Capítulo 25

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-Maravilloso...-Mirando a Joseph que estaba a mi lado, quito un mechón mojado de sudor de mi frente y me dio un beso antes de levantarse de la camilla.

-Si, por este hermoso acto, deje de ir a muchas reuniones-Le sonreí pícaramente y tome la blusa que estaba en la mesita. Por mi había hecho todo eso, demasiado excitante para mi sistema. Me había encantado, y que me dijera una y otra ves que me amaba mientras me hacia el amor, me hacia sentir tan especial en su vida..Su esposa lo era para el, pero no era ella quien estaba aquí.

-Esta ahí-Le señale el estante donde había un cráneo y arriba de el estaba su pantalón fino.

-Tu falda esta en el escritorio, y tus zapatos...-Miro por debajo para ver donde podría encontrarlos. Yo me baje de la camilla solo en ropa interior y tambien me puse a buscarlos. Joseph me rodeo con sus brazos levantándome otra ves y poniéndome en la camilla con el entre medio de mis piernas. Acaricie su espalda desnuda y regué besos por todo su pecho.-Oh Alexandra estamos como si nos hubiéramos casado hoy.

-Para mi así lo es-No me detuve, baje mis manos hasta el bordillo de sus boxers pero el me detuvo.

-Porque?

-Por lo que te dije que no quería separarme de ti, nunca-Me mostró su hilera de dientes perfectamente blancos y el silencio que había surgido pero no incomodo, se vio interrumpido por el teléfono otra ves.-Tiene que ser otra ves tu secretaria, cuantas veces ya ha llamado?

Me puse la blusa, y tome la falda subiendola lentamente por mis piernas. Lo hacia para provocarlo mientras el hablaba por el teléfono. Me sentía como una chica que tuvo su primera relación sexual el día de hoy.

-Si?-Me subí el cierre y le tire un beso. El cerro su puño y lo llevo así hasta abajo, reí ante aquella escena tan sensual.-A ver, con quien es?... Pero no estaba de viaje con su esposa?... Si, entonces que quiere? Verme?... Cuando?... Ahora?... Estaré listo en 15 minutos... Si...

-Solo ayudame a buscar mis calzados porfavor...

-Por donde te lo quitaste?-Lleve mi dedo a la boca mordiendo mi uña. Donde lo había tirado? Porque aun cuando estábamos haciéndolo en el escritorio lo tenia puesto, o no? Joseph se acercó a mi y me atrajo hacia el.-Te querrás ir descalza?

-No! No!-Lleve ambas manos a mi cara cubriéndome.-Me verán raro los de afuera, sabrán que estábamos en... haciendo esto.

-Y eso que tiene de malo? Eres mi esposa Alenxadra-Sonrio antes de tomarme el labio inferior y tirar de el-Diran que nuestra vida sexual es sorprendente

-Y no es así?-Mordió el lóbulo de mi oreja y descendió por mi cuello dando besos y pasando la punta de su lengua. Cerré los puños para no llevar mis manos a su cabello, si lo hacia no estaríamos listo en 15 minutos.-Joseph...

-Lo es

-Mis zapatos...-Murmure a regañientes. Se alejó de mi inspeccionando su consultorio. Me mire en el espejo que estaba al lado de la camilla, un poco desaliñada. Se me notaba que estaba haciendo...

-Aquí esta uno!-Joseph subió el zafacon y de ahí saco un par de zapatos bajitos color rojo puntiagudos.

-Falta el otro-Le tire el pantalón para que se lo pusiera, era una distracción verlo con esos boxers blancos tan ajustados. Tome la chaqueta y la coloco arriba del bolso.

Donde estaba mi otro zapato?! Ya tenia rato buscándolo y nada de aparecer. Los 15 minutos ya iban lejos, el hombre tiene que estar enojado con Joseph por hacerlo esperar tanto.

-Ya estoy listo-Se había puesto otra ves su bata, su gran sonrisa me aseguro de que estaba muy feliz. Me sentía tan bien por ello.

-Me iré descalza, ya tome esa decisión-El comenzó a reírse y tomo mis manos llevandoselas a la boca. El teléfono volvió a sonar.

-Si?...-Me asegure de que todo estuviera en su lugar, tome el bolso con la chaqueta y el otro zapato en mi mano.-Ya hazlo pasar... Si.

-No llegues tarde a casa, antes de las 1-Miro su reloj.

-Ya son las 12-Le guiñe un ojo, y fui a quitar el cerrojo de la puerta.

-Estuve una hora aquí contigo haciéndolo...-La puerta se abrió y entró un hombre alto demasiado fuerte para mi gusto. Tenia el cabello con algunas canas y su cara tenia una cicatriz del ojo hasta la quijada. Eso debió doler mucho...

-Joseph!-Se dieron la mano y un abrazo, luego de su saludo tan cordial los dos hombres pusieron su vista en mi.

Era su mejor amigo. Alexandra hablo sobre el en el diario, dijo que no se llevaba muy bien con el por lo atrevido que era, pero que no lo mandaba al carajo solo porque su esposo lo quería como el hermano que nunca tuvo.

-Hola Jorge-Le di la mano.-Como te va?

Pero no hablaba de porque tenia esa horrible cicatriz. Cuando me sonrió se hicieron visibles algunas arrugas cerca de su labio.

-Como te va Alex?

-Mucho mejor-Volvi a sonreír. Joseph parecía que no estaba aquí.-Ya debo irme, haré unas cosas con Ivan

-Regresare a casa desde que finalice mi conversación con Jorge-Me dejo saber mi marido acercándose y depositando un gran beso en mis labios.-Te amo

-También te amo amor-Acaricie su mejilla-Jorge un gusto en volverte a ver.

-Lo mismo dijo-Asenti colocando mi mamo en el pomo de la puerta cuando Jorge...-Te falta un zapato

-Ah si, se escondió por ahi-Detras de Jorge pude ver a Joseph riéndose, puse los ojos en blanco y salí ruborizada. La secretaria de Joseph me miro de arriba hacia abajo y luego viceversa. Me despedí de ella con la mano y camine lo mas rápido posible al ascensor. La barriga comenzó a punzarme cuando las puertas del elevador se cerraron. Puse mis manos en el frío metal hasta que las puerta se abrieran, ahora quería vomitar... Maldición porque me pasa ahora esto cuando hace poco estaba tan bien? En cuanto las puertas se abrieron salí corriendo al parqueo con las manos en la boca aguantando los vómitos.

-Maldicion-Ambas manos la puse en la parte de atrás del carro y vomite sintiendome ahora mas mal... Esto tiene que ver con estar yo en un cuerpo ajeno? O es un aviso de que viene la verdadera Alexandra?

¿Quién Soy?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora