2. Lobos

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Habían pasado dos dias desde que llegaron al pueblo, tiempo en el que los chicos se acomodaron mejor en su nueva casa ahora la hija de Hades tenia las paredes de su habitación pintadas en negro con pequeñas antorchas que arden con fuego griego, la de ojos grises había llenado su cuarto de libros como en su cabaña acomodando la cama en un rincon, el salvador del Olimpo no hizo grandes cambios pero tenia caracolas y piezas de coral al rededor de la habitación siendo el olor a salobre lo que predominaba en el ambiente recordando el mar, el satiro no cambio nada solo que ahora había latas y dulces por todos lados.

Era temprano pero las semidiosas ya se encontraban despiertas listas para salir a correr muy al contrario de ambos chicos quienes aun dormían y parecían estar en su quinto sueño, tal vez dejaron el campamento pero aquello no significaba que dejarían de lado sus actividades, por ello se dispusieron correr por el bosque en las mañana y entrenar un poco.

-Lista, Annie?- pregunto.

-Lista-aseguro una vez que sujeto su cabello en una coleta alta.

Asintió para acomodar unos mechones que le molestaban y comenzar a trotar en dirección al bosque a la par de la ojigris, pasaron por el tronco caído siguiendo de largo pretendiendo ir a un campo abierto que encontraron el segundo dia de su llegada a Forks. Los minutos pasaban entre esquivar ramas y raíces que sobresalían de los arboles faltando solo un par de metros para llegar al lugar su trote se hizo mas lento controlando lo mejor posible la respiración de lo contrario estarían exhaustas por el recorrido.

-Bien, sera solo esquivar para ver que tan buenos reflejos tenemos- dice y Demina asiente.

Una vez en posición Annabeth lanzo varios golpes siendo todos esquivados con éxito, luego de un rato con mas y mas ataques por parte de la rubia era su turno de golpear, ambas se movían por todo el lugar con la de ojos negros lanzando todo tipo de golpes que a la hija de Atenea se le dificultaba un poco esquivar, no mucho, pero era evidente que Demina tenia mas experiencia en eso.

-Tiempo fuera- dice agitada.

-Bueno, descansemos un rato antes de volver- se encogió de hombros antes de acostarse en la hierba.

-Enséñame a ser tan buena como tu-pidió mirando hacia abajo para observarla.

-Créeme no quieres eso- abrió un ojo y lo volvió a cerrar.

-Si lo quiero- aseguro.

-No, no lo quieres.

-Que si, por favor?

-Lo pensare- sintió un movimiento a un lado suyo, giro abriendo los ojos para encontrar una grisácea mirada en ella.

-Di que si- pidió.

-Te acabo de decir que lo iba a pensar.

-Bien.

Hubo un largo y cómodo silencio luego de eso, disfrutando la vista del cielo nublado con el ambiente húmedo de Forks era fácil acostumbrarse al clima frio, cerro los ojos nuevamente dejándose llevar por los sonidos del bosque y la respiración acompasada de su acompañante, el momento hasta ahora perfecto se vio interrumpido por el trote veloz de lo que parecía un animal faltaba bastante para que llegue pero fueron capaces de escucharlo observaron la dirección en la que aparecería lo que sea que fuera.

-Ves lo que yo veo?- dice sorprendida y Annabeth asiente igual de impresionada.

-Un lobo demasiado grande- dicho animal se acercaba con cautela hacia ellas.

Seth esperaba que en cualquier momento esas chicas salieran corriendo lejos de el, en verdad se llevo una sopresa al verlas acercarse con precaución, incluso Paul estaba un poco sorprendido por las acciones de ambas por lo cual salió lentamente de su escondite entre los arboles alertando un poco a la rubia y a la pelinegra.

Semidioses En Forks Donde viven las historias. Descúbrelo ahora