Príncipe Caprichoso •|KTH|• [+18] [EN PROCESO]

•05• Él no conseguirá lo que quiere...

Dedicado a emilypaucar15
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– Pensé que te habías ahogado, o que te habían secuestrado. Pensé incluso que te habías molestado conmigo. Me asusté mucho.

– Lo siento mucho Soohyun. –dije apenada ante la pequeña reprendida que me daba mi prima–

– No vuelvas hacer eso. En serio, me asusté mucho. –habló con voz preocupada. Se acerca a mi– Y dime, ¿por qué te marchaste de repente?

Tenía que inventar algo, ya que no le podía decir lo que en verdad había pasado. Lástima que a mi mente venían pocas ideas respecto a una mentira.

– Es solo que...me sentía imcomoda. –dije bajo la mirada penetrante de mi menor–

– Esa no es una buena justificación para irte. Vamos Gooru, dime la verdad. ¿Algo te molesta? –soba mi mano mientras me habla suavemente– Por cierto, no te lo había preguntado antes, pero, ¿por qué tienes una herida brusca en tu labio?

Me siento extraña al mentirle a mi familia. Es como si todo lo que me está pasando en este reino lo tuviera que soltar, ya sea con un tronco de árbol o...con mi prima. Ambas nos tenemos confianza y somos tan cercanas que ambas nos compartimos secretos. ¿Por qué esto me resultaba más difícil decírselo? Bueno, tal vez porque tocaba temas que me hacían avergonzarme mucho. Pero quizás ella me escuché y me comprenda, o trate de calmarme. Sería extraño decirle esto...pero no hay otra escapatoria, necesito liberar un poco de mi mente con alguien.

– Te voy ha decir algo, pero no te asustes. –explico antes de contarle todo–

– Con tan solo decirme eso ya estoy asustada.

– ¡Soohyun! –me quejo–.

– Está bien, está bien. Prometo no asustarme. –me calma–

Suelto un gran suspiro y bajo la cabeza. Cuento hasta tres, y comienzo hablar– Verás, al parecer todo empezó cuando me desvié para otra camino, te desobedecí y pagué el precio, te mentí, en verdad si me había encontrado a alguien en aquel prado, era un chico. –me ahorré el resto de aquella vez– Intercambiamos palabras para nada buenas y...paso el día. Luego, –suspiré– fui al palacio y... me di cuenta de que era el príncipe de este reino. –mi prima abre los ojos con terror y estaba apunto de gritar, sin embargo tapo su boca antes de que suelte el grito– Por favor, déjame terminar, créeme, yo también quiero pegar un grito. –quito sus manos lentamente– Otra vez intercambiamos palabras, aunque eso no fue todo, él... él me besó. –vuelvo a tapar la boca de Soohyun. Esto me ponía aún más nerviosa– También, hoy, lo ví en el lago, fue cuando estabas buscando las frutas. –debatí si contarle sus toques– Me vió desnuda y... –no puedo continuar pues el grito de mi prima suena por todo el cuarto, espantandome, le tapo la boca para que no continúe– Por favor, no me mates. Esto...solo pasó, y todavía no sé porqué a mi. Soohyun, te cuento esto porque eres la persona en la que más confío. Todo lo que me está pasando es totalmente nuevo y extraño... y rápido. Maldita sea, dime algo que me calme. –pido, luego muerdo mis labios–

Despacio quito la mano. Soo tenía los ojos más abiertos de lo normal. Abrió la boca para decir algo pero luego la cerró, quedándose pensativa. Pero luego de segundos de completo silencio habla.

– ¿De veras conociste al príncipe Kim Taehyung? –pregunta–

Suspiro– Si.

Ella asiente– Gooru, esto en verdad me sorprendió mucho. Supongo que no te puedo hacer las miles de preguntas que tengo en mi mente para no ponerte más ansiosa. –suelta un suspiro– Nuestro reino, Gong, es uno de los más grandes del mundo, se caracteriza por ser muy rico y prestigioso. También por su pueblo, humilde pero no pobre. Todo el mundo sabe que el rey Kim Hyohe Su Majestad es el hombre más honrado y famoso de casi todo el mundo, podrá ser un rey, pero el oro no le subió a la cabeza. También todo el mundo sabe que tiene un hijo, Kim Taehyung, el príncipe y heredero legítimo del reino de Gong, que es...un poco diferente a su padre, no es un príncipe malvado ni perverso, todos en el pueblo lo aman y lo miman, pero también todos sabemos que él es un príncipe caprichoso, muy caprichoso. A pedido caballos con cabellos de oro, territorio que ni siquiera usa, joyas que en su vida ni usará, y hasta una mansión casi del tamaño del castillo.