Habían pasado unas semanas, donde los días eran muy activos en cuestiones de trabajo y Taeyeon dedicaba sus horas a observar detenidamente a Tiffany dibujar, olvidando por completo sus propias actividades y las cuales eran importantes pero no le interesaban mucho cada que estaba cerca de aquella mujer. Ninguna de las dos sabía en qué momento habían accedido a trabajar desde el departamento de la pelinegra ni cómo lo habían logrado, lo único que sí, era que querían estar juntas y sin la presencia de nadie más; solo ellas dos hasta en el mínimo instante posible. Era una situación ajena para ambas, porque no recordaban la última vez que le dedicaron esa atención a gran escala a alguna de sus parejas. La rubia estaba consciente de lo mal que se portó con más de una persona, en especial con Seolhyun, de quien recordaba las veces que la llamaba llorando pidiéndole que tuviera el mínimo interés por saber de ella. Porque podían pasar días en los que Taeyeon desaparecía de todos y solo se centraba en cientos de documentos que tenía en su escritorio. No era justo para nadie vivir en esa incertidumbre como la que les ocasionó y estaba segura que nunca se permitiría hacerle eso a Tiffany.
-¿Qué piensas? Siento tus bellos ojos sobre mí.- la pelinegra sonreía sin quitar la vista de los bocetos que tenía en sus manos.
-Que te ves extremadamente hermosa con lentes. ¿Por qué no los usas más seguido?
-Son un poco molestos en ocasiones, es más sencillo usar los de contacto.
Taeyeon puso de lado su computador portátil y se acercó a la diseñadora que seguía observando atentamente sus dibujos. La abrazó por la espalda y respiró el perfume que más le gustaba. Tiffany solo sonrió pero continuó con su trabajo, se estaba acostumbrando a esa presencia y a esos gestos que tenía la rubia siempre que estaban cerca. Parecían todo juntas y eso les comenzaba a inquietar mucho más, porque no sabían qué sucedía en la cabeza de la otra.
-Debo irme, porque he quedado de ir al centro comercial con mi hija.- la rubia se separó unos cuantos centímetros y acomodó a Tiffany de frente a ella.- ¿Un beso de despedida?
La diseñadora sonrió y siguió la petición lentamente, sin embargo fue la primera en separarse de aquel beso.- Ahora vete o se te hará tarde.
-Eres muy mala.- Taeyeon hizo una mueca de desaprobación que le causó risa a la pelinegra.
-Es por el bien de las dos, pero espero tu llamada más tarde.
-Yes, ma'am.- Taeyeon tomó cada una de sus cosas y antes de salir, depositó un último beso en la mejilla derecha de su compañera.- No olvides comer temprano.
La rubia salió de aquel departamento con una sonrisa enorme dibujada en el rostro, su vida era todavía más plena teniendo todas las esferas equilibradas de su persona. La presencia de Tiffany le había traído cosas positivas que mucho tiempo ignoró, la más importante fue el volver a conectar con Minjeong, que aunque quedaba bastante por trabajar, estaba resultando bien con los días; pasaban casi todos lo desayunos juntas, donde conversaban sin gritar y sin tomar sus celulares. Taeyeon estaba poniendo todo de su parte por hacer funcionar la relación con las dos mujeres. Sin embargo, todavía le molestaba que no quedaba en claro si era el tiempo o momento para hablar de una relación formal con la pelinegra. Despertó de sus pensamientos tan pronto vió a su hija que la esperaba en la puerta de su escuela con una sonrisa. La menor no quería ilusionarse mucho ese día, pero realmente estaba satisfecha de que su madre últimamente cumplía sus promesas como aquella de tener una tarde de compras, lo cual era algo que Minjeong siempre envidió de sus amigas e incluso de su novia porque era la actividad favorita de su madre y ella. Además, le daba ilusión que por fin podían buscar al cachorro que tanto querían llevar a casa.
Mientras avanzaban en el camino, Taeyeon hablaba animadamente de la importancia de ser responsables con el nuevo integrante de la familia, ya que se trataba de un ser especial que requería varias atenciones. Su hija asentía en cada una de las indicaciones que daba, lo cual le pareció tierno y divertido. En el fondo, también a la mayor le daba mucha ilusión tener un cachorro, ya que le gustaban bastante pero no habría podido cuidarlo antes, por mucho que lo deseara. Cuando finalmente llegaron a su destino, fueron primero a comer para seguir conversando y Taeyeon le habló de la reunión con Karina, la cual definieron que pasaría al terminar aquella semana. Su hija estaba totalmente feliz y era muy evidente, así que eso era suficiente. Luego de un rato de charla, fueron de tienda en tienda comprando varias prendas. Y al final habían llegado al lugar más esperado, Minjeong jugaba con cada uno de los cachorros que se encontraban cerca, mientras la mayor sonreía desde lejos por la escena. Le recordaba a su pequeña Minjeong.
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Time
FanfictionKim Minjeong tiene muchas cosas en la vida, menos el tiempo de su madre. Kim Taeyeon trabaja sin parar por su hija, pero no se da cuenta que eso la aleja más de ella. Fanfic original, ligero y de amor.