Andrew estaba asombrado, era como otro mundo debajo del agua, era su sitio. Se veía una casa de tres plantas (a lo antiguo) con jardín y unos columpios. Mary le dirigió al lugar, donde conoció a varios niños y niñas de varias edades que tenían un don. En total eran siete, ocho con Mary. Conoció a Jack, el chico invisible, a Sarah, que podía controlar la comida dulce, a Peter, que tenía rasgos de animal y podía convertirse en cualquier mamífero, a Ryan, que podía mover objetos con telepatía, a Charlotte, que convertía en polvo cualquier cosa que tocara con la mano izquierda, a Tina, que tenía la habilidad de moverse a la velocidad de la luz y poseía unos reflejos increíbles, y a Michael, que podía plasmar en papel todo lo que imaginaba con solo tocarlo, y a veces plasmaba el futuro. También le hablaron sobre Dylan, que podía controlar el tiempo pero sufrió un accidente; intentó rejuvenecerse un poco y sin querer lo hizo demasiado hasta dejar de existir. Andrew vivió allí casi cuatro años, y descubrió que su don era la super inteligencia, y aprendió a controlarle. Hasta que, un día, una bomba de Rusia cayó en la base bajo el agua y lo destruyó todo, llevándose varias vidas. La supere inteligencia de Andrew le permitió escapar con Michael, su mejor amigo, pero ambos gravemente heridos. Michael encontró unas hojas y, antes de morir, plasmó en ellas lo que pudo del futuro. En él, se veía a una chica que controlaba sueños hablándole a un espejo.
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Diario de sueños
CasualeUna adolescente con un don que le permite controlar sueños cuenta su historia y cómo fue progresando en su vida para descubrir el gran misterio de su habilidad. Por el camino se topa con varias personas, algunas le ayudan y otras le perjudican. Esta...