|| 𝓕 𝓲 𝓷 𝓪 𝓵 ||

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Lo primero que los pequeños orbes de la joven presenciaron al abrirse, fue un hermoso cielo azul y despejado, uno perfectamente liso

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Lo primero que los pequeños orbes de la joven presenciaron al abrirse, fue un hermoso cielo azul y despejado, uno perfectamente liso.

La luz del radiante sol chocó en su rostro, trayendo consiguió una sensación cálida y abrasadora que la llenó de tranquilidad al instante.

Elspeth miró a su alrededor, analizando el lugar en donde se encontraba y una enorme sonrisa se dibujó en sus labios al percatarse de que yacía sobre incontables nubes, esponjosas y blancas.

Kumo...—murmuró enternecida y sintiendo un chispeo recorrer todo su cuerpo.

Se colocó de pie con lentitud y se mantuvo inmóvil admirando con ilusión lo bello que era todo, no sabía dónde estaba pero sin duda parecía un sueño.

—Mi pequeña Elle...

Su cuerpo se paralizó al escuchar la dulce y suave voz de una fémina llamándola. Se giró temblorosa y en el momento en que sus ojos se encontraron con la reconocida silueta de esa mujer, las lágrimas de beatitud emanaron sin control de sus orbes.

—¡Mamá!—exclamó llena de felicidad mientras obligaba a sus piernas a correr hacia ella.

Gisela envolvió a su hermosa hija con sus delicados y cálidos brazos, llenado a la más joven de gozo ya que estaba viviendo el momento que deseó con todas sus fuerzas durante años, desde esa vez que le quitaron a la mujer más importante en su vida.

Elspeth lloraba inconsolablemente en el pecho de su madre, pues sentir de nuevo esos brazos amorosos y esas caricias reconfortantes, fue lo más placentero que su cuerpo recibió en ese instante.

—M-Mami...—sollozó débil con voz quebradiza.—
Te extrañé tanto...

—Aquí estoy, mi pequeña Elle.—le aseguró con un tono melodioso para los oídos de su hija.

ʟɪʙᴇʀᴛᴀᴅ || Levi AckermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora