INSTANT CRUSH | Jenlisa

[3] Día 5: Washington

Jennie Kim on tour. 

White River Amphitheatre at Washington, WA

09:00 PM

Salimos del bus y Jennie y Jackson corrieron delante del escenario. Iban a tocar en un escenario al aire libre con una ladera de hierba enorme, y por desgracia, me imaginaba lo que ambos iban a hacer. Tanto BamBam como yo nos sentamos en el escenario bebiendo una lata de refresco mientras observábamos cómo "los niños" se divertían haciendo la croqueta en la ladera.

— Míralos... Rebozándose en bichos, llenándose el pelo de hojas secas... Parecemos los padres. Nunca pensé que diría esto pero prefiero no casarme contigo nunca.

BamBam se echó hacia atrás y se tumbó en el escenario.

— A mi tampoco me haría ilusión casarme contigo. Imagínate... Manoban Manoban. Nuestro apellido es precioso pero sería un coñazo a la hora de inscribir a los niños en cualquier cosa.

— Mejor Manoban - Lee, suena bien. — Bromeé, pero mi hermano no lo entendió. Quizás pensaba que a mi me gustaba el guardaespaldas de Jennie y aquello me pareció tan divertido que comencé a reír, sola.

— A no ser que te estés refiriendo a tí con Wonho , yo creo que sería mucho mejor marido que tú, idiota.

— ¿Mejor que yo? Imposible... Yo soy una bellísima persona. Casi tanto como tú, hermanito.

— Menos mal que no heredaste la humildad de papá, sino hablar contigo sería muy aburrido.

Al decir aquello miré al suelo unos instantes... Aún dolía la herida que dejó papá al irse. Lo echaba de menos, era imposible no hacerlo.

Noté la mano de BamBam en mi espalda y tragué saliva de manera apresurada.

— Perdona, hermanita. Lo he dicho sin pensar.

— Quiero estar sola —susurré. Mi hermano se levantó y dejó un beso en mi cabeza antes de irse al backstage.

Bebí de mi lata y cuando la terminé la dejé a un lado. Jackson había desaparecido, solo estaba Jennie correteando de un lado a otro.

Cuando la chica notó que la estaba mirando me saludó con la mano. Si no hubiese estado pensando en mi padre, quizás me hubiesen entrado ganas de sonreír, pero ese no era el momento. Al ver que no hacía ningún gesto, Jennie se fue acercando hacia mi correteando por la ladera... Había acertado de pleno, Jennie era una auténtica cabra montesa.

— Me hubiese esperado desde un corte de mangas hasta un vacile por tu parte, pero no has dicho nada. ¿Estás bien, Lis?

— Lisa. Y sí, sólo estaba pensando. No pretendía mirarte, no me estaba fijando en nada en concreto.

— Está bien, Lisa.

Jennie pegó un bote y se sentó a mi lado. Cogió sus rodillas con ambas manos y colocó la barbilla en estas.

— ¿En qué estabas pensando tan ensimismada? —preguntó Jennie. Tras el pacto del otro día supuse que tendría que responder... Jennie se había ganado una parte de mi confianza, pero no la suficiente.

— En mi pasado, en la universidad y esas cosas aburridas.

La cantante se sorprendió cuando mencioné la palabra universidad y se giró para mirarme directamente a los ojos.

— ¿Estudiaste en la universidad?

— Sí, pero cuéntame sobre ti. ¿A qué aspirabas antes de dedicarte a la música?