INSTANT CRUSH | Jenlisa

Prólogo: Pre-tour

- ¿Dónde está mi puto afinador? BamBam, ¿Lo has vuelto a coger tú? -dije recorriendo la sala de ensayos buscándolo.

El grupo y yo estábamos recogiendo nuestras cosas porque nos íbamos de gira con Jennie Kim. Sí, Jennie Kim, la chica de la que hablaban en todas las revistas de cotilleos musicales y que yo por suerte (o por desgracia) no tenía el placer de conocer.

Hacía varios meses que Planet Green Eyes, mi grupo, había firmado con la discográfica Let's Records, y desde que sacamos nuestro primer EP las noticias no eran demasiado buenas. No habíamos encajado bien en el mercado, quizás éramos demasiado diferentes a lo que buscaba la gente, o quizás habían modificado lo suficiente nuestras creaciones como para ser irreconocibles incluso para nosotros.

Los mandamases de la discográfica tuvieron la "maravillosa" idea de juntarnos con la estrella del momento por mucho que nuestros estilos no tuviesen nada que ver. Y ahí estábamos, a punto de partir hacia la primera parada del tour: Virginia.

Es la primera vez que mi hermano y yo abandonamos Stanford desde que nos mudamos cuando tenía 8 años. Tenía ganas de abandonar el nido de una vez, por muy dramático que suene.

- ¡Lo tengo! -afirmó Jackson levantándolo en el aire para que yo lo viese.

Me acerqué a él y se lo arrebaté de las manos. Podía ser un poco controladora con mis cosas, a veces. Bueno, vale, quizás la mayoría de las veces pero a quién le importa, son mis cosas.

- Lisa, no deberías estar tan de mal humor. Sé que no te gusta el pop, pero al menos nos vamos de gira.

Alcé una ceja.

- No estoy de mal humor porque nos vayamos de gira con una "chica pop." Yo siempre estoy de mal humor, deberías saberlo.

- Se nota que llevas poco tiempo viviendo con ella, Jack -comentó BamBam en la lejanía. Él se estaba encargando del trabajo más duro: llevar los instrumentos al maletero de uno de los dos taxis que nos esperaban en la puerta.

Jackson era mi mano derecha, mi compañero de piso y mi mejor amigo. Es el batería de PGE y fue mi salvación en la universidad cuando me fuí de casa. Vivía solo y fué el único considerado que me acogió en su piso.

BamBam es mi hermanito del alma, o al menos así le llamo cuando quiero un favor suyo... Como la vez que entré en su cuarto con un bajo y le exigí que aprendiese a tocar para que me ayudase con el grupo... ¿No soy la mejor hermana del mundo? No os molestéis en comentar, sé que lo soy.

Por lo tanto el grupo lo formábamos los tres... Bueno, y mi preciosa fender roja edición limitada. Me la regaló mi padre cuando cumplí doce años. Quién dijo que mi obsesión con Pink Floyd y Radiohead no iba a dar frutos para algo más que para molestar al perro del vecino (yo sigo manteniendo la teoría de que el perro era fan y con sus ladridos lo que quería era cantar, pero bueno, aquí cada cual con sus ideas).

- Lisa, date prisa si no quieres perder el avión.

Me sentí realizada al terminar de hacer la maleta, no tanto cuando tuve que cargarla y me dí cuenta de que las ruedas no tiraban como deberían así que yo y mi maleta nos pusimos de acuerdo en ir poco a poco tratando de no matarnos mutuamente. La metí en el maletero del taxi que estaba vacío y me senté en el asiento más lejano a la puerta abierta. BamBam y Jackson decidieron ir juntos en el taxi donde estaban los instrumentos. Genial, me quedo con el taxista y mi mal humor mientras ellos disfrutan de la compañía de mi guitarra.

Un poco de música no haría daño a nadie y me haría el viaje más entretenido. Al parecer el conductor del taxi era latino o por el estilo y no es que me molestase la música latina pero escuchar bésame mucho remix no era mi mayor afición sobre todo porque el conductor repitió la canción unas 20 veces hasta que llegamos al aeropuerto. «Antes de besarte me pego un tiro. Apaga la puta repetición automática, gilipollas».