Capítulo 11- Modificar sueños

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De repente sonó el reloj del tren y poco a poco pasó de un bang, bang, bang... a un pip, pip, pip. Eran las 7 de la mañana. Como siempre, me despedí de Alejandro y de mis padres y fui al instituto. En la entrada del instituto había una bola de gente alrededor de Víctor; había tenido un sueño en el que una sombra lo destruía todo. Durante la mañana no prestó atención en clase, solo hacía dibujos de una sombra en el Central Park. Cuando volví a casa le conté todo a Alejandro que, tras veinte minutos de charla, llegó a la conclusión de que si visitaba más sueños podría manipularlos y, que lo de anoche pasó porque mi cuerpo no estaba preparado para modificar sueños. Pasé la tarde haciendo bocetos y dibujos de mis sueños, me salió muy bien el de la estación.

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