¿De qué hablas?

Me miró, sus ojos desbordados por las lágrimas—. Estoy hablando de que no hay una jodida forma en que cargue con eso en mi mente, Ohm. —sacudió la cabeza—. Es tu sueño y no estoy seguro de soportar que luego te resientas conmigo por no poder cumplirlo, no voy a permitirlo.

—Y no hay ninguna manera de que te deje atrás. —aseguré—. Ninguna propuesta de trabajo, por más ostentosa que sea, vale más que tú, Nanon.

—No podría vivir en paz si te alejo te su sueño.

—Y yo no podría vivir sin ti a mi lado.

Gruño, mostrándome los dientes—. Estas siendo fastidioso ahora.

Rodando los ojos, besé su mejilla ante de volver a mirarlo—. No estoy siendo fastidioso —aseguré—. Solo quiero que te des cuenta de que lo único que quiero es que estés bien y no voy a ceder en esta decisión, no voy a alejarme de ti cuando más me necesitas.

—Eso es ser fastidioso. —suspiró—. ¿Cuándo se supone que tienes que irte?

—El profesor Mason me llamara en un par de semanas para saber qué decisión tomé —informé—. Si acepto, cosa que no haré, tengo que estar en New York en tres semanas a partir de hoy.

—O sea que tienes dos semanas para decidir —su mano voló a mi boca cuando la abrí para responder—. Todavía no lo rechaces, ¿sí? Espera.

Besé su palma antes de quitar su mano suavemente—. ¿Esperar a qué?

—Aún estoy intentando procesar todo esto —hizo un gesto—. No lo rechaces, quiero revisar todas nuestras posibilidades antes de que te niegues. Puede que haya alguna manera de que hagas esto sin la culpa de dejarme.

Apreté los labios juntos, mirándolo directamente por unos segundos hasta que finalmente asentí—. Está bien.

Nos quedamos sentados en la escalera por un buen rato, Nanon estaba apoyado contra mi costado y con su cabeza acomodada en mi hombro, casi podía escuchar los engranajes funcionar en su mente. No creía que encontrase ninguna opción, yo ya había pensado en todas y ninguna me gustaba realmente.

No era como si pudiese empacar todas las cosas de Nanon y correr fuera del país. El niño necesitaba quedarse aquí, en su casa, con su cuarto repleto de posters viejos y dibujos garabateados, con su pequeño estudio y con sus pinturas. El lugar era una especie de refugio para él, podía verlo cada vez que iba a la universidad. Nanon era cerrado fuera pero aquí dentro, aquí era él mismo y no podía quitarle eso. Además estaban las reuniones que Earth iba a planear, si nos fuéramos tendría que ir solo a esas reuniones sin tener una sola persona conocida dentro... Nanon no iba a soportarlo.

Necesitaba contención y amor, dos cosas que yo estaba dispuesto a darle. Pero también necesitaba a su familia y amigos. Necesitaba los gestos maternos de Nani, la actitud paterna de Adam y Francis, la amistad compañera que Earth, Frank y Drake querían compartir con él. ¿Cómo podía simplemente quitarle todo eso que apenas estaba descubriendo solo por cumplir mi sueño? Me sonaba demasiado egoísta.

—Earth me llamó esta mañana. —murmuró el moreno, arrancándome de mis pensamientos.

— ¿A si? ¿Qué te dijo?

—Esta emocionado con que vaya a sus reuniones. —afirmo—. Quiere que empiece lo antes posible.

— ¿Cuando son sus reuniones? —Nanon balbuceo sus horarios sin nada de entusiasmo y asentí—. Entonces, irás a la de mañana.

— ¿Que? —Se separó de golpe, sus ojos abiertos de par en par—. No, espera, no, eso es demasiado pronto.

— ¿Entonces cuando piensas comenzar? —eleve una ceja.

—No lo sé —se encogió de hombros—. Tal vez pueda comenzar en una semana o tal vez...

—Irás mañana, te llevaré —aseguré antes de abrazarlo, pegándolo a mi lado—. Earth estará allí contigo y yo estaré afuera, bebé, no tienes nada que temer.

—Pero...

—Lo prometiste, ¿recuerdas? —Susurré en su oído—. Fue una apuesta, debes cumplir con tu parte o pagar el precio.

— ¿Cuál sería ese?

—No te besaré por una semana. —no tenía idea de si sería capaz de llevarlo a cabo pero Nanon no lo sabía.

Un pequeño gruñido escapó de sus labios antes de que suspirara, derrotado—. Está bien, iré mañana.

—Genial, ojos bonitos, así se habla.

— ¿Te quedas a dormir hoy? —Trepó sobre mi regazo, acurrucándose contra mi pecho—. No quiero alejarme de ti ahora, no cuando sé que puedes irte pronto.

—No me iré, bebé.

—Aun no lo has decidido. —aseguró.

Soltando un suspiro, levanté su barbilla y besé suavemente sus labios. Debía concentrarme en el aquí y ahora, ya vería lo que sucedería luego. Lo primero era el bienestar de Nanon.

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Un capítulo corto, pero mañana realizare una maratón, ¿Cuántos capítulos quieren? 

Brave. (Adaptación OhmNanon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora