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Chuuya jamás pensó en tener a dos niños a su cuidado, tenía 22 cuando esos niños llegaron y una vida poco convencional.

El dinero en sí no era un problema, pero si el tiempo y la naturaleza de su trabajo, pero sus padres, quienes ya se habían retirado de ser espías franceses, lo apoyaron bastante cuidando a ambos niños.

Chuuya no tenía un puesto estable en nada relacionado a los negocios con usuarios de habilidad, pero a veces lo llamaba el departamento de usuarios de habilidad del gobierno, cada que era útil apoyaba en crisis que amenazaban Yokohama e incluso protegía a personas importantes, pero él era feliz con una linda tienda de pasteles y otros postres.

Ahora a sus 23, su vida era bastante estable, dejo muchos de sus vicios y ahora bebe con moderación.

Mira a los dos niños que recogió hace un año, están haciendo sus tareas en el comedor, Chuuya los mira con una sonrisa, preparado para resolver sus dudas.

El mayor, Ryunosuke, tiene 10 y su hermanita menor, Gin, tiene 9, Ryuu intentó robarle sus comestibles una noche y así se conocieron.

Recuerda esa noche, Chuuya tuvo un día pesado en el trabajo y salió tarde, le quedaba de paso y no quería salir mañana así que hizo sus compras para el fin de semana.

Caminaba escuchando su música cuando siente que alguien arranco la bolsa de sus brazos, ve una figura negra alejarse velozmente y Chuuya lo sigue, con su entrenamiento no le toma casi nada atraparlo.

En un brazo carga sus compras y en otro al pequeño y delgado niño hasta una banca cercana, cuando lo suelta el niño intenta correr sin éxito.

Chuuya se sienta a su lado y le extiende una manzana, el infante la mira con desconfianza, pero la toma y se la guarda entre la ropa.

—¿No la comerás?— Le pregunta Chuuya mientras revisa que nada se haya roto en la bolsa.

—Para Gin— Es lo único que dice y Chuuya comprende que este infante roba para mantenerse y mantener a alguien más.

—¿Dónde están tus padres?— Sabe la respuesta, pero prefiere asegurarse, en caso de que el niño viva en una situación deplorable, llamaría a los servicios al infante.

—No tengo—

—¿Gin es tu hermana?— Intenta adivinar, se basa un poco en su propia experiencia.

—Si— Murmura, luego empieza a toser, Chuuya lo mira con preocupación, no se oye como una gripa común o algo así, tal vez deba entrometerse un poco y llevarlo a un médico.

La noche es muy fría y la ropa del niño sé ve bastante delgada con solo una bufanda contra el frío.

Chuuya se quita su abrigo colocándolo sobre los hombros del niño.

—¿Intentaste robarme para que tú y tu hermana pudieran comer?— Pregunta el pelirrojo, ve al niño asentir —Ya veo, en ese caso llévame con tu hermana—

El niño lo mira con profunda desconfianza, pero aún es muy joven para desconfiar completamente de los desconocidos, así que cuando Chuuya lo levanta él lo guía con Gin.

Chuuya camina hasta un callejón, en el fondo hay unas cuantas cajas y ropa vieja en forma de un improvisado refugio.

Chuuya mira a una pequeña niña acurrucada, ella parece tener ropa en mejor estado que el niño, pero también debe tener frío.

Familia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora