3. La seine and I

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Lexi

El sonido de una canción que desconozco me despierta. 

Es de noche, las dos y media de la madrugada. 

Me siento en el borde de la cama sobándome la cara, una corriente de aire acaricia mis brazos haciéndome temblar de frío. 

Me levanto para cerrar la puerta del balcón pero lo veo apoyado en la barandilla de mirando el paisaje nocturno. 

-Puedes bajar la música? -pregunto sobándome un ojo y bostezando. Él me mira entrecerrando sus ojos e intentando ocultar una sonrisa. -Si no hablas español... Cómo se habla inglés...? -suspiro cerrando los ojos agotada. 

Estoy demasiado dormida como para pensar en algo coherente. 

Al volver a mirarle me tiende una regaliz roja que acepto con gusto. -Gracias.

-De nada. 

-Yo vuelvo a dormir... -me giro para ir a la cama pero me detengo en seco al analizar lo que acaba de pasar. -Qué? 

-Nothing. (Nada)

-Eso pensaba. -me llevo la regaliz a la boca. -Buenas noches, y apaga la música. 

...

Miro el atardecer sentada en mi taburete frente al lienzo, el dibujo está a medio hacer. 

Le subo el volumen a la música y me ajusto los auriculares. -Y no puedo más... No pueeedooo más... De tus rarezas...

Tarareo la letra de la canción mientras paso el pincel por el lienzo. -No hay maneeeeraaaa...

Me llega un mensaje al móvil que corta la música momentáneamente. Luego otro y otro. Me decido por ver quién es, Sara. 

-Qué? -pregunto quitándome los auriculares y viéndola. Las dos estamos al lado. 

-Hay novedades? 

-Con qué?

-No te hagas la tonta. -deja de mirarme para seguir pintando. 

-Se llama Nicolai, y le gustan las regalices rojas. 

-Como a ti. -me mira, la miro y no puedo evitar reírme. 

-Qué? 

-Le molas. -asegura. 

-Tu eres tonta. -pongo los ojos en blanco y sigo pintando. 

-Ya me darás las gracias, por cierto, ya tengo reservadas las entradas para el concierto. 

-Perfecto. 

...

Paso la tarjeta por la puerta y empiezo a caminar recibiendo un golpe en la frente al chocar contra la madera. -Ay... Mierda. -he cogido la tarjeta de la luz. -Y ahora qué hago? -miro la hora en el móvil. -Pues vaya.

Algo se pega a mi espalda haciéndome quedar rígida en el sitio. Escucho un carraspeo encima de mí, levanto la cabeza encontrándome de frente con un par de ojos azules y una sonrisa perfecta. -Hola. -me doy la vuelta para estar cara a cara (aunque tengo que mantener la cabeza alzada porque me saca dos cabezas y media). -Hi, mmm... I forget my...

-La tarjeta. -saca la suya de su bolsillo. -Me dejas? 

-Perdón... Hablas español? 

-Sí. -abre la puerta y me deja pasar, en la mesa encuentro mi tarjeta. 

-Podrías haberlo dicho antes. -pongo la maleta encima de mi cama y la abro buscando ropa. 

-Ya, pero era divertido verte hablando en inglés. -su risa ronca me hace levantar la mirada de la maleta y matarle con mis ojos. Se me da bien el inglés y me gusta, pero hablar no es mi punto fuerte. -Quieres una? -pregunta abriendo su bolsa de regalices. -Tómalo como gesto de disculpas. -su acento es muy notorio. 

Acepto la regaliz y me la llevo a la boca. Cierro la maleta para tirarme sobre la cama boca arriba. -Perdonado. -me doy la vuelta para mirar los mensajes que me están llegando. 

-Qué te gusta? 

-Qué? 

-Qué te gusta hacer? 

-Leer, y pintar, y a ti? 

-Escribir. -ladeo la cabeza al escucharle. -Estudio filología e historia de la literatura. 

-Bellas artes. -cojo mi ropa y entro al baño para cambiarme. 

Mientras me quito la ropa no puedo dejar de lado lo que me ha dicho, le gusta escribir. 

Me miro al espejo comprobando que el vestido me quede bien, esta noche tenemos una cena en un cabaret, en principio solo es para los de artes escénicas, pero un amigo me ha invitado y me hace mucha ilusión ir. Va a ir un musical clandestino que representará Mamma Mía. 

Salgo del baño y cojo una chaqueta. Cuando voy a abrir la puerta la manilla no baja, lo intento varias veces sin éxito. Pego la frente en la madera suspirando. -Atrapada, lo que me faltaba. 

-Pasa algo? 

-La puerta no abre. -le dejo sitio para que intente abrirla pero tampoco puede, lo peor es que si estás dentro no tienes que usar la tarjeta. -Pues nada, hoy no se sale.  

-Tenías que ir a algún sitio? 

-Una cena, pero da igual, voy a llamar a alguien para que nos abra. -cojo el móvil y llamo a Sara. -Hey, nos hemos quedado atrapados en la habitación, puedes llamar a recepción y avisar? -ella empieza a gritar al ver que hablo en plural. -Eso no importa ahora, por favor llama a alguien. -cuelgo y me siento en la cama. 

-Hasta que venga alguien pasará un buen rato. 

-Y qué propones? 

-Conocernos? -me siento en el borde de la cama con los pies cruzados, le miro a la cara y, por primera vez desde que estoy aquí, me fijo en que este chico es demasiado guapo para ser real. Además de que le gusta escribir, tiene ojos azules, mandíbula marcada, es extranjero, habla muy bien español y tiene una dentadura perfecta, también le gustan las regalices y es majo. 

"Esto tiene que ser una broma, dónde está la cámara? "

Extraños en ParísDonde viven las historias. Descúbrelo ahora