Cuando volví a casa me puse a estudiar; tenía examen de física y química al día siguiente y, cuando me lo supe todo, me puse a escribir en mi diario. Poco a poco perdí el miedo a salir de mi casa cuando dormía y pasaron varias semanas y ya había visitado docenas de sitios por las noches pero siempre me quedaba la sensación de que todo sería más bonito de día. Alejandro y yo nos hicimos muy amigos; íbamos al instituto juntos, almorzábamos y comíamos juntos en la cafetería, de vez en cuando quedábamos... Pero un día todo esto se acabó. Alejandro se mudaba a otra ciudad por el trabajo de sus padres. Nunca le volvería a ver a la cara. Al principio lo llevé más o menos bien, hablábamos por Whatsapp y nos contábamos muchas cosas el uno al otro pero cada vez le necesitaba más, me di cuenta de que él era mi luz, con la que lo hacía todo; estudiar, quedar, hablar, jugar, comer y a veces dormir. Ahora la luz estaba oscura, no estaba apagada pero cada día su luz dejaba de brillar.
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Diario de sueños
LosoweUna adolescente con un don que le permite controlar sueños cuenta su historia y cómo fue progresando en su vida para descubrir el gran misterio de su habilidad. Por el camino se topa con varias personas, algunas le ayudan y otras le perjudican. Esta...