Mentira a medias

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Shizune abría lentamente sus ojos, soltando un bostezo y volteándose hacia el lado que le correspondía al Hokage, encontrándoselo vacío. Se sentó en la cama y lo buscó con la mirada, levantándose y llamándolo, no recibiendo respuesta.

Después de percatarse de su ausencia, decidió comenzar a arreglar todo para su marcha ese mismo día. Tomó un baño y se alistó, guardando todas sus pertenencias.

El toque de la puerta llamó su atención, abriéndola al instante al pensar que se trataba de Kakashi.

–Akao... - trató de ocultar su decepción, manteniendo una expresión de sorpresa. –No esperaba...

–Me mentiste. - el hombre se abrió paso y entró a la habitación. Shizune se volteó extrañada hacia él, cerrando la puerta al percatarse de su estado exaltado.

–¿De qué estás...?

–Tú y Kakashi... no están juntos. - la Kato expandió un poco sus ojos.

–¿Qué?

–Anoche... cuando estuvimos a solas... - él se acercó, pero ella retrocedió un poco, desviando la mirada. –Shizune, anoche te declaré mis sentimientos. Después de volverte a ver no he podido sacarte de mi cabeza. Nuestra conexión... es como ninguna otra.

Pero para ella eso no era verdad. Sí, alguna vez la había sentido, mas ahora... alguien más la hacía sentir mucho más de lo que llegó a sentir por él.

–Me dijiste que estabas con Kakashi... - tomó sus manos entre las suyas. –Me ha dicho que es mentira.

–¿Él te...? - lo soltó y le dio la espalda.

–Admiro tu profesionalismo, pero ya no tienes que fingir que lo amas. Al menos no frente a mi. Cuando esta farsa termine... tú y yo podemos darnos la oportunidad que nos merecemos. Shizune... - pero en lo único en que pensaba era en la razón por la que su jefe había confesado la mentira.

–¿En dónde está Kakashi-sama? - Akao frunció el ceño y se vio descolocado por la pregunta. Bajó la mirada y pareció comprenderlo.

–Entonces... no es mentira... - dijo quedamente.

–Lo es, él y yo no estamos juntos, pero...

–Lo amas. - Shizune enmudeció y desvió la mirada. –Por eso... cuando te vi con él... claro, tú nunca has podido engañarme, tus palabras podrían decir lo que fuera pero tu mirada nunca me mentía... por eso lo creí... porque tú nunca mentiste sobre amarlo.

–Akao... no, no es lo que dices, es solo una mentira. - se mantenía en negación, no queriendo aceptarlo en voz alta, pensando que eso lo haría menos verdadero.

–Hay mentiras a medias, Shizune. Pueden estar fingiendo que están en una relación, pero eso no significa que no tengan sentimientos por el otro. - Akao se acercó a ella e hizo que lo viera. Ella mantenía su mirada cristalizada. –Shizune, ¿por qué te cuesta tanto verlo? - volteó hacia él, no comprendiendo su pregunta. –¿Por qué nunca crees que tus sentimientos pueden ser correspondidos?

–Él no... - bajó la mirada, creyéndolo imposible.

–No, Shizune. Él sí.