Semidioses En Forks

1. Forks

Cuatro chicos cantaban a todo volumen de camino a la carretera que los llevaría a su nueva casa, Percy como conductor autoproclamado a su lado iba una eufórica Demina fingiendo tocar la guitarra como una profesional mientras Grover y Annabeth golpeaban los asientos simulando la batería, la vibrante risa de la rubia se escucho por sobre la canción que pasaban en la radio siendo seguida por la morena quien miraba al guardian que se había golpeado contra la ventana al sacudir su cabeza como los cantantes de rock.

-No stop signs, speed limit- siguió como si nada- Nobody's gonna slow me down.
-Like a wheel gonna spin it. Nobody's gonna mess me around- canto el ojiazul.
-Hey Satan! Payin' my dues playing in a rocking band. Hey mama! Look at me, I'm on my way to the promised land, woo- fue turno de la pelinegra.

-I'M ON THE HIGHWAY TO HELL~ HIGHWAY TO HELL!- gritaron moviéndose como podían al ritmo la canción.

Cuando estaban riendo y respirando de manera agitada en busca de aire, una patrulla se puso a un lado suyo exigiendo que se detengan rápidamente el hijo de Poseidon hizo lo pedido y la ojinegra bajo considerablemente el volumen de la radio.

-Buenos dias, soy el jefe Swan- se presento el hombre con mostacho- Supongo que son los nuevos vecinos.

-Percy Jackson un placer- se presento- y efectivamente somos sus nuevos vecinos, de hecho vamos camino a nuestra casa.

-Ellos son Annabeth, Demina y Grover- los señalo y estos agitaron la mano en forma de saludo.

-Un gusto conocerlos chicos, este es mi número por si necesitan algo- le entrego una tarjeta- no los retraso mas, tengan cuidado por la carretera.

-Adios Jefe Swan- se despidieron y emprendieron camino nuevamente.

-Por un momento pense que nos arrestaria por exceso de velocidad y por ir escuchando musica alta- suspiro la rubia.

-Parece un buen sujeto- murmuro distraidamente- debes girar aqui, Percy.

Siguieron por un rato hasta dar con un camino hecho de tierra que se adentraba al bosque, su nueva casa se encontraba ubicada en un bonito claro por donde corría un pequeño arroyo a unos quince minutos por el camino de tierra, según les había dicho Grover la casa mas cercana era una que queda unos setenta metros de la suya.

Un par de minutos después se alzaba ante los cuatro una hermosa edificación de dos plantas con ventanales de vidrio enormes con una esplendida vista al bosque, enredaderas decoraban gran parte de la casa y las flores de colores variados contrataban con el color beige de la estructura, era su pequeño paraiso en la tierra.

-Por Hades, Grover esto es hermoso!- exclamo maravillada.

-No me des los créditos, esto fue obra Persefone- ante eso los tres giraron a verlo- tranquilos ella no dira nada, comprende lo que están pasando.

-Espero que así sea o te dare como comida a Cerbero- amenazo.

-Bien, a conocer nuestro hogar, dulce hogar- camino con su bolso- Que esperan?

-Ya vamos- murmuro el de mirada azul sacando otro bolso, seguido de la pelinegra y por ultimo Grover.

Suspiro largo y tendido antes de insertar la llave en la ranura, la giro destrabando el seguro y empujo un poco la puerta, en cuanto estuvieron todos dentro admiraron la sala que tenia una pared completamente de cristal con vista al jardin delantero, los muebles eran de color gris humo, frente al sofa grande había una mesa ratona repleta de dulces y una gran televisión abarcaba gran parte de la pared.

-Me pido la habitación principal- dijo antes de lanzar su bolso contra Percy, corriendo escaleras arriba.

-Ni siquiera sabes cual es- grito Annabeth haciendo lo mismo.