NARRA: JOYF L A S H B A C K S
(1)
-¿Quién es Sarah? -preguntó una Ashley con mirada fulminante al cerrar de golpe la puerta de mi despacho
-Hola amor, me encuentro estresada, pero bien. Gracias por la pregunta
-Respóndeme
-Suspiré y me senté en mi silla giratoria- Sabes que detesto esos modos, pero te diré -tomé una sorbo de mi café- Ella es Sarah, y es mi nueva secretaria
-¿Cómo que nueva? ¿No puedes estar sin una secretaria?
-Ashley no, tu sabes que lo intenté por dos años, pero es mucho trabajo para mi
-Vale, yo me encargo -tomo el teléfono de mi oficina y marcó- ¿O? Manda al de recursos humanos a la oficina de Joy -colgó-
-¿Qué demonios piensas hacer? -pregunté con notorio enojo
-Le daré la oportunidad de conocer otros ámbitos laborales, en otras empresas -me sonrió
-No lo hagas
-¿Y me quedo quieta esperando a que te ligue? ¿Has visto su vestido? Es muy corto
-La he visto, pero es su forma de vest....
-O sea que si la has visto -me interrumpió- ¿lo ves? Debo correrla
-Ashley no, otra opción
-Que les pongas uniforme escolar a las empleadas -reí ante el comentario- ¿Qué da gracia?
-Tus celos- me levanté y me acerque a ella, pasé mis brazos por su cuello y la intenté besar, cosa que no me dejó hacer- De acuerdo -dije rendida- déjame al menos pasarla a otro piso, la acabo de contratar, sería mal plan ¿si amor? -al cabo de unos segundos de verla fijamente a los ojos bajo su ceño fruncido, me sonrió victoriosamente
-Bien -y fue ella quien me besó- te amo
-Yo más, celosa -sonreí- pero ahora ¿quién me ayudará? Llegaré más tarde a casa y tendremos que contratar a una niñera, tus padres o los míos en algún momento nos mandarán a la goma, tenemos un par de hijos traviesos
-Yo me encargo, buscaré quien te ayude -dijo coqueta y me siguió besando
...
Madera rechinando, era el sonido que se oía en toda la oficina, afuera se escuchaba que todo estaba normal, pero dentro de la mía ya se encontraban algunos ventanales empañados.
Ashley movía sus caderas contra mi, movimientos rápidos y fuertes, su cara de excitación era un poema para mi, sus ojos cerrados y su cara levemente levantada era mi mejor vista
-Vamos, muévete Ashley -dije en tono desesperado
Tomé las orillas de la mesa como un punto de sujeción, mis piernas rodeaban fuertemente las caderas de mi mujer e intentaba no crear ningún espacio entre nosotras
Ella no paraba de jadear, me estaba volviendo muy loca
Después de ponerse celosa por la nueva secretaria comenzó su juego de seducción, hasta volver a los viejos tiempos en que no solo usábamos nuestros cuerpos, sino incluíamos los juguetes para hacer algo diferente de vez en cuando. En tiempo de ahora ella estaba dentro de mí, con un juego doble que lograba darle placer a ella al mismo tiempo, por eso sus caras llenas de placer eran lo que yo veía desde abajo