Cordura perdida

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Shizune expandió sus ojos y levantó sus cejas por lo inesperado que había sido lo que el chico frente a ella le había cuestionado.

–¿Q-Qué? - formó una sonrisa nerviosa y soltó una risita. –Naruto, por Kami-sama, ¿de dónde sacas eso?

–No dije nada en la oficina porque Kakashi-sensei se hubiera desviado del tema, pero sé que tú no me mentirás.

–Naruto... él y yo no estamos en una relación. - desvió la mirada y soltó un suspiro. –Nuestra misión era fingir que lo estábamos para que Kakashi-sama no tuviera que soportar el coqueteo de la sobrina del ahora esposo de la Mizukage y ellos no se tomaran a mal su rechazo. Él es el líder de la aldea y, por lo tanto, sus acciones no solo repercuten en él, si no también en todo Konoha. - escuchó un bufido del chico.

–¡Qué decepción! - Naruto se ganó una expresión divertida por parte de Shizune.

–Naruto...

–Pensé que finalmente habían aceptado lo que sentían por el otro. - la mayor se detuvo y se mostró seria, borrando la sonrisa que había dibujado.

–¿Qué? Naruto, nosotros no... - pero la mirada escéptica que le dedicó, la silenció.

–Sé que no soy el más listo, pero aunque fingí ignorancia, sé que interrumpí algo cuando entré a la oficina. - Shizune seguía enmudecida por sus comentarios al sentirse descubierta, mientras él se rascaba la nuca por la pena. –Y aún si no hubiera visto nada, solo necesito ver a Kakashi-sensei para darme cuenta que cuando esta contigo se ve más... cómodo... y feliz.

–Naruto...

–Solo digo... no sé por qué siguen perdiendo el tiempo. - se encogió de hombros. –Creo que... ambos merecen ser felices.

...

Shizune, una vez había llegado a su casa y despedido a Naruto, desempacó y volvió a salir. Su refrigerador y alacena estaban vacíos por obvias razones, así que debía hacer algunas compras.

Ya en el mercado, su mente no dejaba de pensar en las palabras del Uzumaki...

...solo necesito ver a Kakashi-sensei para darme cuenta que cuando esta contigo se ve más... cómodo... y feliz.

¿Será verdad?

Su corazón se aceleraba de solo pensarlo. Se encontraba en un dilema. Después de lo ocurrido en Kiri, sabía que las cosas entre ellos estaban extrañas.

Recordaba el beso, las noches que durmieron juntos, las mañanas que despertaba con él a su lado, las conversaciones tenidas y los bailes que tuvieron, aquellos en los que trataba de ignorar el roce de sus manos sobre su cuerpo, aquellos en los que sus miradas se encontraban por un largo tiempo, aquellos en los que quería que la melodía fuese eterna.

Estaba enamorada de él.

Y, lamentable para ella, no podía decir que era una idealización y que no era real. Porque lo era.

Había llegado a conocerlo. Aquel hombre con actitud de niño. Aquel hombre divertido e inteligente, apuesto y atento. Aquel hombre que siempre buscaba hacerla sonreír o exasperarla.

Cualquier persona sería la más afortunada de tener a alguien como tú en su vida, en especial, si funge como tu pareja

Pero recordaba aquel día en que se había atrevido a cuestionarlo sobre si él saldría con alguien como ella.

No creo que sea necesario decirte lo que pienso de ti, sabes que te reconozco muchas cosas, eres una mujer formidable, Shizune, y, si nuestras vidas fueran otras, claro que consideraría salir contigo.

Mentira a mediasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora