Solar Embrace (TRADUCIDO)

A SOMBRE FAREWELL

CAP 2-SOMBRIA DESPEDIDA

Era temprano en la mañana y todos los ponis de Ponyville aún dormían profundamente en sus camas. Las estrellas aún brillaban levemente en el lejano cielo occidental, aunque pronto desaparecerían cuando el sol se elevara sobre el horizonte. Bueno, todos estaban dormidos, excepto uno en particular, y el dragón con el que había hablado la noche anterior.

-¿qué yo que?-pregunto Spike, con absoluta incredulidad llenando su voz. Nunca se había apartado del lado de Twilight por mucho tiempo: incluso algunos de los ponis más jóvenes de la ciudad lo apodaron "La sombra del bibliotecario". Un apodo ligeramente cruel, sin duda, pero Spike nunca había dicho que estaba ofendido por eso. Si se marchaba, ¿quién estaría allí para ayudarla? ¿Quién estaría allí si alguno de sus amigas necesitara ayuda?

-nos vas a dejar, Spike: tienes que ir a ayudar a la princesa con una misión de suma importancia-recordó haber dicho Twilight-tú... es posible que no regreses, o que nunca nos volvamos a vernos, si no lo logras. Su garganta todavía estaba dolorida por todo el llanto que había soportado después de que Spike dejara la habitación en un aturdido estupor. Él... él no había dicho una sola cosa después de eso: ni siquiera a los demás. Por supuesto, ¿qué podría haber dicho? Le decían que tenía que irse, para ayudar a la princesa con una misión donde el destino del mundo entero descansaba sobre su cabeza. Si fallaba, sus amigas morirían y existía la posibilidad de que él también muriera. Ella no había querido entrar en los detalles, ya que sinceramente... no sabía qué le pasaría.

-será mejor que vayas a decirle a los demás-dijo Twilight, vistiéndose y bajando las escaleras. Extraño, se sentían mucho más largos, como si estuviera caminando hacia su propia muerte. Bueno, ella moriría, si Spike no cumplía con esta misión, pero endureció sus nervios: se había dado cuenta de que su evaluación anterior de él estaba equivocada. Spike había estado ahí para ellas, para todos, en lo más grueso de lo bueno y lo más delgado de lo delgado. Él era todo lo que podían pedirle a un amigo, y ella le desearía la mejor de las suertes, sin importar los desafíos que se le presentaran. ¡Estaría con Celestia, por llorar en voz alta! Seguramente ella, de todos los ponis, sería capaz de mantenerlo a salvo.

Al abrir la puerta, la yegua morada no miraba hacia afuera como cualquier otro pony al salir de un edificio. Como tal, después de solo unos pocos pasos, casi chocó con un grupo de ponis reunidos afuera. Cinco ponis muy familiares...

En la otra habitación, Spike estaba sentado en la cama, con las piernas colgando de modo que sus pies colgaban apenas a centímetros del suelo. Su cabeza, sostenida entre sus manos, estaba mirando el sol de la mañana, los rayos comenzaban a brillar a través de la ventana. A lo lejos, una yegua pegaso gris voló torpemente, entregando el correo de la mañana antes de que cualquier otra yegua pony en todo el país. Su mente era una ráfaga de pensamientos, pero extrañamente, no estaban mezclados, a diferencia de las pilas de correo que la yegua gris tenía que clasificar con adorables ojos de camaleón. Los pensamientos del dragón eran prolijos, ordenados, separados en pequeños montones como las notas adhesivas codificadas por colores de Twilight: no estaba entrando en pánico, sino que estaba lleno de una extraña sensación de... resignación. Le acababan de dar una asignación, una misión, por así decirlo, ir con Celestia y hacer... algo, para salvar el planeta entero. Sin presión ni nada, pero por alguna razón, sintió que esta no era toda la historia.

¿Por qué pasa esto? Había aprendido a ser curioso: venía con el trabajo de ayudar a los Elementos de la Armonía a resolver todo tipo de problemas, ya fueran menores o mayores. Sabía que había más en este desastre que Twilight, y a través de ella Celestia, estaba dejando ver, pero ¿qué iba a hacer al respecto? ¿Marchar hasta la princesa y exigir una explicación completa sobre la gravedad de la situación? ¿Amenazarla si no cumple?