Lexi
-Sigo sin entender el por qué de que tu maleta sea amarilla. -dice Sara mientras bajo mis cosas de la cinta del aeropuerto.
-Porque me gusta el amarillo, es bonita, y es difícil perderla de vista a ella y a mí. -sonrío mirándola poner sus ojos marrones en blanco.
-Si es que al final tienes razón.
-Lo sé. -empezamos a seguir al resto de la clase hasta reunirnos con los profesores.
-Como ya sabéis, estamos aquí para realizar un trabajo de la escuela. Eso no quita que tengáis tiempo libre para poder disfrutar de París. Ahora iremos al hotel y repartiremos las habitaciones para que podáis descansar.
-Recordad que mañana tenemos una guía turística por los campos Elíseos... -dejo de escuchar al profesor cuando Sara me pellizca el brazo y señala con la cabeza una máquina expendedora, pero lo que me llama la atención son las botellas de Coca-Cola.
...
-Segura que no quieres ir ya a dormir? Es tarde. -digo antes de darle un sorbo a mi botella.
-Deja de beber eso, te va a dar una sobredosis de Coca-Cola. -me quita mi bebida y la deja sobre la mesa que tenemos delante.
Estamos en la recepción del hotel sentadas en unos sofás esperando a que el profesor vuelva. Al parecer hubo un problema y parece que no tengo habitación.
-Si es que lo que no te pasa a ti no le pasa a nadie. No me importa esperar aquí, sabes que cuanto menos tiempo esté alejada de una francesa guapa mejor para mí. -bromea haciéndome reír. -Ahí viene el teniente Salvador. -señala al profesor con la cabeza. -Ponte recta Lexi, que nos manda a limpiar las letrinas. -intento aguantarme la risa y mantener la compostura.
Desde que empezamos bellas artes y el señor Salvador nos empezó a hablar sobre sus batallas no hemos dejado de llamarlo teniente Salvador. En todas las clases o cada vez que tiene oportunidad nos cuenta anécdotas de guerras que no ha vivido, si no sus abuelos y su padre.
-He hablado con el encargado y ya hemos encontrado tu reserva señorita García.
-Genial, qué habitación tengo? -digo agarrando el asa de mi maleta.
-El problema es que se han confundido y han puesto su habitación a nombre de otro colegio. Espero que no le importe compartir cuarto con otro estudiante. -la sonrisa que tenía en la cara desaparece más rápido que la pintura blanca en clase de dibujo artístico.
-Cómo?
-Si no le parece bien entonces le daré mi habitación, estoy seguro que a la señorita Martín no le importará compartir cuarto con usted.
-No hace falta, creo que podré sobrevivir durante una semana.
-Está bien, esta es la tarjeta de la luz y esta la de la puerta. -me da dos tarjetas del mismo color, la única diferencia es que una tiene una L y la otra una P. -Tercera planta habitación trescientos doce.
-Genial, gracias.
-Buenas noches chicas. -cogemos nuestras maletas y empezamos a caminar hasta el ascensor. Una vez dentro Sara no aguanta y empieza a reírse en mi cara.
-No te rías! -gruño cruzándome de brazos.
-Lo siento Lexi, pero es que tienes muy mala suerte. -ríe secándose las lágrimas.
-Te crees que no lo sé? Esto es alucinante, de sesenta personas que somos y me toca a mí! Te lo puedes creer? -mi reacción solo le hace reír aún más alto.
El ascensor para en el segundo piso y Sara coge sus cosas. -Nos vemos mañana, suerte. -se ríe ella sola, le hago el corte de manga antes de que las puertas se cierren en mi cara.
Sigo subiendo hasta llegar al último piso. Me recorro los pasillos en busca de mi habitación.
Me encuentro con algunos compañeros y gente de otros colegios, eso no me da mucha confianza.
Cuando por fin encuentro mi puerta entro en pánico al no saber qué me encontraré dentro.
Saco la tarjeta del bolsillo de mi pantalón con el pulso temblando y la acerco al lector de la cerradura. Choco contra la puerta al intentar entrar porque, sorpresa, me he equivocado de tarjeta. -Empiezo bien...
Pruebo con la otra tarjeta y escucho el click que anuncia la puerta abierta. Bajo la manilla y, con mucho valor, cruzo el umbral esperando encontrarme cualquier cosa.
Para mi sorpresa me encuentro una habitación a oscuras, solo se escucha la lluvia chocar contra la ventana. -Uf, menos mal... -pongo la tarjeta de la luz en su ranura y enciendo los interruptores.
Me encuentro en una habitación de dos camas individuales, paredes altas y de colores blancos y grises, hay detalles amarillos y azules por todas partes y los muebles son de madera oscura. -Santo cielo...
Esto es precioso.
Hay un armario enorme con caja fuerte. El baño tiene dos albornoces blancos con las siglas del hotel.
"Os vais a venir a casa con mami... Y lo mismo con los botecitos de champú y jabón. "
Dejo las maletas y la mochila al lado de la cama más cercana al balcón.
Me relaja escuchar la lluvia mientras leo.
Aprovecho que no ha llegado mi compañero y me pongo el pijama, me cepillo los dientes y me hago un moño cutre pero perfecto para dormir cómoda.
Nada más tirarme a la cama caigo redonda. Entre el ruido de la lluvia y el dolor de pies que tengo se me hace muy fácil quedarme dormida.
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Extraños en París
Teen FictionESTE LIBRO TIENE UNA PLAYLIST EN SPOTIFY CON EL MISMO TÍTULO♡ ******************************************* Dos extraños que se conocen por error de la administración del hotel. Ella? Una estudiante de bellas artes. Él? Un estudiante de historia de l...