Capítulo 4

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Comienza mi día, bastante bien de hecho pues no tengo nada de dolor de cabeza. Ayer dormí tarde, me quedé despierto meditando sobre los sucesos del día anterior y tomé una decisión. Decisión que tomé en base a mi intuición y que tal vez sea una locura pero ahora mismo me parece lo mejor que puedo hacer y lo haré.

Si no fuera por "el mapa" que está sobre el sofá de mi sala, juraría que todo fue un sueño, pero no lo fue. Volviendo a la realidad para emprender mi viaje necesitaré dinero, afortunadamente tengo unos ahorros bastante grandes y los usaré. Hoy mismo compraré provisiones para el viaje y sacaré todo mi efectivo del banco.

Pero primeramente iré a ver a mi sobrino, es su cumpleaños y quiero verlo. También quiero despedirme de mi hermano; no me despediré de mis padres porque ellos son demasiado dramáticos.

Me arreglo rápidamente para irme y tomo la pistola de mi sobrino, río ante la obviedad de la etiqueta, realmente corrí suerte ayer. Salgo de mi casa y me subo al auto; la casa de mi hermano está un poco lejos pero ya estoy llegando.

Al llegar parqueo el auto y al acercarme al gran portón que protege la casa se abre automáticamente, me estaban esperando y me vieron acercarme en las cámaras de seguridad. Camino por el largo pasillo que conduce a la puerta de la casa y veo a mi hermano salir de su casa a recibirme como si no nos viéramos hace años.

—Hermano, estás aquí, te esperábamos —me dice mientras me abraza.
—Aquí estoy y me siento muy bien, así que no hagas drama.
—Entremos Ethan te espera.

Los dos entramos, saludo cordialmente a la esposa de mi hermano.

—¿Dónde está Ethan? —les pregunto.
—Está en arriba en su habitación abriendo sus regalos, sube, el está loco por verte, apenas se despertó preguntó por su tío Klauss.

Subo y la puerta de mi sobrino está abierta, él está distraído abriendo uno de sus regalos.
—Ethan Selchzers aquí está tu tío favorito —grito desde la puerta de la habitación.

El chico se voltea con una gran sonrisa, corre hacia mí y salta a mis brazos. Lo recibo y se aferra a mí fuertemente sin decir nada.
—Hijo cuida a tu tío, ya tienes 8 años puedes lastimarlo en una de esas acrobacias que ustedes hacen.
—Dile al gruñón de tu papá que yo te cargaré hasta que seas más grande que yo —le digo a mi sobrino mientras le guiño un ojo, el chico le saca la lengua a su padre y ambos reímos.

Felicito al chico y le entrego su regalo , como era de esperarse toma su obsequio con mucha emoción y me agradece. Acto seguido me acerco a mi hermano y le pido que vayamos a su habitación para hablar a solas. Él acepta y aprovechamos que Ethan está distraído con su regalo para escabullirnos al cuarto de Raúl.
—Hermano te llamé para hablar en privado porque quiero despedirme...
—Despedirte, ¿Qué? —me interrumpe un poco nervioso, veo en sus ojos arremolinarse cientos de teorías sobre mi despedida.
—Tranquilo, voy a hacer un viaje bastante largo, es de esparcimiento y reflexión, nada raro. Te avisaré porque tal vez tarde algo de tiempo.
—Puedo conseguirte los mejores precios y el mejor hospedaje, ¿dejarás que me encargue?
—Amo cuando haces las preguntas aunque sepas que diré que no, iré lo mas pronto posible, solo y a mi manera. Sobre nuestros padres no me despediré ellos son dramáticos y arman despedidas que no me gustan; de hecho odio las despedidas, dejo en tus manos que les digas a nuestros padres lo que consideres conveniente. Tú siempre has sido el diplomático de los dos.
—Está bien pero necesito que me prometas que si yo encuentro la menor posibilidad de tratamiento para tí, volverás enseguida no importa donde estés. Puedes disfrutar tu viaje yo encontraré un tratamiento y te llamaré, si prometes eso me quedaré tranquilo.
—Vale lo prometo —cierro la conversación que se estaba tornando tensa y lo invito poniendo mi mano en su espalda a salir del cuarto.

Pares Condenados: El Largo ViajeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora