POV GRACE:
Ruido molesto.
Agarré la cobija y la jalé hasta tapar totalmente mi rostro.
Ruido molesto.
Ahora me pongo la almohada sobre la cabeza, igual y el sonido se bloquea así.
Ruido molesto.
Joder.
Estiro mi brazo tanteando terreno, y no encuentro el calor de la persona con quien me fui a dormir una noche atrás. Bueno... algo más que dormir, lo acepto. Pero ya no estaba ese calor.
Ruido molesto.
Si si... era mi tercera alarma. Salí de mi mundo en cobijas y deslicé mi dedo avisando que estaba despierta. En cuanto se quitó de la pantalla esa molesta alarma me encontré con un precioso par de color profundo, mi favorito sin duda. Debía levantarme... aún parecía de noche, ya que el sol aún ni salía.
Me fui a lavar la cara, mientras me secaba con una toalla noté la sorpresa que me sacó la primer sonrisa del día. En el espejo estaban pegados post it's que decían diversas frases
"Eres hermosa"
"Eres mi lugar favorito"
"Me gusta el lunar en tu espalda baja"
"Me gustas tú"
"Mi chica"
"Mi lugar"
"Pd. 1 Recuerda que tienes examen"
"Suerte en él"
"Eres la más inteligente"
"Estor orgullosa de ti...mucho"
"Pd. 2 No solo te laves la cara ¿ok? También báñate después de comer el desayuno que te dejé en la cocina"
"Te adoro"
Dios, alguien quien con tan solo unas palabras me hace sonreír. Un zoológico entero de mariposas sentí al leer cada papelito. Lo era todo, mi lugar y persona favorita.
Han pasado ya 19 meses en los cuales toda mi antigua vida cambió radicalmente. Después de que estaba con nervios esperando con ansias aquel mensaje de mi ex jefa, llegó. El sonido de notificación en mi celular me avisó. Lo abrí con mucha ilusión para un encuentro nuevo, pero fue un balde de agua frio diciendo todo lo contrario. Era una despedida. ¿Que si la busqué? Si, claro que lo hice, pero en la oficina no me permitieron pasar, anunciaron que los directores de dicha empresa ahora la manejarían desde Los Ángeles, de este lado solo estaba el personal contratado sirviendo a sus llamadas y ordenes a distancia.
¿Los Ángeles? Me robó cada expresión dicha noticia ¿Se había ido? ¿Joy se fue sin despedirse como se debía?
Que dolor.
La busqué en su refugio, el cual sabia que era su departamento escondido. La cara de sorpresa fue mía cuando el portero que era ya mi amigo, me dijo que el 314 había sido vendido semanas atrás, al parecer lo negoció el Señor Jacob Huerta.
Le lloré... fue el segundo dolor de amor por el cual he llorado. La ansiedad no atacó en esos momentos, porque atrás de mi estaba quien me sostenía cada que intentaba renunciar a todo.
