Capítulo 14- Pensar demasiado

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Andrew era un niño peculiar, siempre tenía muchas cosas en la cabeza y, a veces, llegaba a marearse por pensar demasiado. El día que sus padres fallecieron, él solo tenía nueve años. Le llevaron a un orfanato y, tras ver que no hacía más que pensar y pensar, le dejaron en la calle. Andrew no era tonto, sabía lo que sucedía aunque no lo pareciera. En ese momento supo que las personas no tenían corazón. Sobrevivió dos años en la calle robando comida de sitios o directamente a la gente y durmiendo en callejones. Una mañana de domingo, una mujer vestida de azul se acercó a hablar con él. Andrew le contó sus pensamientos y la mujer, llamada Mary, le llevó a un sitio mejor para él. Cuando llegaron a una playa, Mary le dijo que ella tenía el don de controlar las aguas saladas, y que él también tenía un don, y que si lo usaba un poco más, podría hacer muchas cosas. Después, Mary tocó la arena y se abrió un camino entre las aguas que les llevó a una trampilla de hierro bajo el mar, por la que entraron a "la casa peculiar".

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