Capítulo 3

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Después de mis cavilaciones sin sentido me dispongo a irme a mi casa, bueno pero me faltaba aún comprarle un obsequio a mi sobrino. En ninguno de sus cumpleaños he dejado de darle un regalo y este no será la excepción, como siempre pasaré por una juguetería que se me hace camino y le compraré algo bonito. Camino fuera de la cafetería, eso haré caminaré hoy, acabo de comprender que los autos están sobrevalorados. Mi casa no está lejos y la tienda de juguetes se me hace camino, en menos de diez minutos ya estoy frente a esa tienda suntuosa y surrealista.

Siempre he odiado los colores chillones de los que está lleno el lugar pero hoy no me parecen tan feos. Desde la vidriera diviso una pistola de juguete que me encanta, un chiquillo de diez años daría muchos saltos si le regalaran una de esas. Entro a la tienda y salgo con el objetivo que divisé en la mano.

La pistola de juguete era bastante costosa, pero no negaré que valió la pena se ve tan real que sé que mi sobrino dormirá con ella, le va a encantar.

Ya con lo del obsequio de mi sobrino al parecer mi cerebro se desocupó y recordó que estoy sentenciado a muerte en unos meses. Me comenzaron a atormentar pensamientos mientras caminaba. Qué debía hacer ahora, buscar otra opinión médica; creo que no dado que me vieron los mejores médicos eso lo puedo garantizar conociendo a mi hermano mejor le dejo los asuntos médicos a él. Tal vez así se olvide que me queda poco tiempo. Lo sé, no hay esperanzas para mí, Klauss asimila tu realidad hay dos opciones:
1- Como deseo vivir, puedo buscar una opción para seguir viviendo, una cura venga de médicos o de místicos. De quien sea no importa solo mantenerme vivo porque amo la vida.
2- Disfrutar el tiempo que me queda, con disfrutar me refiero a tomar el dinero que he ahorrado todo este tiempo y gastarlo en viajes, mujeres y alcohol. Es una buena idea porque no la había puesto en práctica antes???

Las dos opciones son buenas pero creo que me quedo con la primera, aunque creo que debería consultarlo con la almohada hoy, no debo tomar una decisión tan importante a la ligera.

Mi caminata y mis pensamientos son interrumpidos por unos gritos y burlas provenientes de un edificio abandonado, estaba atardeciendo por lo que el lugar estaba oscuro.

Dentro del edificio una lámpara iluminaba pobremente un deplorable espectáculo. Unos jóvenes golpeaban sin compasión a un anciano indigente; lo pateaban y insultaban mientras este les pedía misericordia desde el suelo.

Sentí compasión y rabia al mismo tiempo entonces no lo pensé; entré a comportarme como héroe cometiendo la mayor locura que podría hacer en mi vida.

—Muchachones, ¿qué hacen? —les pregunto a los agresores  irónicamente.

Lo interesante de mi pregunta era que la hacía mientras les 
apuntaba con un arma de juguete.

Puedo ver el terror en sus ojos, se miran entre ellos; al final uno me enfrenta.
—Sólo queríamos divertirnos, era una broma no íbamos a dañar al anciano —mientras el líder habla los otros sólo se quedan inmóviles.
—¡Qué divertido! pero creo que al anciano no le gustó la broma dado que estaba pidiendo misericordia, debería matarlos chicos así le haría un bien a la sociedad.

Al escuchar esto los cinco chicos empiezan a rogar por sus vidas, unos ofrecen dinero otros piden perdón. Me dan asco hace un momento golpeaban a un anciano y ahora algunos ruegan otros lloran, no tardarán en hacerse encima.

—Déjalos ir, son escoria —sentencia el anciano desde el suelo pero con mucha energía.
—Váyanse antes que me arrepienta —grito mientras pateo una lata en el suelo haciendo mucho ruido.

Es divertido verlos correr como ratas, algunos se apuraron tanto que cayeron al suelo para luego incorporarse y alcanzar al grupo.

—Admito que eres la combinación perfecta entre un hombre arriesgado, un hombre inteligente y un idiota —me dice el viejo con sorna.
—Jajaja que forma más interesante de decir gracias —le digo mientras río.
—De hecho te estaré eternamente agradecido, sólo te digo que te arriesgaste demasiado eran cinco chicos entre 17 y 19 años aproximadamente, te podrían haber hecho polvo y tenían sed de sangre porque querían hacerme daño. Probablemente me hubiesen dejado mal herido y hubiera muerto aquí solo.
—Tuviste suerte, solo eso.
—Lo mismo digo, menos mal que la etiqueta de la pistola de juguete que traes no se notaba mucho o ellos eran mu tontos para notarlo.
—La viste, sé que fue una locura hacer esto pero es que no me queda mucho tiempo de vida y quiero hacer el bien.
—Yo estoy bien no te preocupes —dice sarcásticamente el hombre mientras se levanta.
—Perdona soy un tonto —digo mientras me acerco para ayudarlo a levantarse.
—De veras estoy bien soy más fuerte de lo que parezco.
—¿Seguro? —pregunto dudoso.
—Muy seguro descuida. ¿En serio estás muriendo muchacho?
—De hecho solo me quedan cuatro meses, suena loco pero tengo en mi cabeza un dispositivo de alta tecnología que se expandirá en mi cerebro hasta matarme y nadie lo puede extraer.

El viejo me hace una seña con la mano que no entiendo, luego va y toma un periódico de los que usaba como cama. Saca un sucio carbón de su bolsillo y toma una parte del periódico en blanco en la cual comienza a dibujar algo. Hay un incómodo silencio entre nosotros hasta que el termina de dibujar, por lo que veo es un elaborado e incompresible mapa.

—La ciencia te dijo que no había solución a tu problema, ¿verdad?
—Sí de hecho eso dijo.
—No te queda duda, no llegaste aquí por casualidad el largo viaje es para tí. Sí deseas curarte tendrás que emprender el largo viaje.
—¿Qué es eso?
—Es una oportunidad que se les da a unos pocos y soy uno de los dos hombres en la tierra que te pueden dar ese regalo, si aceptas el mapa que te doy empezarás tu viaje. Si llegas a tu objetivo podrás obtener lo que quieras ya sea curación o poder; en fin cualquier ambición humana.
—Sólo dime me podré curar?
—Podrás pero no será fácil...
—Dame ese mapa, iré.
—Está bien —me dice mientras me alcanza el mapa que tomo al instante.

—Ahora escucha las aclaraciones que te tengo que hacer, luego de que termine de hablar te irás en silencio y no volverás a verme nunca.
—Vale eso haré.
—Ese mapa que llevas en la mano, sé que dirás que no lo entiendes pero no te preocupes en su momento lo comprenderás. Cuando lo comprendas te darás cuanta de que hay rutas mucho más cortas y fáciles para llegar a tu destino; tienes que tomar la que indica el mapa, es la más larga y tortuosa pero necesitas tomarla. Habrá dificultades tal vez ni siquiera completes la primera parte del viaje, pocos tienen la oportunidad de tomar el viaje pero aún menos llegan; no te diré las posibilidades que tienes para no abrumarte. Al momento de llegar a el destino del mapa serás guiado a tomar tu recompensa.
—¿Eso es todo? —pregunto luego de haber escuchado detalladamente.
—Suerte en tu viaje, confío en que llegarás. Ahora vete y no vuelvas.
—Vale, ¿pero seguro que no quieres que te lleve a un médico?
—Estoy bien ya vete.

Me alejo del anciano mirando el mapa que no entiendo en absoluto. Está bastante oscuro y es tarde; así que me apresuro a llegar a mi casa.

Ya en mi casa, sólo puedo pensar en una cosa, ducharme con agua bien fría para aclarar las ideas. Procedo a ducharme, amo la sensación del agua fría cayendo sobre mi cuerpo, siempre he creído que las mejores ideas surgen mientras te tomas una ducha. Termino de ducharme y me siento mucho mejor, limpio y capaz de procesar todo lo que ha pasado hoy.

Así que después de un coma despierto y me dicen que moriré en tres meses, que no hay una solución científica a mi problema. Una vez que ya había aceptado mi realidad llega un indigente y me dice que hay esperanza, justo lo que necesitaba. Sí, necesitaba inspiración para buscar una cura y él me la ha dado pero es un indigente. Quien sabe cuanto mapas le ha hecho a personas que le han dado comida o dinero.

Necesito ir a buscar una cura, quiero vivir o morir en el intento de sobrevivir. Creo que el destino me lo puso en el camino y por una vez en mi vida le haré caso a esa vocecita en mi cabeza que me dice que todo es posible, haré el largo viaje y me curaré.

Mi instinto me dice que es la única manera de lograr superar esta zancadilla que me han puesto los dioses.

Pares Condenados: El Largo ViajeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora