⇢ Seventeen (1/2)

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Lisa no supo cómo es que terminaron en la sala de JiSoo abrazadas, la menor acurrucada en su pecho mientras dormía plácidamente

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Lisa no supo cómo es que terminaron en la sala de JiSoo abrazadas, la menor acurrucada en su pecho mientras dormía plácidamente.

Su respiración caliente chocaba contra el cuello de la otra, justo en la hendidura, y la pelinegra sólo suspiró mientras veía la cabellera rubia de la otra.

"Pensé que tú eras la enamorada de mi" fue la frase que golpeó de nuevo y le hizo sentir estúpida, pero tan estúpida, que quería morirse en ese momento sin importar que tenía a la otra en brazos. Sintió que una lágrima cayó de su mejilla, y se apresuró a limpiarla.

Era una cobarde. Había tenido más de veinte oportunidades para decirle a JiSoo que le gustaba, pero en ninguna tuvo la valentía de hacerlo porque tenía miedo, el profundo miedo de ser rechazada y sabía que era mejor tenerlo bien guardado antes que decirlo y arruinar la linda amistad que tenía con la menor. Suspiró.

Llevó su nariz a la cabeza contraria, inhaló su olor, y la acarició con cuidado, pensando que la otra estaba dormida.

Pero JiSoo sólo estaba pensando en qué podía pasar. El hablar con SeulGi fue un gran avance y le hizo saber que realmente estaba funcionando lo de bajar de peso para eso. Pero hizo una mueca al recordar cómo estaba bajando de peso.

Teniendo relaciones sexuales con su mejor amiga, que no sentía nada por ella pero había accedido. O eso era lo que pensaba. Cerró los ojos, y se acurrucó más en el pecho de la otra. Realmente lo pensó antes de hablar.

— Lis, ¿cómo sabes cuando te gusta alguien? — Escuchó cómo la otra relamió sus labios y pensó en su respuesta.

— Te gusta SeulGi, deberías saberlo tú.

— Pero quiero escuchar las palabras de ti, una persona romántica. — Sintió caderas en su cabeza, la calmada respiración de la otra, y después la mano en su cintura.

— Sientes que, sólo quieres verla feliz, sólo la puedes ver a ella aunque sea en una habitación con diez mil modelos tú irías con esa persona que te gusta, te gusta su modo de ser, sus bromas aunque sean estúpidas, te gusta, hasta su olor, el más mínimo contacto con ella, su forma de hacer las cosas aunque algunas veces tu sabes que no lo harías así, sabes que te gusta cuando, hasta con un simple toque de ella estás feliz, y sabes que es más por un rostro lindo, eso no importa cuando alguien te gusta de verdad, sólo es, te gusta porque es esa persona.

— ¿Quién te gusto tanto como para pensar así?

"Tú". Desvió su mirada de la otra, y ahí iba a perder la oportunidad 21 de confesarse.

— La señora Min.

— Asquerosa. — Y aunque sabía que era una broma, JiSoo se había desilusionado mucho porque sabía que su amiga no le había dicho la verdad, no toda. JiSoo había retratado en su mente todo lo que había dicho Lisa con como ella veía a JooHyun.

La forma en que reía con ella, que la veía curiosa, le tocaba hasta con las manos en el suelo. Y ahí vinieron los celos.

La respuesta, cualquiera que fuera, iba a dejar a una JiSoo vacía porque no esperaba nada de eso. Ni ella supo por qué hizo la pregunta.

— ¿Y tú? ¿Cómo sabes que te gusta SeulGi?

— Pues, porque me gusta escucharla, es linda, sabe inglés, me gusta sólo verla, me gusta sentir mi corazón latir tan rápido al sentir que me toca. — Lisa asintió.

— ¿Qué crees que pasará? Me refiero a ti y a ella.

— No lo sé, me dijo que algún día de estos podríamos ir a tomar un café...

— A ti no te gusta el café.

— También venderán tés en esos establecimientos, Lali. — La otra asintió y detuvo las caricias para llevar su mano a la cabeza contraria. — Acordamos que el jueves, ¿crees que-

— Claro que estoy libre ese día, te puedo llevar si gustas. — La otra asintió, levantando su cabeza para sonreírle a su mejor amiga, y la otra sonrió al ver esa sonrisa que podía alborotar su corazón con sólo aparecer por milisegundos. Lisa llevó su mano a la mejilla derecha de la otra, comenzando a acariciarla.

— Amo tus mejillas, por favor, sigue teniéndolas. — Asintió, sonriendo más fuerte para hacer que la otra sonriera, y después quiso acercarse a besarla, pero la pelinegra negó. — Sería muy raro que sigamos besándonos aun cuando SeulGi ya mostró interés en ti, dejemos sólo con el polvo al mes.

Por el bien del corazón de Lisa, tenía que hacerse de piedra y distanciarse de los sentimientos que tenía por JiSoo para que no se rompiera cuando la viera besándose con SeulGi, haciendo cosas que ella podría hacer pero por cobardía no haría. La vio.

— Lo entiendo. — Lisa se apoyó sobre sus codos mientras sentía que la otra se sentaba en sus piernas para acomodar su pelo, y después la vio, pidiendo que se quitara levemente. — ¿A dónde vas? ¿Ya te vas?

— V-voy al baño a orinar. — Señaló la puerta blanca donde se encontraba dicho lugar, y en cuanto entró, cerró la puerta, y se echó al suelo para sostener su rostro. — Soy una idiota, debí haberle dicho...

Golpeó su frente varías veces, cerró sus ojos, y después enterró su cabeza en sus piernas. Quería llorar, sentía ese ardor en sus ojos, pero no lo iba a hacer. Sólo se quedó sentada por un buen rato, suspiró, y limpió unas lágrimas que habían querido salir de sus ojos.

Su corazón aunque quisiera que fuera de piedra, sabía que en algún momento iba a explotar, romperse en millones de pedazos, y sabía que lo iba a perder una vez que esto sucediera. Suspiró.

Salió del baño con un rostro neutro, vio a JiSoo usando su celular, y después vio su maleta.

— Ve a ponerte ropa cómoda, vamos a salir a hacer ejercicios. — La otra sonrió tímida mientras asentía y subía a su cuarto. En cinco minutos volvió a bajar con un lindo short que mostraba sus piernas y Lisa sintió su corazón latir, más por la piel mostrada, era porque JiSoo había amarrado su pelo en una coleta tierna y sus mejillas se veían más, y más regordetas. Sonrió tierna.

— Lista, Lili, ¿Vamos al parque?

Diet of Sex | Lisoo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora