XIX

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Las estaciones pasan, los años avanzan, dos corazones, que aún se extrañan.
Un amor de esos de niños, inocente y muy tranquilo. Un amor de adolescentes muy intensos e impacientes.

Oh como se extrañan esos corazones, que ni uno se atreve a decir lo que siente desde ese entonces.
Oh como olvidar lo que ha pasado, lo que desde ese entonces nos ha separado.

Una mañana ha de pasar, esa tragedia que nadie habría de esperar.
La lluvia caía como día en pena, las gotas rozaban tu piel ajena.
Como un rayo de sol venías y como rayo de luz te ibas.

Desde ese entonces no he podido amar, a un alma como la tuya, no hay igual.
Te escribo poemas día y noche, con la fe de que tu corazón se enamore.
De esta alma adulta ya vieja, que aún late por tu inexistencia.

Anhelos de un alma atrapadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora