Pares Condenados: El Largo Viaje

Capítulo 7

Aunque yo planeaba ir a muchos lugares turísticos como la fortaleza de Sao Miguel, el cementerio de barcos o la isla de Mussulo terminamos por no visitar ninguno de esos lugares. No vinimos a hacer turismo me repetía constantemente Clara pero cuando le preguntaba que dónde porongas estaba el conserje me decía que él llegaría a nosotros en su momento y que no me preocupara que ella lo tenía todo bajo control. Pasamos tres días haciendo turismo urbano, obviamente cuando lograba convencer a Clara ya que ella es bastante apática; no negaré que la ciudad capital de Angola es bella, me encantó recorrerla es completamente diferente a lo que estamos acostumbrados a ver en Estados Unidos. Al cuarto día decidimos ir a un restaurante que estaba a las afueras de la ciudad, nos lo recomendaron y era un restaurante al aire libre por lo que nos animamos a ir. Clara aceptó rápidamente pues a ella le gusta estar en contacto con la naturaleza.

Al llegar al restaurante, parqueamos el auto en un rudimentario parqueo improvisado que no se veía nada seguro. El restaurante era muy simple y rural eso era lo que atraía a los turistas; tenía unas cuantas mesas debajo de un techo amplio y un pequeño mostrador que servía como barra. Clara estaba un poco nerviosa debido a que el lugar le parecía inseguro, yo la tranquilicé.

Entramos y nos acercamos a la barra a pedir nuestra comida. Nos recomiendan platos típicos y terminamos por pedir el menú del día.

—Clara sabes, me comienza a preocupar que no encontremos al guía, ya llevamos cuatro días y nada —le digo mientras sacamos las sillas para sentarnos en nuestra mesa.
—No se dice guía, se dice conserje y ya llegará no te preocupes —replica mientras mira distraídamente su teléfono.
—Está bien, lo que digas.

Pasados unos minutos nos sirven la comida que no tenía muy buena pinta pero sabía bien, me debatía mentalmente en hacer o no una broma repulsiva que le arruinara el almuerzo a Clara.

Veo pararse de la barra del bar a dos hombres borrachos, hablan animadamente parece que ya se van, pero comienzan a discutir. Para salir tienen que pasar cerca de nuestra mesa por lo que me comienzo a poner un poco nervioso. De momento veo que se acalora la discusión y uno de los hombres le da un empujón al otro, fue tan fuerte que la víctima cayó encima de nuestra mesa, y lanzó por los aires nuestra comida dejando a Clara cubierta de lo que sea que estábamos comiendo.

Colmaron mi paciencia va a haber sangre hoy. Rápidamente de manera automática tomo al hombre que cayó en nuestra mesa por los hombros y me dispongo a darle un puñetazo pero detengo mi puño justo antes de su cara al escuchar:
—No me golpees soy tu conserje.

Clara mientras pasaba todo esto no hacía más que gritar como una loca y las otras personas que estaban en el restaurante se habían escondido detrás de la barra.

—Clara él es nuestro conserje, lo llevamos al hotel —hablo dirigiéndome a Clara y ella se limita a asentir.
—Él no va a ningún lado —grita el otro hombre mientras se me acerca amenazadoramente.
—Se va con nosotros —exclamo.

Acto seguido tomo una jarra de barro de una mesa contigua y se la estampo en la cabeza, la jarra no se rompe  parece que he perdido fuerza pero el hombre cae al piso inconsciente, escucho un gritito ahogado del público que solo había optado por esconderse.

—Klauss nos tenemos que ir ya, seguro la policía deber estar en camino —agrega Clara.
—Llevenme con ustedes —pide de manera casi inaudible el hombre que decía ser nuestro conserje.
—Vámonos rápido —sentencio.

Tomamos al hombre entre Clara y yo pues no mantenía el equilibrio de la borrachera. Rápidamente llegamos al auto, subimos y Clara exige conducir pues dice que estoy alterado. En el viaje Clara conduce el doble de rápido de lo que suele conducir y al entrar al hotel afortunadamente el portero no nos pregunta por el hombre que traemos, así que llegamos a la habitación sin ningún inconveniente.