𝗖𝗮𝗽í𝘁𝘂𝗹𝗼 𝟮𝟳

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Octavo meses

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Octavo meses.

El castaño ya había entrado a su octavo mes de gestación y con ello los dolores de piernas se intensificaron, algo que hacía que estuviera molesto la mayor parte del tiempo y para terminar se le hacía difícil caminar con su enorme vientre, puesto como les explicó el doctor la bebé estaba colocada boca abajo para el momento del parto, eso le ocasionaba estar incómodo al caminar. En la ecografía pudieron saber que su bebé pesaba 2,400g y Dejun lo sentía, ya que le dificultaba un poco respirar ya que su pequeña bebé ocupaba mucho espacio. Yuta estaba adorado cuando su pequeña bebé se movía y podía distinguir los piesitos a través de su piel. Su pecho se llenaba de emoción al mirar los ojos brillantes del rizado para después besar la piel desnuda de su vientre.

Pero ahora no quería saber nada sobre pataditas. Se encontraba en clases y los movimientos de su bebé no paraban y le hacían perder la concentración en la explicación del profesor y menos con las caricias que el rizado le proporcionaba.

-Yuta-le llamó la atención. Este despegó su atención del profesor para mirar al castaño.

-¿Qué pasa? ¿Te sientes mal?— preguntó preocupado. Le dio una sonrisa de ternura para despreocupar al rizado.

-Nada-acarició la mano de este con su dedo pulgar. Se había vuelto super cariñoso con Yuta, por una parte le había sorprendido porque jamás pensó ser así con una persona y nunca lo fue con sus antiguas parejas-, es sólo que la bebé se esta moviendo mucho y no me deja concentrarme y necesito aprender algo porque tenemos exámenes finales en unas semanas.

—Ow-apretó las mejillas del castaño y se agachó un poco a la altura del vientre de este, mirando con adoración-. Pequeña, tú papá necesita concentrarse y sé que a ti te encanta estar moviéndote, pero chiquita mi novio está siendo un poco gruñón aquí—Dejun rodó sus ojos ante aquel comentario—, así que mantente calmada un rato, mi amor.

-Yuta, ya que el profesor nos empieza mirar raro-Él rizado levantó la mirada-. Capaz y piense que me estas dando una mamada.

Yuta abrió los ojos alarmado. Estaba seguro que el profesor era capaz de darles una suspensión, así que se enderezo para sentarse bien. Sintió sus mejillas calentarse cuando varios par de ojos los miraban expectantes.

-Nakamoto, compórtese en clases si no quiere una suspensión-—demandó serio el profesor. Yuta asintió rápido-. Prosigamos donde estábamos.

—Ay, Yuta—negó avergonzado por las miradas de sus compañeros.

—Ay, Yuta—negó avergonzado por las miradas de sus compañeros

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𝙐𝙣𝙖 𝙡𝙡𝙚𝙜𝙖𝙙𝙖 𝙞𝙣𝙚𝙨𝙥𝙚𝙧𝙖𝙙𝙖 [YUXIAO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora