El Esposo Del General (Obession) ~YiZhan~

El demonio negro

El pueblo de Heféi al noroeste a muchos kilómetros de la capital, estaba siendo invadida, mujeres con sus hijos corrían desesperadas por salvarse, los hombres intentaban repeler el ataque pero solo eran simples campesinos, los guerreros habían llegado pero no los suficientes.

—Tomaremos este pueblo, asegúrense que no quede nadie— dijo el general de Shanxi.

El relinchar de un caballo acercándose alertó al general pero una daga ya había sido perforada en su cráneo haciendo caer al hombre del caballo sin vida, los soldados que estaban cerca miraban la escena y entre la espesa nube negra a causa del fuego salió un caballo negro quien sobre él yacía montado un soldado con armadura negra y una máscara que daba pavor.

—E-el general...— susurró un soldado rival y después despavorido huyó gritando —¡El demonio negro! ¡corran!—.

El general era conocido por no tener piedad, así que con su veloz caballo mató a los soldados, no dejando a ninguno con vida, él orgulloso bajo de su caballo y miró a sus subordinados.

—Bien hecho Taesun— asintió orgulloso del joven que recién había entrado —Yun Huan ¿cuántos murieron?— el joven negó.

—Al menos cincuenta soldados y cien civiles—.

—Tsk...— Zhang chasqueo la lengua y negó —Necesito que te quedes aquí protegiendo, te enviaré más soldados mañana a primera hora ¿puedes?—.

—Por supuesto general, sabes muy bien que cuentas conmigo— el general asintió.

—¡Vamonos!— subió a su caballo y partió al castillo.

Zhang era un excelente general, era temido, pero no era frío y desalmado como todos pensaban, siempre se preocupaba por lo suyos, sus fieles amigos siempre estaban con él.

Jiang Shao un joven noble el cual conocía prácticamente desde que nació y crecieron juntos, su fiel amigo quien le contaba todo lo relacionado con la corte.

Yung Huan su mano derecha, a nadie le dejaría a sus soldados más que a él, le confiaba totalmente su vida.

Li Taesun, su joven aprendiz,  hermano de su maestro Li Sheng, a pesar de sus 17 años era bueno en lo que hacía, definitivamente sus tropas tendrían un futuro prometedor con él a la cabeza.

Zhang llegó a su mansión, descendió del caballo el cual de inmediato atendieron sus criados, caminó por el bello sendero cubierto de flores que su madre había hecho, llegó a su habitación, colocó su imponente espada en la mesa, se quitó la armadura y entonces tocaron la puerta.

—Diànxià (alteza) voy a preparar su baño—.

—Adelante...— la joven sirvienta entró y vacio los cubos de agua caliente y otros de agua fría, haciendo el agua tibia tal como le gustaba al general.

—Li Sheng mandó a decir que fuera a verlo diànxià—.

—Gracias, puedes retirarte Rourou— la joven se retiró y Zhang ya desnudo se metió a la tina dejando que el agua tibia lo relajará.

Cerró los ojos, entonces ese recuerdo llegó a su mente, él estaba en un campo verde, el río a unos metros y esa voz apareció.

"Prometo nos volveremos a ver Zhang Gēge, no me olvides"

La voz de ese niño sonaba todas las noches pero jamás podía recordar su rostro, su mano se dirigió al collar que portaba, una piedra de luna la cual cuidaba mucho.

—¿Quién eres?— dijo tratando de recordar su rostro pero no lo lograba, suspiró y terminó de ducharse, se puso ropa limpia y salió para reunirse con Sheng.